Análisis

EPA agridulce: sin contar medio millón en ERTE y con el 75% de contratos temporales

La mejora del mercado laboral no alcanza aún para recuperar los niveles prepandemia incluso sin contabilizar todos los trabajadores en ERTE que no salen en la estadística oficial

Juan Carlos Higueras

Ya ha llegado el verano y, con él, numerosos indicadores muestran que la economía se está reactivando a pesar de que España está siendo fuertemente golpeada por la por la variante Delta del COVID-19, y por ello, sigue habiendo incertidumbres que proyectan ciertos riesgos en el horizonte como es el estancamiento del mercado de trabajo a pesar del aumento de la demanda interna, pues aspectos como la inflación, la continuidad de los ERTE o el aumento de la morosidad que nos anuncia el Banco de España, van a lastrar dicha demanda y, con ello, nuestra capacidad de crecimiento y generación de empleo, haciendo posible que vuelva a aumentar el paro crónico y estructural que tenemos.

Como es habitual, se han publicado las cifras del empleo que nos proporciona el INE y como era de esperar, los datos de la EPA del 2T muestran una mejora en nuestro mercado de trabajo como consecuencia de varios factores, por un lado, la mejora de la economía, por otro el aumento de la actividad en sectores castigados por la pandemia como la hostelería, restauración, transporte, ocio y el turismo en general que conlleva mayores niveles de contratación por la temporada veraniega y, por último, una mejora como consecuencia de que partimos de una fuerte caída de la que sólo podemos levantarnos.

En relación con la ocupación, ha mejorado en casi un 2,5% respecto del primer trimestre situándose en 19,671 millones, si bien dicha mejora se reduce al 0,8% si se elimina el efecto calendario. De igual forma, el empleo ha crecido un 5,7% en términos interanuales ya que en el mismo trimestre de 2020 se alcanzó el mínimo con 18,61 millones de personas, es decir, una mejora de 1,06 millones de empleos recuperados que, sin embargo, mantiene una diferencia negativa de casi 300.000 empleos respecto del nivel existente a cierre de 2019.

Por sector, en términos interanuales, el sector público ha aumentado el empleo en 213.600 personas mientras que el privado lo ha hecho en 850.800, lo que muestra que una parte de la mejora de las cifras de empleo se debe a la intervención del Estado en el mercado laboral, sin cuyo efecto, los datos serían aún peores.

En cuanto al número de parados, los datos del 2T muestran una mejora interanual del 3% hasta situarse en 3,544 millones de desempleados que mejora en 110.000 personas la cifra del pasado trimestre, pero lejos de los 3,192 millones que había a cierre de 2019 e incluso de los 3,3 millones que había al inicio de la pandemia en el 1T de 2020. Por tanto, a pesar de la recuperación de la economía en este trimestre, no es suficiente como para alcanzar los niveles de paro pre-COVID y la muestra es que aún quedan cientos de miles de empleados en ERTE que no se contabilizan en este dato.

En definitiva, como se esperaba, los datos muestran una mejora desde una situación de fuerte caída pero no son suficientemente optimistas ni muestran la recuperación de los niveles de EPA pre-COVID tras 6 trimestres, a lo que hay que añadir que el 75% de los nuevos empleos creados son temporales por lo que se mantiene la precariedad de nuestro mercado de trabajo.

Y es previsible que los datos que se publiquen para el 3T sean mejores por el efecto de la mayor contratación en esta época estival, aunque con la 5ª ola del virus y las restricciones de los países, se están produciendo cancelaciones de última hora con lo que el número de turistas extranjeros será menor de lo esperado y, por tanto, el sector turístico pisará el freno en la contratación durante el verano. Sin embargo, habrá que estar muy pendiente a los datos del 4T ya que todo apunta a que pueda haber una recaída en el empleo a la vista de la posible subida en el SMI.

En esta línea, no debemos perder de vista, que al cierre del 2T el número de trabajadores en ERTE registrados por la Seguridad Social era de 447.800 personas, que también representa una mejora respecto del trimestre anterior y respecto del máximo alcanzado que fue de más de 3,6 millones de empleados, sin embargo, siguen siendo muchos los que se mantienen en esta situación donde corren el riesgo de convertirse en ERE aumentando así las cifras de paro. Aunque no son todos, una buena parte de los trabajadores que están actualmente en ERTE llevan varias prórrogas encadenadas y, cuanto más tiempo pase, la probabilidad de acabar en ERE será mayor. Para algunos expertos, es posible que hasta el 60% de estos trabajadores sigan en desempleo, muchos de ellos, mayores de 50 años, lo que significa paro de larga duración ante las rigideces de nuestro mercado de trabajo, lo que se agudizará con una nueva subida del SMI, el aumento de la morosidad, la inflación y los impuestos, entre otros.

Juan Carlos Higueras es analista económico y profesor de EAE Business School