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Energía eléctrica

La demanda eléctrica de la industria sufre el mayor desplome de la historia

Fábricas y servicios reducen un 22,8% su consumo en abril, con caídas del 77% en el turismo y del 76% en la automoción

Un trabajador en una fábrica automovilística
Un trabajador en una fábrica automovilísticaJavier CebolladaEFE

La demanda eléctrica de industrias y servicios bajó el 22,8% en abril respecto al mismo mes de 2019, con lo que este indicador se anotó el mayor descenso de la serie histórica, según datos de Red Eléctrica, que en términos corregidos revelan desplomes del 76,1% en automoción y del 77,5% en turismo. Según el índice IRE de Red Eléctrica, corregidos los efectos del calendario laboral y de las temperaturas, el consumo de electricidad se contrajo el 23,2%, con un retroceso del 24,3 % en la industria y del 23,7 % en servicios, reflejo del impacto de la crisis del coronavirus en la actividad económica del país.

En términos brutos, la demanda de grandes y medianas empresas bajó el 23,8 %, con un retroceso del 23,8 % en el caso de la industria, y del 23,7 % en el del sector servicios. “Los efectos de la crisis sanitaria se reflejan con toda su crudeza en los registros de consumo del mes de abril, que presentan un histórico retroceso de casi 23 puntos respecto al mismo mes del año anterior, y donde las clásicas correcciones por efecto de laboralidad y temperatura apenas resultan relevantes”, destaca Red Eléctrica en su informe.

Por ramas de actividad, los resultados obtenidos muestran claramente los efectos diferenciales de esta crisis sobre los diferentes sectores productivos. Así, por ejemplo, los bienes de consumo presentan menores retrocesos relativos, por la menor caída de la industria agroalimentaria (0,6 %) y el aumento registrado en farmacia (3,7 %), mientras que en bienes de equipo destaca la fuerte contracción registrada en el sector de la automoción, con las fábricas cerradas.

Entre los servicios, se dieron “fuertes” contracciones en las actividades vinculadas al turismo y los servicios de oficinas (-71,6 %), y “bastante elevadas” en actividades deportivas y lúdicas (-62,3 %). En sentido contrario, “también encontramos aumentos de consumo en servicios básicos de electricidad y gas (1,8 %), actividades de saneamiento y descontaminación, servicios a edificios (1,7 %) y servicios informáticos (3,9 %)”