PSOE y Podemos prometían una tarifa por consumo eléctrico y no por horas

El Gobierno defiende que el nuevo sistema de facturación que hoy entra en vigor abaratará el recibo, algo que aún está por ver. Para sustentar esa tesis se afirma que más del 50% de las horas del año son de las denominadas «valle», donde el consumo es un 95% más barato que en «punta». El problema es que la mayoría de consumidores duerme durante esas horas valle. Puede que en verano haya quien de madrugada ponga la lavadora, tienda la colada, se seque el pelo o se ponga a cocinar para el día siguiente, pero en invierno es algo poco probable cuando menos. Mención aparte para los comercios, la restauración y el resto de actividades.

Pese a todo, la coalición sostiene que la nueva discriminación horaria incentivará un consumo más eficiente por parte de los consumidores, buscando que el importe del recibo final dependa más de cuándo que de cuánto se consume, con el traslado de los consumos a las denominadas horas «valle»: de lunes a viernes laborables, de las 00:00 horas a las 07:00 horas, para el término potencia y entre medianoche y las ocho de la mañana por consumo. Los fines de semana y festivos, habrá barra libre a todas horas.

Sin embargo, la coalición no defendía este sistema en su acuerdo de Gobierno. Aunque en el pacto legislativo se contemplaba «modificar la factura eléctrica para reducir el porcentaje que representa el término de potencia y que el término variable de la componente regulada sea incrementado en función de la energía consumida», se defendía que «el coste a pagar por las personas consumidoras por los primeros Kw/h sea inferior a los siguientes, incentivando la eficiencia energética». Consumir menos, parecía ser modelo a seguir. Ahora no se penaliza los consumos desorbitados sino a las horas a los que estos se realizan. Según los críticos de la nueva estructura tarifaria, tal y como está diseñada desincentiva la inversión en la mejora de las viviendas para ahorrar consumo y también la apuesta por el autoconsumo. Pero, al margen del incumplimiento en su propio acuerdo de Gobierno, el nuevo sistema de tarifas supondrá un alza en el recibo de la luz para más de 10 millones de consumidores en España. Para empezar, los 10 millones que tienen un contrato con discriminación horaria, que verán incrementado el recibo en 45,73 euros anuales, antes de impuestos, siempre y cuando mantengan sus actuales hábitos de consumo, según la CNMC.