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Los ricos del mundo también sufren con la pandemia: pierden 2,75 billones de euros en tres meses

Sus pérdidas suman más de dos veces el PIB total de España. No recuperarán el mismo nivel de crecimiento de sus fortunas hasta dentro de cinco años

La crisis del coronavirus no hace distinciones entre ricos y o pobres. La riqueza de las grandes fortunas a nivel mundial -los que tienen un patrimonio superior a al millón de dólares– se reducirá este año un 4%, o lo que es lo mimso, en 3,1 billones de dólares (2,75 billones de euros), más de dos veces el PIB de España, y no recuperarán lo perdido durante los próximos cinco años. Esta es sólo una de las conclusiones del estudio anual Global Wealth Management: After the Storm (Gestión de la riqueza mundial: después de la tormenta) publicado por las entidades financieras Oliver Wyman y Morgan Stanley. «Las gestoras de activos se han beneficiado durante la última década de oro de un crecimiento de más del 8% anual», subraya el informe, pero la irrupción del coronavirus ha dado paso a una «incertidumbre en la economía mundial».

El estudioproponetres escenarios para analizar el futuro de los grandes patrimonios: el más optimista prevé un aumento del 1% en la riqueza de las grandes fortunas y en el pesimista augura un desplome del 10% y que los más ricos tardarán cuatro años en recuperar sus patrimonios previos a la Covid-19. La primera hipótesis -de recesión y recuperación posterior-, que los autores consideran su escenario base en el estudio, estima que “las respuestas políticas resultarán eficaces para contener la pandemia, mientras que los recortes de tipos de interés y los estímulos fiscales serán suficientes para apoyar la recuperación económica”.

En este supuesto, la riqueza mundial de los grandes patrimonios se reducirá “un 4% o 3,1 billones de dólares (2,75 billones de euros) en 2020, antes de recuperar la senda del crecimiento al 5% en 2021, hasta los próximos cuatro años”, destaca el informe. Esto supone ya una fuerte inflexión sobre las estimaciones previas a la Covid-19, ya que Oliver Wyman auguraba entonces “un incremento de la riqueza del 6% a partir de 2019, alcanzando los 85 billones de dólares (millones de euros). Es decir, la pandemia representa, aproximadamente, un año perdido de crecimiento de la riqueza” para las grandes fortunas, subraya el estudio.

En el caso optimista o de recuperación acelerada, el crecimiento de la riqueza de las grandes fortunas “apenas excede el 1% en 2020, hasta su repunte en 2021, con un incremento sostenido del 5,6% hasta 2024”, mientras que el escenario pesimista o de recesión sostenida implica “un horizonte de cuatro años antes de que la riqueza mundial vuelva a los niveles de 2019, con una disminución del 10% de la riqueza” en 2020.

Las consultoras también proponen tres caminos a seguir para que las gestoras de activos de grandes patrimonios recuperen el crecimiento de los grandes patrimonios en el escenario posterior al Covid-19. Por un lado, insta a “desplegar nuevos modelos de asesoramiento y acelerar la digitalización”, también aboga por “ofrecer un apalancamiento operativo positivo a través de enfoques mejorados de gestión de costes” y apunta la necesidad de “consolidar la participación e impulsar el crecimiento mediante propuestas diferenciadas y oportunidades inorgánicas”. En el marco de la última propuesta, prevén que las inversiones sostenibles de los grandes patrimonios “crecerán un 18% anual hasta un total de 9 billones de dólares (7,97 billones de euros) para 2024”, cuando en 2019 fueron de 4 billones de dólares (3,5 billones de euros). “Este crecimiento no ha sido uniforme en todas las regiones. En concreto, los clientes europeos son los más concienciados, sus inversiones sostenibles ocupan entre el 11% y el 15% de sus carteras, por delante de América del Norte (entre el 6-11%) y Asia Pacífico (entre el 1-5%)”, subraya el estudio.

Asimismo, en el apartado de “ofrecer un apalancamiento operativo positivo a través de enfoques mejorados de gestión de costes”, la consultora apuesta por “recortes de costes tácticos (corto plazo)” a través de la “eliminación de las capas de gestión excesiva” y “la reducción del personal de apoyo de la oficina central o recortar otras líneas de gastos, como viajes y entretenimiento”.