Laboral
Los empresarios validan los ERTE “móviles” de la tercera ola
La cobertura frente a la crisis del Covid cumplirá más de un año en vigor con su extensión hasta mayo
La fórmula diseñada para los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo del Covid cumplirá más de un año en vigor con la extensión de sus ayudas hasta el 31 de mayo próximo y con la voluntad de perpetuarse incluso más allá de la pandemia para abaratar los gastos del paro y facilitar la hibernación de plantillas cuando las circunstancias lo requieran, sin que estas pasen a engrosar las cuantiosas listas del desempleo.
Aunque los empresarios no han logrado «rebajar» la cláusula de salvaguarda del empleo, que prohíbe despedir durante seis meses, sí han obtenido la inclusión de más sectores castigados que hasta ahora no estaban cubiertos por esta fórmula -se pedía incluir, por ejemplo, a las autocaravanas, entre otros- y mayores facilidades para “saltar” entre los distintos tipos de ERTE con agilidad, lo que permite a las empresas adaptarse mejor a las cambiantes escenarios de restricciones por la evolución de la pandemia.
Los empresarios seguirán demandando que se analicen las distintas circunstancias de las empresas respecto a la prohibición de despedir. Piden que esta se circunscriba a los centros de trabajo y no a las empresas. De este modo, los despidos en un hotel de cadena situado en las Islas Baleares, muy castigadas por la tercera ola, implicarían la devolución de las ayudas recibidas por los trabajadores de ese centro y no las de todos los empleados de la cadena hotelera en toda España. Por otro lado, las patronales piden que se limite la devolución de las ayudas a los trabajadores despedidos y no a toda la plantilla.
La cláusula de salvaguarda del empleo está resultando aún más compleja de cumplir para las medianas y pequeñas empresas, cada vez más atenazadas y con menos recursos financieros para seguir operativas.
La extensión de estas ayudas mantiene, por lo demás, casi las mismas condiciones económicas y de exenciones que las pactadas en la anterior renovación, pero con algunas mejoras para afrontar la temida tercera ola. Los «ERTE 3.0» están listos para ser más móviles y permitir la transición de los trabajadores a las distintas fórmulas contempladas en los mismos sin necesidad de tramitar nuevos expedientes ni de saturar más aún el ya colapsado SEPE.
En este sentido, se plantea que una vez constatada la concurrencia de alguna de las situaciones constitutivas de fuerza mayor por parte de la autoridad laboral, «el paso de la situación de impedimento a limitación o viceversa, como consecuencia de las modulaciones en las restricciones sanitarias adoptadas por las autoridades competentes, no requerirá la tramitación de un nuevo expediente de regulación temporal de empleo».
Las empresas solo necesitarán informar a la Tesorería General de la Seguridad Social de los cambios de situación de la empresa, la fecha de efectos, así como los centros y personas trabajadoras afectadas «para la aplicación de los porcentajes de exención correspondientes en función de la naturaleza impeditiva o limitativa de la situación de fuerza mayor en la que se encuentre la empresa en cada momento».
Porcentajes de exoneración que no varían. Así, desde el 1 de febrero de 2021, las personas trabajadoras de estas empresas que tengan sus actividades suspendidas, y de los periodos y porcentajes de jornada afectados por la suspensión, la exención respecto de la aportación empresarial devengada en los meses de febrero, marzo, abril y mayo de 2021, alcanzará el 100%, 90%, 85% y 80%, respectivamente, cuando la empresa hubiera tenido menos de cincuenta personas trabajadoras o asimiladas a las mismas en situación de alta en la Seguridad Social a 29 de febrero de 2020. Para las empresas con cincuenta o más personas trabajadores a 29 de febrero de 2020, la exención en las mismas circunstancias respecto de la aportación empresarial devengada en los meses de febrero, marzo, abril y mayo de 2021 alcanzará el 90%, 80%, 75% y 70%, respectivamente.
Según avanzó el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, quedan en ERTE unos 700.000 trabajadores, aunque en el pico alto de la pandemia llegaron a ser más de 3,4 millones. Se espera que las restricciones de la tercera ola aumenten el número de afectados.
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