Inversión

En qué consiste la “fusión” de Ethereum y por qué supone toda una revolución para el mercado de las “criptos”

La segunda moneda digital más popular del mundo ha cambiado su protocolo por otro con menor consumo energético. El minado conlleva un elevado gasto de electricidad, uno de los principales argumentos entre los críticos de la industria

Una criptomoneda de ethereum, a 14 de septiembre de 2022, en Madrid
Una criptomoneda de ethereum, a 14 de septiembre de 2022, en MadridEduardo ParraEuropa Press

El mayor desafío al que se enfrenta el mercado de las criptomonedas no es carácter económico, sino medioambiental. En pleno “criptoinvierno”, con la cotización de las principales monedas digitales en mínimos históricos, Ethereum ha decidido dar un paso al frente para combatir uno de los principales argumentos que se esgrimen contra estos activos: su elevada contaminación. El minado de criptomonedas requiere el uso de computadoras de elevada potencia que están constantemente funcionando y, además, requieren un sistema de ventilación para evitar que se recalienten, lo que aumenta aún más su consumo energético. De hecho, se estima que el minado de estos activos genera un gasto energético superior al de muchos países desarrollados de tamaño medio. En el caso del Bitcóin, como Noruega, y en el caso del Ethereum, como Países Bajos. Para avanzar en este aspecto, Ethereum ha completado este jueves 15 de septiembre su “fusión”, que comenzó este martes y por la que la red cambiará su protocolo a ‘proof of stake’, una actualización que reducirá su consumo de energía, pero que podría rebajar la seguridad.

Menos consumo energético, pero también menos seguridad

Esta “fusión” (‘merge’ en inglés) ha suscitado mucho interés en los últimos días en la industria “cripto”, hasta el punto de que Google llegó a publicar un reloj con la cuenta atrás al buscar ