Tasa Google

España se suma a la tregua de Francia con la tasa Google para no soliviantar a EE UU

El Gobierno planea retrasar su recaudación a finales de año. Quiere dar tiempo para que se alcance un acuerdo internacional en la materia. El impuesto se aprobará mañana junto a la tasa Tobin

España también teme la ira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Por eso, aunque mañana el Consejo de Ministros aprobará el impuesto a los servicios digitales, conocido como tasa Google, el Ejecutivo español estudia seguir el mismo camino emprendido por Francia y retrasar el pago de este tributo hasta finales de año con el objetivo de esperar un acuerdo internacional coordinado, en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Durante la pasada cumbre de Davos (Suiza), el presidente francés, Emmanuel Macron, llegó a un alto el fuego con Trump que supuso la congelación temporal de esta tasa. De esta manera, París ha dejado de recaudar este impuesto de manera trimestral y ha preferido esperar hasta finales del ejercicio, aunque la iniciativa no ha sido cancelada. En caso de que haya un acuerdo internacional, París adaptará su impuesto a los nuevos requisitos. «Tendremos y preveremos un sistema similar para dar un poco de tiempo para ver cómo avanza el debate en el ámbito internacional», ha asegurado hoy la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, a su llegada a la reunión de sus homólogos europeos, sin querer dar más detalles ni pistas los cálculos de recaudación del Gobierno.

El presidente de EE UU, también como muestra de buena voluntad, decidió postergar las subida arancelarias a los productos franceses después de haber amenazado con un incremento del 100% en ciertos bienes. De momento, el hacha de guerra está enterrada y España no la va a desenterrar. «Estamos absolutamente alineados con las acciones del ámbito comunitario. Todos estamos comprometidos con el desarrollo de un marco adecuado y no tiene por qué haber ninguna represalia», ha manifestado la vicepresidenta en Bruselas.

En términos parecidos se ha expresado la ministra de Asuntos Exteriores, Arantxa González Laya, quien ha confirmado haber comunicado a Washington las intenciones del Gobierno, ya que España es un «buen socio» de EE UU. Según la ministra, la Administración Trump se ha limitado a «tomar nota» de la iniciativa española. González Laya también corroboró que la estrategia francesa de retrasar recaudación «puede ser un modelo que también nos pueda servir a nosotros».

Junto a la tasa Google, el Ejecutivo también dará mañana luz verde al impuesto de transacciones financieras, la conocida como tasa Tobin, con la que espera recaudar otros 1.200 millones. Dado que la posible aprobación de los Presupuestos Generales del Estado parece que irá para largo,la aprobación de ambas tasas permitiría al Gobierno generar unos ingresos adicionales con los que cuadrar las cuentas públicas. El nuevo escenario que contempla el Ejecutivo eleva el déficit para 2020 al 1,8% del PIB, frente al anterior 1,1%, ya revisado al alza en su día, lo que supone una desviación de unos 8.800 millones. Con las tasas «Tobin» y «Google», Hacienda espera recaudar unos 1.850 millones de euros. Un objetivo que, en cualquier caso, no podría alcanzar este año. Tras ser aprobados por el Consejo de Ministros, ambos gravámenes deberán ser refrendados como proyectos de ley por el Congreso y el Senado. De media, el proceso tarda cinco meses, con lo que no estarían en vigor hasta julio o agosto. El Ejecutivo, no obstante, podría recurrir a una complicada figura jurídica para que entrasen en vigor sin necesidad de trámite parlamentario. También podría optar por el decreto ley, que tiene vigencia inmediata tras su aprobación por el Consejo de Ministros y que luego debe se refrendado por el Congreso en el plazo de un mes.

España se suma a la tregua de Francia con la tasa Google para no soliviantar a EE UU
España se suma a la tregua de Francia con la tasa Google para no soliviantar a EE UUTeresa Gallardo

La tasa Google gravará previsiblemente aquellas empresas con ingresos anuales totales de, al menos, 750 millones de euros y con ingresos en España superiores a los 3 millones de euros. En concreto, en línea con la propuesta que en su día hizo la Comisión Europea, gravará el 3% de los servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario durante su actividad o la venta de metadatos. El Gobierno espera recaudar con este tributo 1.200 millones de euros, cuya liquidación será trimestral. El Gobierno defiende la creación de este gravamen porque hay ingresos obtenidos en España por grandes empresas internacionales a partir de ciertas actividades digitales que escapan al actual marco fiscal, por lo que están haciendo competencia desleal especialmente al pequeño comercio. Quedan excluidas del impuesto la venta de bienes o servicios entre los usuarios en el marco de un servicio de intermediación en línea; y las ventas de bienes o servicios contratados en línea a través de la web del proveedor de esos bienes o servicios en la que el proveedor no actúa como intermediario. Además, se excluyen de la tasa determinados servicios financieros. Además, las prestaciones digitales que sean realizadas entre entidades que formen parte de un grupo con una participación, directa o indirecta, del 100% quedarán también fuera del impuesto.

Transacciones financieras

La tasa Tobin gravará con un 0,2% las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero. Solamente se someterán a tributación al 0,2% las operaciones de adquisición de acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros. No se gravará la compra de acciones de pymes y empresas no cotizadas. El sujeto pasivo es el intermediario financiero que transmita o ejecute la orden de adquisición, y deberá presentar una declaración anual del impuesto. Quedan fuera del ámbito de la tasa Tobin la deuda, tanto la pública como la privada, y los derivados. En concreto, entre las adquisiciones que estarán exentas de dicho gravamen se encuentran las operaciones del mercado primario (salida a Bolsa de una compañía), las necesarias para el funcionamiento de infraestructuras del mercado, las de reestructuración empresarial, las que se realicen entre sociedades del mismo grupo y las cesiones de carácter temporal. El Gobierno calcula que ingresará unos 850 millones por esta nueva figura tributaria, que se destinarán a financiar las pensiones y el sistema de protección de la Seguridad Social.

Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) estimó hace un año que la recaudación de ambos impuestos será muy inferior a lo calculado por el Gobierno, ya que prevé unos ingresos por la tasa Google de entre 546 y 968 millones de euros, por debajo de los 1.200 previstos por el Ejecutivo, mientras que por la tasa Tobin espera entre 420 y 850 millones, importe también inferior a lo estimado por el Gobierno, que contempla unos 850 millones.