Renfe sigue atenazada por las restricciones y registra unas pérdidas brutas de 153 millones hasta marzo

Como Aena o las aerolíneas, Renfe sigue esperando como agua de mayo que la vacunación avance con celeridad, se recupere la movilidad y sus ingresos comiencen a recuperar el pulso. Porque, de momento, los resultados financieros de la operadora ferroviaria española siguen en la UCI. En los tres primeros meses del año, la compañía registró unas pérdidas brutas de 153 millones de euros, según los resultados presentados en el consejo de administración celebrado esta misma semana.

La división de viajeros, la más importante del grupo y la que más peso tiene en sus cuentas, registró unas pérdidas antes de impuestos de 130 millones de euros, casi un 156% más que los 51 millones que perdió hace un año. En el periodo enero-marzo de 2020, las cuentas de la operadora ya comenzaron a resentirse debido a que la explosión de la pandemia en marzo motivó el confinamiento domiciliario de la población y provocó la paralización casi total de la actividad y los viajes en el país. Así y todo, la división registró un beneficio bruto (ebitda) de 39 millones de euros el pasado ejercicio, mientras que este ha caído a terreno negativo, hasta los -43,57 millones. En los primeros meses de este año, Renfe ha transportado a 64,5 millones de pasajeros, un 39,24% menos que el ejercicio pasado. La cifra está un 34,85% por debajo de los 99 millones que la compañía esperaba haber transportado. Este año, a la pandemia del coronavirus se le sumó el temporal Filomena, que colapsó las comunicaciones en gran parte de España durante varios días de enero.

En mercancías, Renfe ha logrado mejorar ligeramente sus números, al pasar de unas pérdidas de 8,99 millones de euros el pasado año a 6,19 millones. La compañía ha logrado mantener el volumen de mercancías transportadas en niveles muy similares a los de 2020, 3,89 millones de toneladas.

Apuestas

Renfe está a la espera de que el avance en la vacunación suavice un poco el panorama de las restricciones y le permita incrementar su actividad. Como todo el sector turístico y del transporte, salvar el verano es el objetivo prioritario, para lo que la compañía ha preparado dos grandes novedades: el lanzamiento de su servicio de bajo coste, el Avlo; y un nuevo sistema de tarifas.

Con el Avlo, la compañía plantará cara al desembarco de la francesa SNCF con su producto “low cost”, Ouigo, que empezará a operar el próximo día 10 de mayo tras la liberalización del sector. Renfe empezará a conectar Madrid con Barcelona el próximo 23 de junio. Aunque la gran incógnita tanto en el caso de Renfe como en el de su competidora francesa es saber cuándo comenzarán a ser rentables. Se trata de modelos de negocio que requieren de una alta ocupación, por encima del 80%. Y en un momento en que la demanda está contenida/reprimida por las restricciones y las estrecheces económicas de muchas familias, habrá que ver si las compañías pueden llenar los trenes.

La otra gran apuesta de Renfe es un nuevo sistema tarifario que, según asegura, abaratará los precios de los billetes de AVE una media de un 16% en sus tarifas más básicas. La operadora va a lanzar a partir de verano -previsiblemente en junio- un nuevo sistema de tarifas dinámicas, denominado “revenue management”, similar al utilizado en la aviación, que, según la compañía, permitirá importantes rebajas de precios, especialmente en los trenes considerados “valle”, que ahora adolecen de una muy baja ocupación -no más del 40%, según la compañía- y que esperan mejorar con este sistema pues serán los beneficiados con los mayores descuentos.