Alumnas del curso «Operaciones en la fabricación de baños industrializados»

Se buscan mujeres para la obra

En los próximos años, se necesitarán cubrir 700.000 empleos en el sector, por lo que que la industria ha puesto en marcha iniciativas para incorporar trabajadoras

Susana Cárdenas es una de las soladoras que Vía Ágora tiene en una de sus promociones de Valdebebas, uno de los nuevos desarrollos inmobiliarios de Madrid, situado al norte de capital de España. Esta ecuatoriana de 41 años llegó al sector de la construcción por casualidad. La anterior crisis la forzó a regresar a su país de origen y, para retornar a España, necesitaba un contrato de trabajo, el cual le fue facilitado por la empresa en la que trabajaba su marido, también solador. Lo que comenzó hace ahora casi un año siendo fruto de la necesidad, se ha convertido, a día de hoy, en su profesión, algo que le gusta, le llena y en la que se siente cómoda. Ha descubierto así un oficio, al que, tal y como confiesa, se enfrentó en un principio con temor («sobre todo me daba miedo la radial, pero rápidamente me familiaricé con ella», recuerda). Nunca pensó que su futuro profesional estuviese en una obra, pero, ahora, aspira a continuar formándose y aprendiendo, en un área de actividad tradicionalmente masculina. «Cuando llego por primera vez a una obra, mis compañeros hombres se sorprenden mucho. Incluso, se muestran un poco vergonzosos, pidiéndome perdón cuando dicen algún taco, pero su acogida siempre ha sido muy buena y nunca me he sentido diferente por ser mujer», relata.

Susana

Susana es una de las 123.637 mujeres que trabajan en la Construcción, el 9,6% del total de empleados en el sector, según datos recogidos en el informe «Mujeres en el sector de la Construcción», elaborado por el Observatorio de la Fundación Laboral de la Construcción. No obstante, las tareas que desempeñan las féminas están muy vinculadas a labores de oficina, siendo la proporción en el área productiva muy pequeña. Y es que, aparte de las ingenieras, arquitectas o aparejadoras, es extraño encontrar a mujeres presentes en las obras, una realidad que actualmente desde la propia industria se quiere revertir.

En los próximo años, se estima que se necesitarán cubrir en España 700.000 vacantes en la construcción, por lo que no se puede renunciar a la mitad de la fuerza laboral. En este sentido, empresas, patronales y las propias administraciones están poniendo en marcha diferentes iniciativas para aumentar la presencia de mujeres a pie de andamio. Y es que, tras el pinchazo de la burbuja, muchos trabajadores abandonaron el sector, al que no han regresado, y que, ahora, en plena reactivación, se encuentra con claras dificultades para encontrar mano de obra.

Ejemplo de los esfuerzo que se están haciendo por atraer talento femenino a la construcción es la iniciativa puesta en marcha por Lignum Tech, empresa de sistemas constructivos industrializados perteneciente a Vía Ágora, en colaboración con la Fundación Laboral de la Construcción, el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que han desarrollado una acción formativa multidisciplinar para formar a mujeres en los oficios de la construcción. El proyecto se realiza en Cuenca, en las instalaciones de la Fundación Laboral, y donde se encuentra la planta de producción de Lignum especializada en la construcción de baños industrializados, y que tiene una particularidad: solo emplea a mujeres

Esta acción formativa incluye un compromiso de contratación del 40% de las alumnas que finalicen satisfactoriamente la formación, y es el único curso del mercado que aborda varias disciplinas, dando respuesta a esta necesidad de incorporar a la mujer a la industria de la edificación y la construcción.

Sandra

Una de las alumnas es Sandra Escudero. Divorciada y madre de dos hijos, tampoco pensó nunca en la construcción como salida laboral. Estudió restauración y conservación de arte, por lo que, asegura, siempre le ha gustado trabajar con las manos. En el curso ha partido desde cero y ha aprendido todo el proceso de fabricación de baños: el solado, el alicatado, la instalación de suelo radiante, la electricidad... Desde que llegó a Cuenca, hace ya 20 años, siempre ha trabajado en el Comercio. Sin embargo, su edad (en agosto cumplirá 45 años) supone todo un hándicap para trabajar de cara al público. «Cuando llegas a una determinada edad, ya no te llaman para trabajar», lamenta. Después de realizar el año pasado una formación como vigilante de seguridad, y no encontrar trabajo, decidió apuntarse al curso en busca una nueva salida profesional. «Decidí hacerlo porque, aparte de recibir una nueva formación, que siempre es bueno, el compromiso de contratación del 40% de la empresa es muy atractivo. Nunca me imaginé trabajando en este sector, pero, ahora, que he probado, me he dado cuenta de que gusta mucho y, además, se me da bien. Lo he disfrutado y espero tener suerte y que finalmente me elijan para trabajar en la fábrica», señala.

