Cambio estratégico

Renfe activa la cuenta atrás para desterrar a los trenes diésel de su flota

La compañía volverá a licitar un contrato para adquirir 72 convoys de Cercanías y Media Distancia que apuesten por las energías limpias

Imagen de un tren Civia en la estación sevillana de Santa Justa
Imagen de un tren Civia en la estación sevillana de Santa Justa RENFE RENFE

Frenazo al plan de renovación de la flota de Renfe. El consejo de administración de la operadora española ha paralizado el proceso para la compra de 72 trenes de Cercanías y Media Distancia que tiene en cartera y volverá a licitar su adquisición para buscar “una mayor eficiencia energética y mantener el liderazgo del transporte sostenible”, según ha anunciado hoy la compañía. Estas licitaciones, que suponían un importe total superior a los 1.300 millones de euros, serán sustituidas por nuevas licitaciones en los próximos meses para la adquisición de trenes con tecnologías como el hidrógeno para circular por vías no electrificadas, según ha explicado.

Las licitaciones pendientes de adjudicar no excluían la posibilidad de que la tracción para circular en vías no electrificadas sea mediante tecnología con combustibles fósiles (trenes duales). La adquisición de material diésel “sería contradictorio con la responsabilidad social y medioambiental de Renfe y, al mismo tiempo, supondría una compra de unos activos que podrían no poder rentabilizarse, ya que su vida útil se vería considerablemente afectada por las limitaciones a los gases de efecto invernadero”, según ha explicado la compañía.

Ayudas europeas

La adquisición de trenes con tecnología de combustibles limpios, como el hidrógeno, es una decisión que está “alineada con los objetivos de la compañía y de las principales instituciones nacionales y europeas, que podría ser susceptible de incorporar ayudas financieras para Renfe y para los fabricantes de trenes que optaran a su adjudicación”, ha explicado la compañía. Renfe tiene entre sus objetivos alcanzar una reducción significativa o incluso la eliminación de fuentes de energía no renovables, del que se alimentan los trenes propulsados por diésel. En los últimos años la compañía ha reducido un 90% su huella de carbono.

El cambio de rumbo de Renfe pilla a los fabricantes en pleno desarrollo de la tecnología del hidrógeno, la alternativa verde más avanzada. Aunque no todos están en el mismo punto. Mientras que compañías como la francesa Alstom ya tiene en producción y está vendiendo el Coradia iLint, un modelo regional que se alimenta con pilas de combustible, otras como la española Talgo presentó a mediados de septiembre su sistema de propulsión de vehículos ferroviarios basado en hidrógeno que espera comenzar a validar el vías en el último trimestre de este ejercicio. Renfe, Adif y CAF forman parte de un proyecto impulsado por la Comisión Europea para desarrollar un prototipo de hidrógeno.

Tren de hidrógeno de Alstom
Tren de hidrógeno de Alstom Marek Knopp

A pesar de este cambio de rumbo anunciado ahora, Renfe ya ha adjudicado buena parte de los contratos para compra de material rodante, enmarcados en el plan de renovación de flota puesto en marcha el pasado año y que supondrán la renovación de, aproximadamente, el 50% de los trenes dedicados al servicio público. Del plan inicial de renovación de la flota, cuyas licitaciones comenzaron en 2019, Renfe ha comprado en el último año 248 trenes por valor aproximado de 3.000 millones de euros, un 78% del plan. En marzo, hizo oficial la adjudicación del mayor contrato de su historia a Alstom y Stadler por valor de 2.445 millones de euros para la compra de 211 trenes de Cercanías. En junio del año pasado, también encargó a la española CAF el suministro de 31 trenes de ancho métrico y 6 trenes alpinos, así como el mantenimiento parcial de la flota de trenes durante un periodo de 15 años, por un importe global de 258 millones de euros. La compañía también tiene previsto adjudicar próximamente un contrato para la compra de 40 cabezas motrices que irán destinadas a las diferentes líneas de alta velocidad.