Economía
Las gasolineras de marca blanca son más baratas, pero ¿son recomendables?
La principal diferencia entre las de marca blanca y las grandes empresas radica en los aditivos que utilizan en sus combustibles
Cuando paramos a repostar en una gasolinera vemos que la diferencia de precio entre unas y otras ronda los 20 céntimos, dependiendo claro de la estación de servicio escogida. Aproximadamente, la variación de precios se encuentra entre un 15% y un 20% en función del carburante que ofrecen las marcas más caras y las más baratas.
Pero el problema para los usuarios en estos casos no es el precio, que también, sino saber si la gasolina o el gasoil de marca blanca puede afectar negativamente en la mecánica del coche. Debemos decir antes que nada que la materia prima de las gasolineras es la misma para todas. Esto se debe a que los combustibles vendidos a las gasolineras deben cumplir una calidad mínima establecida a nivel nacional y europeo, que además proceden en su mayoría de la Compañía Logística de Hidrocarburos.
Pero entonces, ¿cual es la diferencia? Bueno, principalmente, lo que varía son los aditivos que las grandes corporaciones echan al carburante: anticongelante o estabilizante, por ejemplo. Todo con el fin de aumentar el rendimiento del vehículo, al mismo tiempo que se diferencia de sus competidores. Cada petrolera tiene su fórmula “secreta” que les permite ser únicos.
Hay que tener en cuenta el cetano, éste es el intervalo de tiempo que transcurre entre la inyección del combustible y el comienzo de la combustión. Cuanto más cetano, más se retrasa el proceso de ignición del combustible y, por tanto, mejora la calidad de la combustión. Algo que está directamente relacionado con aspectos como el ruido del motor o los gases emitidos.
Todo esto transferido a la marca blanca se convierte en que, sí, mantienen una serie de puntos básicos de calidad, pero a largo plazo el coche puede sentir la falta de aditivos y sustancias que sí contiene la marca “premium”. Algo que se nota, por ejemplo, en la corrosión del sistema de admisión que provoca la gasolina y el diésel, y que los aditivos de las marcas conocidas logran reducirlo o evitarlo.
En definitiva, ambos combustibles tienen una calidad mínima exigida, pero las compañías grandes añaden aditivos propios que mejoran su producto y lo diferencian. A su favor está que gracias a esto, nuestro coche puede evitar algunos problemas a largo plazo que sí ocurrirán con la marca blanca. Otro punto que no comparten es en cuanto a precio. Obviamente, la marca blanca ante la falta de algo que les haga únicos tienden a suponer un ahorro considerable en cada repostaje. Además, estas tampoco necesitan publicitarse ni requieren de tantos empleados.
✕
Accede a tu cuenta para comentar