Desigualdad

Los efectos de la pandemia: los hogares más pobres perdieron el 27% de sus ingresos; los ricos, sólo el 6,8%

El Banco de España certifica que se agranda la brecha. El coeficiente de Gini que mide la desigualdad aumentó tanto en un año como lo había hecho en EE UU en treinta

Reparto de alimentos a personas vulnerables a cargo de la Fundación Madrina en Madrid
Reparto de alimentos a personas vulnerables a cargo de la Fundación Madrina en MadridJesús G. FeriaLa Razon

La pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, defiende que conforme satisface las necesidades más básicas que están en los dos primeros escalones de su base, como la alimentación, la respiración o la seguridad de empleo; el ser humano desarrolla las necesidades y deseos que están en la parte más alta y estrecha, como la amistad, el éxito o la autorrealización. La de Maslow no deja de ser una teoría psicológica, pero se ajusta como un guante a lo que ha ocurrido durante la pandemia en España: mientras que los que han tenido sus necesidades económicas cubiertas han sufrido más por no poder estar cerca de sus más allegados y cubrir este necesidad emocional, la principal fuente de desasosiego de los que tienen menos recursos ha sido la pérdida de ingresos y de su empleo. Así lo pone de manifiesto el documento de trabajo “Desigualdad y bienestar psicológico en tiempos de Covid-19: evidencias de España”, publicado por el Banco de España y realizado por Mónica Martínez-Bravo y Carlos Sanz.

El análisis, realizado a partir de dos encuestas online llevadas a cabo en mayo y noviembre de 2020, estudia las consecuencias de las primeras etapas de la pandemia de Covid-19 para los hogares españoles documentando “un efecto importante y negativo” sobre los ingresos de los mismos. Además, proporciona también evidencias de que los españoles “experimentaron descensos moderados en sus niveles de bienestar psicológico”. Este efecto, añade, es “similar para las personas de diferentes niveles de ingresos”. Sin embargo, advierte, las razones que hay detrás de estas pérdidas de bienestar difieren. Así, concluye que mientras que las personas más ricas “están más preocupados por la pérdida de contacto con sus seres queridos, los pobres están más preocupados por la pérdida de ingresos y de empleo como fuente importante de angustia”.

Caída de ingresos

Las diferentes fuentes de preocupación entre unos y otros grupos no sólo tienen que ver con el punto de partida económico con el que afrontaron la pandemia sino también con la evolución de su situación económica durante la misma puesto que el trabajo concluye que los que más ingresos han perdido han sido también los que menos ganan. En mayo de 2020, el hogar medio en España había perdido el 16% de sus ingresos prepandemia, según el estudio. Seis meses después, en noviembre, solo se habían recuperado cinco puntos, explica el documento. Pero el “shock” económico “fue muy desigual”. Mientras que el estudio concluye que los hogares en el quintil más rico -entre 4.050 y 24,000 euros de ingresos mensuales- perdieron el 6,8% de sus ingresos a mayo de 2020, la caída de los ingresos de los quintiles más pobres -entre 0 y 1.260 euros de ingresos mensuales- fue del 27%.

Este desigual comportamiento en la pérdida de ingresos entre ricos y pobres tuvo como resultado que el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de ingresos en un país, experimentase un aumento de tres puntos, de 36 en 2019 a 39 en mayo de 2020. Para ponerlo en perspectiva, este incremento es comparable al aumento acumulado en el coeficiente de Gini de la distribución del ingreso de los Estados Unidos en las últimas tres décadas, que, según aseguran los autores del informe, es “un caso bien conocido de gran aumento de la desigualdad”.

El documento también pone de manifiesto que los efectos negativos sobre los ingresos fueron mayores para las mujeres que para los hombres, por lo que “confirmamos anteriores hallazgos en la literatura que indicaron la ampliación de la brecha de género durante el Covid-19″, afirman sus autores. Una circunstancia que, según el estudio, es impulsada particularmente por los ingresos de mujeres que viven en hogares con niveles de ingresos medios y que tienen hijos. También ha detectado pérdidas de ingresos muy grandes entre los trabajadores autónomos. En mayo de 2020, el 40% más pobre de los trabajadores por cuenta propia había perdido en promedio el 46% de sus ingresos, de los que habían recuperado sólo 17 puntos en noviembre de 2020. Los trabajadores asalariados también experimentaron grandes pérdidas en sus ingresos. En mayo de 2020, el 40% más pobre de los trabajadores experimentó una disminución del 28% en los ingresos.