Trabajo

¿Los abuelos “canguro” deberían cobrar por el cuidado sus nietos?

Esta receta ya se aplica en países como Hungría o Alemania que tienen establecidas modificaciones fiscales

La mitad de los abuelos cuida a sus nietos casi todos los días y el 45% lo hace casi todas las semanas
La mitad de los abuelos cuida a sus nietos casi todos los días y el 45% lo hace casi todas las semanasCristina BejaranoLa Razón

Seis horas al día, 30 horas a la semana, estrés, agotamiento, ansiedad, y todo esto sin cobrar. “El síndrome de los abuelos esclavos” arraiga en España ante la falta de fondos destinados a la conciliación familiar y laboral. La mitad de los abuelos cuida a sus nietos casi todos los días y el 45% lo hace casi todas las semanas. Las abuelas los atienden diariamente 6,2 horas al día y los abuelos las siguen de cerca, con una dedicación de 5,3 horas al día, según un informe del Imserso recogido por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC). Ese trabajo "invisible "equivale al de una jornada laboral, que además de no ser remunerada, aumenta sus gastos de alimentación, suministros, ropa y transporte. La percepción de estar atrapados podría atenuarse a través de un incentivo para esta tarea o desgravaciones fiscales.

Esta receta ya se aplica en países como Hungría o Alemania que tienen establecidas modificaciones fiscales para los abuelos que cuidan a sus nietos. “Una medida de este tipo podría establecerse en España desde el punto de vista legal, pero el problema no es la ley, sino los recursos disponibles para hacer frente al pago de estas ayudas”, advierte Anglès, profesor de los Estudios de Derecho Financiero y Tributario de la UOC. El estudio “Grandparenting in Europe” afirma que en España el 17% de los abuelos se encarga del cuidado intensivo de sus nietos y se sitúa como el segundo país con mayor tasa en este aspecto después de Rumanía. Esta tasa no supera el 2% en países como Alemania, Suecia, Países Bajos o Dinamarca donde la contribución estatal para el cuidado de los niños o con medidas fiscales favorables es mayor.

En países como Portugal, España, Italia y Rumanía, donde los pagos de asistencia social a los padres son limitados y hay poco cuidado infantil formal y pocas oportunidades para trabajar a tiempo parcial, la figura de los abuelos brinda gran cantidad de ese cuidado. “La necesidad de que los dos miembros de la pareja trabajen ya existe incluso sin tener hijos”, explica Anglès. Según un estudio de la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), solo en el primer año de vida de un bebé el gasto anual familiar de media oscila entre los 5.850 y los 8.812 euros. La proximidad entre la casa de los hijos y los abuelos, el hecho de si los padres están casados, y si el niño es menor de seis años, son otras de las variables que aumentan las posibilidades de que un abuelo o abuela se haga cargo de sus nietos.

Distorsión de ámbitos

“En España, las medidas fiscales estatales son rotundamente insuficientes: las pocas que existen no incentivan la natilidad”, denuncia. Los hogares españoles con hijos consideran que el principal problema de acceso al servicio de guardería es de tipo económico. “El conocido ‘cheque guardería’ cubre una parte muy pequeña del coste de este servicio, mientras que para otros gastos de cuidados o actividades extraescolares no se recibe ninguna ayuda”, señala el profesor. Ante la posibilidad de establecer ayudas económicas o desgravaciones fiscales que reconozcan el trabajo de los abuelos, estas “no dejan de ser un gasto público” e implican “necesariamente eliminar alguno de los gastos existentes o aumentar los ingresos, básicamente por medio de los impuestos o de la deuda pública”, subraya Anglès.

El sueldo para los abuelos también tiene detractores. Para Monserrat Lacalle, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología de la UOC, esta medida no mejoraría la situación psicológica y emocional de los abuelos, “pero quizás calmaría un poco su malestar”. Sílvia Summel, también profesora colaboradora en este mismo campo, ni siquiera concibe esta medida como una opción efectiva para resolver la situación social ni el nivel de estrés de este colectivo. “Son necesarias otras vías o medidas de tipo social, laboral, etc. Para que los abuelos no terminen siendo uno de los principales cuidadores de los niños. Los abuelos, sin quererlo, están manteniendo un modelo de trabajo y de vida que actualmente es incompatible con la crianza de los niños, pero se sienten con la obligación moral de hacerlo”. Para Lacalle, esta no es una medida pertinente, porque considera que sería una distorsión dentro del ámbito familiar. “Las familias son organizaciones que colaboran para conseguir un objetivo, y cuando los vínculos afectivos se mezclan con lo económico, esto puede convertirse en una fuente de conflicto”, concluye.