Tu economia
Comemos menos carne, pero de mejor calidad
Preferimos el pollo, comprar en el supermercado y, entre los embutidos, el jamón serrano es el rey, según el estudio Aecoc ShopperView elaborado en colaboración con Fecic
¿Cómo compra, qué consume y cuáles son las preocupaciones del español en torno a la carne? A éstas y otras preguntas tratan de dar respuesta el estudio de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) ShopperView, elaborado junto con la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic), sobre los indicadores 2020 de compra y consumo de productos cárnicos.
La carne sigue siendo un producto esencial en la alimentación de los españoles. Esta afirmación se demuestra en el hecho de que mitad de los encuestados que han intervenido en el análisis confiesa que compran este producto más de una vez a la semana, mientras que en el caso de los embutidos, este porcentaje se reduce hasta el 36%.
No obstante, los consumidores han disminuido el consumo de todos los tipos de carne y elaborados a excepción de la variedad de pollo, siendo el cerdo, por el contrario, la que tienen una peor percepción por parte de los consumidores.
La salud es el principal motivo esgrimido para justificar este descenso en la adquisición de productos cárnicos. De hecho, uno de cada cinco participantes en el estudio considera que, actualmente, están consumiendo más cantidad de la que deberían de preparados cárnicos y embutidos. Desde hace un tiempo se puede observar una tendencia en cuanto a los productos cárnicos: la dicotomía en el consumo. Por un lado, los consumidores viven la experiencia de comer carne como un placer. Sin embargo, a veces, aparece también un sentimiento de culpa en el consumidor, el cual se activa por la presión social que se transmite de que comer carne es perjudicial para la salud y el medio ambiente. Estos mensajes interfieren en la frecuencia de consumo, y provoca que algunos individuos opten por nuevas tendencias en auge, como el flexitarianismo.
Pese a ello, uno de cada tres consumidores declara disfrutar plenamente de su consumo de carne y, además, asegura que estaría dispuestos incluso a pagar más por poder consumir productos de mejor calidad. De hecho, un 29% también revela que come menos carne que hace un tiempo, pero que la adquiere es mejor. De entre las carnes, la variedad favorita es la carne de pollo, especialmente entre el público femenino, la cual es consumida con una frecuencia semanal media de 2,44 veces, aunque son los elaborados cárnicos (embutidos) los más consumidos.
En este sentido, todos los tipos de embutidos muestran un crecimiento en su consumo respecto del año pasado, pero el jamón serrano sigue siendo el rey indiscutible. Y es que el 81% de los encuestado aseguran que son consumidores de este producto.
Dónde y por qué compramos
El canal de compras favorito es el supermercado y el hipermercado. El estudio detecta un incremento de los consumidores que prefieren adquirir los productos al corte en estos establecimientos tanto en carne. En concreto, el 34,7% opta por esta modalidad. En el apartado de embutidos, aunque la adquisición de productos envasados es la más frecuente (36,9%), la compra al corte gana enteros, y el 32,9% se decanta por la sección de venta asistida, que le permite una personalización del producto según lo que se quiera en cada momento.
En cuanto a los motivos que llevan al comprador a decantarse por un producto se encuentra el aspecto visual y el color de la carne (tenido en cuenta por el 72%), el tipo de animal (68%) y el precio (66%) en lo referente a las piezas al corte. En el caso de las envasadas, son la variedad (59%), el aspecto y color (54%) y la caducidad (53%) los motivos principales.
Respecto a los embutidos, los motivos que inclinan a comprarlos son tipo de animal (58%), aspecto (57%) y precio (55%), en la modalidad al corte; y tipo de animal (55%), aspecto (48%) y caducidad (47%) en el de los envasados.
La información que contienen las etiquetas también es muy importante a la hora de adquirir estos productos. Pero los consumidores no se olvidan de los animales. Para el 75% su bienestar es muy o bastante importante, y la mitad cree que el sector lo está teniendo en cuenta en sus prácticas.
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