Así está el sector
No, en Europa los peajes no son mayoritarios en las autovías
Aunque el Gobierno asegura que en la mayoría de países se aplica el pago por uso en estas vías, en Alemania o el Reino Unido las carreteras de gran capacidad son gratuitas. En Francia, sólo parte de la red es de pago
Cuando el Gobierno comunicó en abril a la Comisión Europea su intención de explorar la posibilidad deimplantar peajes en la red de vías de gran capacidad españolas a partir de 2024, el entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), José Luis Ábalos, aseguró que en Europa “les parece inconcebible que tengamos la mayor red, no paguemos y, además, estemos pidiendo fondos sin que saquemos rentabilidad a lo que tenemos”. Abundando en el argumento, esta semana, su sucesora en el cargo, Raquel Sánchez; aseguró que estos peajes se aplican ya en 24 de los 27 estados de la Unión Europea. Pero la realidad es que el pago por uso está menos generalizado en Europa de lo que se asegura, sobre todo en el caso de las autovías. De hecho, en dos de los países más importantes del continente, Reino Unido y Alemania, todas las vías de gran capacidad son gratuitas.
En el caso del país germano, la mayoría de los fondos para el mantenimiento de las carreteras proceden de los Presupuestos, si bien el país tiene desde 2005 un sistema obligatorio de peaje para camiones pesados y existen algunos peajes puntuales en puentes y túneles para vehículos de más de 7,5 toneladas de peso. En el Reino Unido, sucede algo muy similar. La isla posee una red de carreteras de unos 422.100 kilómetros, de los que en torno a 24.570 kilómetros corresponden a vías de gran capacidad, como autopistas o autovías, que funcionan en general sin peaje. Desde el año 1937, la construcción y mantenimiento de la red viaria se sufraga a través de impuestos. En total, hay 23 peajes que están ubicados en determinados tramos especiales, como túneles y puentes. Los precios de estos puntos son dinámicos y oscilan entre las 0,80 a las 5,6 libras. Su precio varía según el tipo de vehículo y el momento del día en el que se crucen las infraestructuras, marcando sus cotas más altas en las horas punta.
Junto al Reino Unido y Alemania, existe otro conjunto de ocho países, Albania, Estonia, Islandia, Finlandia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Ucrania, en los que su sistema de carreteras es totalmente gratuito. En otros países como Dinamarca, Suecia Bélgica o los Países Bajos, sucede como en el Reino Unido, que el cobro se ciñe a determinadas infraestructuras. En Bélgica, sólo hay que pagar por cruzar el túnel de Liefenhoeks una cantidad que varía según la altura del vehículo. En los vecinos Países Bajos las vías de gran capacidad son gratuitas y sólo se pagan peajes en algunos túneles, como el de Westerschelde y el de Kil; y un puente. La conservación de las vías se sufraga con el impuesto de circulación que pagan los dueños de los vehículos, como ocurre también en otros países como Finlandia, donde la cesta de tasas destinadas a financiar las carreteras incluye también el impuesto de circulación, matriculación o del combustible.
La fiscalidad que ya soportan los vehículos es la que lleva a muchos detractores de los peajes a rechazar la medida. El Real Automóvil Club de España (RACE) defiende que los conductores ya pagan al año más de 30.000 millones de euros por circular por las carreteras. Según sus cálculos, de esos 30.000 millones recaudados, 21.513 corresponden a los impuestos asociados a los carburantes (7.507 millones fueron en concepto de IVA y 14.006 millones de euros por el impuesto especial). Otros 5.500 millones provienen de la recaudación fiscal por adquisición de vehículo nuevo y 2.925 millones del impuesto de circulación. Los últimos 616 millones corresponden al impuesto de matriculación. De media, cada conductor paga 1.068 euros al año en impuestos relacionados con el uso del coche, según un estudio publicado en abril por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). Una cantidad que supone el 3,9% de la renta media disponible en un hogar español.
A pesar de esta importante cantidad de recursos que se recaudan a través de impuesto relacionados con los vehículos, las vías de gran capacidad españolas arrastran un déficit de conservación que supera los 7.500 millones de euros, según el último estudio realizado por la Asociación Española de Carreteras (AEC). Y el presupuesto previsto para el año próximo, 1.300 millones de euros, a pesar de que va a ser el mayor de la historia, no alcanzará tampoco para cubrir las necesidades de mantenimiento de la red, según ha explicado el Ministerio de Transportes. La razón de ello, aseguran los detractores de la medida, es que no se emplean bien los recursos, por lo que, como afirman desde el RACE, se quiere hacer pagar dos veces a los conductores por lo mismo.
Tasas finalistas
El argumento para sostener esta afirmación es que España no tiene un problema de generación de recursos para cuidar sus carreteras sino de empleo de esos fondos. Al no tratarse de tasas finalistas, van a la caja común y se emplean para el pago de otros gastos del Estado. Por eso sería necesario complementarlos con una tasa finalista como son los peajes que se cobran en Portugal, Francia o Italia, donde están más extendidos. Aunque, en realidad, no en todas las vías de gran capacidad, como se pretende en España.
En Francia, la red nacional de autopistas y carreteras de alta capacidad asciende a 12.000 kilómetros, de las que 9.000 kilómetros son de pago. Aunque son propiedad del Estado, son las empresas privadas las que se encargan de su construcción, mantenimiento y explotación, como ocurre también en España. En el caso de Italia, tampoco está tarificada toda la red de alta capacidad. Sí lo están los cerca de 7.000 kilómetros que tiene su red de autopistas, a excepción de una parte de las del sur del país. Regio Calabria y Salerno tienen como concesionaria a Anas, una empresa pública que cobra a los usuarios. En Grecia, el pago se limita a las dos grandes autopistas que parten de la capital, una en dirección al Peloponeso y otra a Tesalónica.
Donde el pago por usar las vías de gran capacidad está prácticamente generalizado es en Portugal. Los peajes fueron una de las condiciones que impuso la Comisión Europea al país vecino en 2010 para rescatar sus finanzas con 10.000 millones de euros y se cobran mediante un sistema mixto de pórticos electrónicos y cabinas convencionales. Otros países, sobre todo los de Europa central, han optado por el sistema de viñetas, el cobro anual de una tasa por el uso de las autopistas que no es la opción preferida por la Comisión Europea.
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