El curso se integra, además, en la iniciativa puesta en marcha por la Fundación Gómez Pintado, también de Vía Ágora, «Las mujeres construyen», en consonancia con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, concretamente con el 5, el de igualdad de género, y que pretende ofrecer oportunidades a las mujeres para que puedan desarrollar una carrera profesional en la industria, y no solo en puestos administrativos, sino también a la producción.

Sandra Llorente, directora general de Lignum Tech, considera que los resultados que están obteniendo con el curso son muy alentadores. «Gracias a esta iniciativa, que es única en España, las mujeres pueden comprobar que los procesos relacionados con la construcción no son tan pesados y y duros como pensaban. La construcción industrializada ofrece la posibilidad de trabajar en una fábrica con un horario y un entorno fijo. Aunque el curso que se imparte en Cuenca está centrado en baños, las alumnas tienen la oportunidad de conocer diferentes oficios dentro del sector, como el solado, el alicatado, la colocación del pladur, la fontanería o la electricidad, con lo que se crean perfiles multidisciplinares. Se trata de una formación muy completa para ellas y, además, nos hemos dado cuenta que, en muchos casos, los hacen mejor que los hombres, ya que, por lo general, las mujeres son más detallistas y finas en el trabajo. Con este tipo de cursos les va a ser mucho más fácil entrar en el proceso constructivo, que es donde percibimos que hay más déficit de trabajadoras», explica Llorente.

Precisamente, son los nuevos modelos de construcción industrializados, que fabrican en factoría y, posteriormente, ensamblan en obra, los que más pueden favorecer la incorporación de las mujeres al sector. «La industrialización hace que los procesos sean más seguros, sostenibles y también permiten la creación de entornos controlados. Nuestro objetivo es que en seis o siete años se vea como normal la presencia de mujeres en el sector», añade.

Elizabeth

Elizabeth Cedrán es otra trabajadora que ha encontrado en la construcción su futuro laboral. Lleva desde 2005 realizando instalaciones eléctricas y se declara una «enamorada» de su oficio. Tras 17 años trabajando por cuenta ajena, ahora, quieren emprender y montar su propia empresa. Para ello, está a punto de concluir un curso de certificado de profesionalidad en el electricidad promovido por la Fundación Laboral de la Construcción, y que convertirá su deseo en realidad. « Llevo muchos años trabajando en el sector, pero, ahora, quiero crear mi empresa y, para eso, necesito un título que acredite mis conocimientos. Además, este es un sector muy innovador en el que constantemente tienes que aprender. Lo mío es vocación. He formado parte de los equipos que han levantado la T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, el Centro Comercial Plenilunio o el Oceanogràfic de Valencia», señala.

Asimismo, afirma que nunca se ha sentido discriminada por su condición de mujer y que, por regla general, siempre ha recibido el apoyo de sus compañeros hombres. Desde su experiencia, anima a todas las mujeres a que consideren la construcción como un salida profesional. «Es cierto que, a veces pasas, frío, otras, calor, pero, para mí, es una tarea gratificante porque me gusta mi trabajo», apostilla.

Perfil

El crecimiento de la ocupación en la construcción en 2021 con respecto año anterior fue del 3,8%, pero, en el caso de las trabajadoras del sector, el incremento fue del 21,4% con respecto a 2020 y del 8,3% en relación a 2019, lo que supone una variación positiva notablemente más acentuada que las ocupadas en el resto de la economía y que los hombres de la industria, tal y como refleja el informe del Observatorio de la Fundación Laboral de la Construcción.

En cuanto al perfil de mujeres que trabajan en estas actividades, más de la mitad (65,6%) de las mismas tienen entre 35 y 54 años, siendo el promedio de edad de 43 años. El segundo grupo de mayor concentración es el comprendido entre 24 y 34 años, con un 17%, seguido por el de mayores de 55 años, que representan el 13,5%. El conjunto de las trabajadoras menores de 20 años apenas supone el 3,2%. Pese a ello, si se compara con todos los sectores, la proporción de las mujeres más jóvenes empleadas en la Construcción duplicó al del conjunto de la economía.

Son las actividades de construcción especializadas y la de construcción de edificios las que concentran un mayor volumen de ocupadas Entre las dos suman el 87,8% del total. Por su parte, seis de cada diez ocupadas en el sector tienen estudios de educación superior, seguidas por aquellas con un nivel de educación secundaria (23%), de las que algo más del 12% provienen de la FP de Grados Medio y similares.

