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El Gobierno estudia ahora una jornada de 32 horas y 4 días a la semana

Los empresarios, perplejos ante la propuesta de Iglesias. «Con la que está cayendo es irreal». Una enmienda similar fue rechazada por Podemos en el Congreso hace dos días

CCOO-A traslada que el Ministerio de Trabajo se compromete a crear una mesa de diálogo sobre el campo andaluz
CCOO-A traslada que el Ministerio de Trabajo se compromete a crear una mesa de diálogo sobre el campo andaluzlarazonCCOO-A

Jornada laboral de 32 horas y cuatro días a la semana de trabajo. Esa es la última bomba del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, en plena segunda ola, a las puertas de la tercera y con la peor pandemia del último siglo golpeando los cinco continentes. «Está en nuestro programa», defendió ayer en una entrevista televisiva. Con su habitual facilidad para levantar polvaredas, Iglesias quiso plantar ayer esta semilla de la discordia, aunque el momento elegido no parezca el más adecuado. «Nosotros siempre hemos sido partidarios de la reducción de la jornada laboral y el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz ya está estudiando y trabajando en ello para presentarlo en el marco del diálogo social porque favorecería sin duda la generación de empleo», dijo.

Pero este debate se presenta estéril de cara a la negociación en la mesa de diálogo social. Al menos por parte de los empresarios y de las y los autónomos, que ven esta idea como una «ocurrencia más» por parte del vicepresidente morado. «Ni es el momento ni es posible. Los políticos deberían bajar al mundo real y, con la que está cayendo, ver cómo está la situación antes de lanzar propuestas que no tienen sentido ahora mismo y que son irreales para la inmensa mayoría del tejido empresarial». Con esta rotundidad y claridad meridianas se manifestó Pedro Fernández, secretario general de Cepyme, aunque no quiso ir más allá, porque «ni siquiera se nos ha planteado esta posibilidad». Una vez que la presenten, los empresarios han prometido estudiarla, pero la actual situación de crisis lo hace prácticamente inviable. «En la mesa de diálogo se presentan muchas propuestas, pero no todas salen adelante. Si finalmente esto llega para ser discutido se estudiará y se valorará, pero ahora mismo no tenemos nada. Hay otras cosas más importantes y prioritarias que están pendientes y es en lo que nos vamos a centrar», manifestaron fuentes de la patronal CEOE, que prefieren evitar la confrontación.

Los que tienen claro que la propuesta «no tiene sentido» son los autónomos. El presidente de ATA y vicepresidente de CEOE, Lorenzo Amor, recuerda la imposibilidad de una medida así en infinidad de negocios, en los que la dedicación es plena y los recursos más que limitados. «Que venga el señor Iglesias y le cuente a un autónomo su propuesta y a ver qué le dice, incluso entre los autónomos empleadores, que dan trabajo y tienen que afrontar todos los meses las nóminas de sus trabajadores»,

Como recuerda Amor, todavía no han presentado la propuesta, pero la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se apresuró ayer a recoger el guante lanzado por el líder su partido y defender que ha llegado el momento de abordar el debate sobre la reducción de la jornada laboral, el control de las horas extraordinarias, el derecho a la desconexión y la conciliación de la vida laboral y familiar. «El tiempo de trabajo exige una nueva concepción que atraviese, como ya estamos haciendo, leyes y usos laborales», defendió Díaz en su cuenta de Twitter.

Fuentes ministeriales explicaron a este diario que «nuestro compromiso siempre fue estudiar el tiempo de trabajo, una de las claves laborales del siglo XXI. Todo se estudiará, pero este tema hay que abordarlo en toda su integridad: la jornada, las horas extras, la distribución irregular de la jornada, todo. Es una propuesta que llevamos en nuestro programa y nuestra intención es cumplirla».

Cierto. En el acuerdo del Gobierno de coalición rubricado por PSOE y Podemos se recogía su intención de «promover un pacto social y político para la racionalización de los horarios y usos del tiempo», con el objetivo de «reorganizar completamente los tiempos de trabajo, ocio y cuidados», además de plantear otros objetivos como «el derecho a la desconexión» y a la «adecuada gestión del tiempo de trabajo dentro de la normativa laboral».

Pero, ¿por qué lanzó ayer Iglesias esta propuesta contradiciéndose a sí mismo una vez más? Un sinsentido si nos atenemos a lo que pasó hace apenas dos días en el Congreso. Allí fue rechazada, con los votos de PSOE y Podemos, una enmienda de Más País en la que se recogían buena parte de estas ideas, incluida la jornada de 32 horas y 4 días a la semana, y que fue despachada con un «ahora no toca».

Según defienden Iglesias y Díaz, reducir la jornada generaría empleo, pero no han explicado si eso supondría para los empleados perder parte del sueldo en beneficio de otros. Según fuentes empresariales, el 50% de los trabajadores en jornada parcial quieren trabajar a jornada completa y la tasa de pobreza laboral entre los que trabajan a tiempo parcial se sitúa en el 15,7% y duplica a la de los ocupados a tiempo completo (7,8%).