Se ha convertido en el azote del Gobierno tras los sucesivos varapalos que ha sufrido el sector de la hostelería. Se llama José Luis Yzuel, presidente de la patronal Hostelería de España. Cuando se trata de defender a los hosteleros no se muerde la lengua, no deja títere con cabeza y no esconde nada. Acusa al Gobierno de dejación de funciones y de ejecutar al turismo. No da puntada sin hilo.
–¿Cuál es la situación actual del sector, tras las nuevas restricciones y las órdenes de cierre en algunas comunidades?
–La situación es dramática. Estamos en estado catatónico y rozando ya el colapso definitivo. A la falta de ayudas se suma el acoso al que nos someten las administraciones, que nos cierran y nos recortan los horarios, cuando se ha demostrado que nosotros no somos foco de contagio, apenas un 2,3%. Nos limitan desde la gratuidad y la arbitrariedad.
–¿Por qué el Gobierno se empeña en no dar ayudas directas como han hecho otro países?
–El Gobierno ha decidido que no se debe dar dinero a los negocios de cientos de miles de españoles, y mucho menos al sector del turismo. Y lo que van a conseguir es que nos ayuden, pero en la cola del paro. Se les llena la boca con que no quieren dejar a nadie atrás, pero al turismo sí. Nos han presentando a bombo y platillo, tarde y mal, un plan no plan, que solo nos sirve para endeudarnos todavía más. Un pufo total.
–Tampoco les han atendido otras peticiones, como los bonos al consumo, la rebaja del IVA, un Plan Estratégico de Gastronomía, la exención del pago de luz, agua gas o unas medidas claras para los alquileres.
–De todas las medidas que hemos propuesto, no se ha concretado prácticamente ninguna. El Gobierno ya está muy satisfecho con los ICO y los ERTE, pero eso no es una solución, es tapar un agujero que cuando se destape será aún más grande. Ha hecho una clara dejación de funciones. Como se ayuda a un sector al que se mantiene cerrado o con restricciones es quitándole impuestos o aplazarlos a uno o dos años vista, inyectándole dinero para que aguante, restándole gastos a quien no tenga ingresos...
–¿Cómo sobreviven sin ayudas negocios como el ocio nocturno o las agencias de viaje, que tienen cerrada su actividad entre un 80% y un 100%?
–Por el empeño que ponen y el respeto por sus trabajadores. Pero no tienen futuro si no se toman medidas que de verdad nos sirvan. Recuerdo llamadas terribles cuando llegó el momento de pagar los aplazamientos de impuestos del primer trimestre, en el que me decían algunos entre lágrimas que «cómo voy a pagar si no tengo ingresos y lo que cobro de prestación no me llega ni para mantener a mi familia». Escuchar eso es muy duro, pero al Gobierno eso no le importa lo más mínimo. Es evidente que hay un sesgo político, motivado por los pactos de Gobierno. Parece claro que hay un plan para bloquearnos las ayudas directas.
–¿A qué o a quién se refiere?
–Es evidente, a los socios de Pedro Sánchez. La falta de empatía que ha demostrado el ala radical del Gobierno, los ministros de Podemos y su partido en casi todo lo que dicen o hacen, es evidente, y no les da ningún apuro ni vergüenza señalarnos como un sector sin valor añadido y con empleo precario. Si empleo precario significa que contratamos cuando hace falta, es decir, en temporada alta, cuando hay fiestas, cuando hay celebraciones, si nieva en invierno, pues sí. Pero ya me gustaría que uno de estos de Podemos tuviera que mantener fija a una plantilla sin tener trabajo que darles.
–¿Cree entonces que ese ala radical del Gobierno tiene como objetivo «sanear» el sector para realizar un cambio de modelo económico?
–Podemos no nos apoya. Nuestro sector es líder en el mundo en número de turistas, en calidad del servicio, en competitividad, en ingresos... Por eso no sé qué pretenden. Creo que esta falta de apoyo al sector obedece a un objetivo planificado que pretende acabar con el 30% del tejido turístico, una cifra que no la digo yo, la han dicho ellos. Cuando alguien te pide un gotero y un respirador porque se muere y tú le das un termómetro y una aspirina, es que quieres que se muera.
–¿Hay nombres propios a los que señalar?
–Todo el mundo sabe a quiénes me refiero y ellos también.
–¿Por qué no se ha sentado el Ministerio con ustedes para definir un plan que de verdad sirva para salvar al sector?
–Eso se lo puede preguntar a la ministra, Reyes Maroto. El Ministerio siempre tiene buenas palabras con nosotros, pero a la hora de sentarse a la mesa nunca lo hace. Hemos pedido una mesa de negociación para presentar propuestas serias, para escuchar o proponer, pero solo hemos recibido silencio y decisiones unilaterales. Prefieren llamarte justo antes de hacerse la foto en la rueda de prensa. Eso no es presentable en un país serio. Solo queremos salvar nuestros negocios. Tenenos muchas propuestas que pueden funcionar, pero tienen que escucharlas. Parece que ellos están ungidos con la verdad absoluta y no escuchan a nadie.
–¿Acusan a las administraciones de criminalizar al sector?
–Con la hostelería abierta la gente se interrrelaciona más y es más feliz. A lo mejor es que el Gobierno nos quiere demonizar porque representamos la alegría y no les gusta, les gusta más tener un país gris y amargado. Los datos sanitarios nos dan la razón: no somos un factor de contagio.
–Han denunciado en la Audiencia Nacional las restricciones y los cierres.
–Esperamos que las empresas tengan herramientas para reclamar las pérdidas que les han provocado de forma absolutamente injusta las administraciones.
–¿Si la sentencia es favorable, se abriría la puerta a miles de demandas con reclamaciones multimillonarias contra las Administraciones Públicas?
–El siguiente paso está claro: presentar una batería de reclamaciones patrimoniales. Vamos a empezar por el Gobierno central y luego las trasladaremos a todas las comunidades autónomas.
–¿La hostelería tiene fecha de caducidad?
–Somos resistentes, pero la recuperación tardara años y no todos podrán llegar. Pero los miles de establecimientos que les han machacado todos estos meses tienen un futuro difícil. A lo mejor ese era el objetivo de esos ministros. No se puede estar meses y meses cerrados, y los ERTE no son una solución. Como tampoco lo son los continuos cambios normativos y las improvisaciones de las medidas tomadas, que muchas veces suena a cachondeo, pero que están machacando al sector innecesariamente.
–¿Habrá que esperar la era postcovid para resurgir?
–Hay una fecha que puede marcar un punto de inflexión: Semana Santa. Pero depende de los rebrotes y de los procesos de vacunación. Si todo va en plazo, en verano podría haberse normalizado la situación. Es imposible recuperar las cifras normales, pero que al menos nos parezcamos algo. Pero hay que tener claro que esto no se va a arreglar ni este año ni el que viene. Y es posible que los niveles precovid no se recuperen hasta 2023 o es posible que nunca, porque el sector va a salir tan tocado que no me atrevo ni a hacer una predicción. Todo va a cambiar.