Mujeres para construir

Pedro Fernández Alén
Presidente de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) y de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC)
El sector de la construcción cerró 2021 con un dato esperanzador: un récord de mujeres, con una presencia del 9,6% sobre el total. Algo más de 100.000 mujeres de los 1,3 millones de trabajadores, un porcentaje más alto que en los años de la burbuja financiera, cuando 2,7 millones de empleados ejercían en la construcción.
Aunque aún insuficiente, es el mejor dato histórico que disponemos: tradicionalmente, hablamos de un sector copado por hombres, que sufrió por la crisis financiera el pinchazo de la burbuja hace ya 15 años y que desde entonces arrastra una imagen distorsionada. Un sector igualmente envejecido, puesto que más del 61% de los trabajadores tiene una edad que oscila entre los 40 y los 59 años, cuyo relevo generacional -no obstante- podría verse impulsado por el acuerdo que empresarios y sindicatos de la construcción hemos adoptado en el marco de nuestro VII Convenio General.
La actividad adolece, pues, de mujeres y de jóvenes de ambos sexos, y desde la Fundación Laboral de la Construcción, la universidad del sector en España desde hace 30 años, nos hemos propuesto luchar contra esta carencia. Ahora bien, ¿por qué a las mujeres y a los jóvenes debería interesarles acercarse a trabajar en la construcción?
En primer lugar, porque el trabajo que se genera es estable y de calidad. Entre mayo de 2021 y mayo de 2022, el paro en el sector ha caído en 60.000 personas y los contratos indefinidos han aumentado un 95%. Si a eso se le suma que el salario más bajo es un 30% más alto que el SMI, que se trabaja de lunes a viernes y que a lo largo de los próximos tres años los sueldos van a aumentar por convenio un 10%...
En segundo lugar, porque precisamente el acuerdo alcanzado en torno al mencionado VII Convenio General incluye más atractivos: tal es así, que patronal y sindicatos hemos acordado el primer plan de pensiones sectorial de la historia, un impulso a la jubilación de los actuales y futuros trabajadores. Si vienes a la construcción ya tienes plan para tu jubilación.
En tercer lugar, el falso estereotipo heredado del crash financiero de 2008 vincula nuestra labor a la vivienda nueva residencial. Algo irreal: ya no es sólo que no estamos en una burbuja inmobiliaria -en 2021 se visó ocho veces menos vivienda nueva y se concedieron tres veces menos hipotecas que en 2005- sino que las empresas constructoras en España son líderes mundiales, con una cartera de proyectos muy diversa. Diversidad que se va a incrementar con la llegada de los fondos NextGeneration EU.
En este contexto, desde la Fundación Laboral de la Construcción creemos que hay que dar un paso más y apostar por iniciativas público-privadas para atraer mujeres, un colectivo que aporta innovación y creatividad a un sector muy masculinizado. Por eso nos parece oportuno valorar el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el Gobierno de Castilla-La Mancha, la empresa Lignum Tech y nuestra Fundación para sacar adelante un proyecto de formación multidisciplinar con compromiso de contratación.
Concretamente, se hará en el centro de la Fundación Laboral de la Construcción en Cuenca, uno de los más de medio centenar de centros en los que la FLC forma a 80.000 alumnos al año y donde estamos implantando un buen número de proyectos que apoyan la atracción de mujeres y jóvenes al sector.
Recientemente se produjo la clausura del primero de los dos cursos dentro de este proyecto cuyo título lo dice todo: “Operaciones en la fabricación de baños industrializados”, dirigido íntegramente a mujeres y cuyo principal objetivo es facilitar su incorporación al proceso constructivo, además de impulsar la generación de riqueza y empleo en la España vaciada, pues la construcción también resulta de vital importancia para vertebrar y cohesionar los territorios y luchar contra la despoblación del medio rural. Por eso, en calidad de presidente de la FLC, quiero felicitar a los presentes en el acto de clausura del primer curso: los presidentes de la empresa Lignum Tech (Corporación VÍA ÁGORA), Juan Antonio Gómez–Pintado, y de la Fundación Laboral de la Construcción de Castilla-La Mancha, Álvaro Villaescusa; los vicepresidentes de la entidad paritaria en la región, Roque García (CCOO del Hábitat) y Raúl Alguacil (UGT FICA); la directora general de Formación Profesional para el Empleo de Castilla-La Mancha, Marta Roldán; y por último, a representantes del sector a nivel nacional: Mariano Sanz de CNC, y a Sergio Estela de UGT FICA.
Porque ha llegado la hora de dar la importancia que se merece a nuestro sector, quien tiene como uno de sus principales objetivos el de seguir incorporando mujeres para ser más sostenible, competitivo y, en definitiva, mejor. Por eso buscamos mujeres para construir.