Agricultura

Nuevo fracaso de Planas en Bruselas con los citricultores

Bruselas obvió su propuesta y no votó la aprobación de medidas contra la falsa polilla que llega con las naranjas africanas

Labrador recogiendo y cargando naranjas
Labrador recogiendo y cargando naranjasUNIÓN DE UNIONESUNIÓN DE UNIONES

Luis Planas ha cosechado un nuevo fracaso en Bruselas, a pesar de que ha presumido en numerosas ocasiones de que tiene mucha experiencia en los pasillos comunitarios y de que conoce la forma en la que hay que moverse allí. En este caso, los que resultan perjudicados son los productores de cítricos, sector muy importante en Andalucía, que se encuentra en precampaña electoral, y en la Comunidad Valenciana.

Sucedió el pasado viernes. Ese día se tenía que votar en la capital comunitaria la propuesta de la Comisión Europea para aplicar el tratamiento de frío a las naranjas importadas de ciertos países terceros, en concreto de aquellos en los que está presente la llamada falsa polilla, y principalmente a las que llegan de Sudáfrica y Zimbabue. El objetivo de esta medida es garantizar que las naranjas procedentes del exterior no traen incorporada esa plaga, que es una amenaza muy seria para el sector citrícola español.

Sin embargo, finalmente este asunto no llegó a someterse a votación y se retiró del orden del día de la reunión del Comité Permanente de las Plantas, Animales, Alimentos y Piensos, formado por los expertos en estas materias de los Estados miembros, que era el órgano competente.

Según fuentes comunitarias consultadas por LA RAZÓN, durante las últimas semanas se registró una intensa actividad de los grupos de presión que trabajan para los productores y exportadores de Suráfrica, con el objetivo de impedir que se votase esa medida, que podría suponer restricciones muy importantes para sus envíos de naranjas. En el mismo sentido se movieron las delegaciones de algunos Estados miembros de la UE, como los Países Bajos, por cuyos puertos, como el de Rotterdam, entra una parte significativa de la mercancía procedente de Suráfrica, sobre todo.

Mientras tanto, los servicios correspondientes del Ministerio de Agricultura español, dirigido por Luis Planas, y los de la Representación Permanente en Bruselas, o no se enteraron de lo que se está cociendo en la capital comunitaria, o, si se dieron cuenta de lo que se fraguaba en los pasillos de la UE, fueron incapaces de abortar la operación.

En el sector citrícola español la noticia ha caído como una bomba. Así Ricardo Serra, presidente de Asaja Sevilla y Andalucía, además de citricultor, ha criticado que España no se haya movido con efectividad en Bruselas y que no se haya llegado a votar esa medida: «El problema no está en que no saliese adelante esa decisión, sino que es mucho más grave, porque ni siquiera se votó». También piensa que la Comisión ha cedido ante las presiones de los surafricanos. La interprofesional de este sector va a enviar una carta a la comisaria de Sanidad pidiendo explicaciones. En ella destacan el riesgo fitosanitario que supone la no votación de esta medida para los citricultores españoles en particular y europeos en general.