Un Boeing 777 de la compañía Qatar Airways transporta mercancías desde Doha hasta la Ciudad de México con escala en la localidad de Lieja. Hasta ahí todo bien, pero uno de sus clientes insistió en que quería recibir su propia carga en el aeropuerto de Maastricht, una ciudad del sur de Holanda y limítrofe con Bélgica.

Como hace una parada en Lieja, el avión iba de Doha a Maastricht, de esta a la ciudad belga (38 kilómetros entre una ciudad y otra y que tenía una duración de nueve minutos), y de ahí a Ciudad de México. Las consecuencias medioambientales de realizar el trayecto entre Maastricht y Lieja eran bastante importantes debido a la gran cantidad de combustible que consume ese aterrizaje y despegue de más. Según NOS, la breve parada requiere 1,5 toneladas de combustible para aviones. Muy degradante para el medio ambiente.

La brevedad de la ruta era superflua para ONGs y diputados ecologistas, y eso generó una oleada de críticas. La compañía aclaró que no se trata de un vuelo regular, sino que solamente se realizaba ocasionalmente. Un grupo de ecologistas, hace dos semanas, protestó hace en el aeropuerto de Lieja, vertiendo cientos de toneladas de basura, en respuesta a este peculiar trayecto que no hizo sino sembrar una fuerte polémica.

La ministra de Infraestructura holandesa, Cora van Nieuwenhuizen, dijo que quiere que el gobierno prohíba vuelos de carga tan cortos, y finalmente, y tras la presión, la compañía ha optado por cancelar este trayecto. Pero no llegará a su fin hasta que se realicen los seis vuelos que Qatar Airways había contratado.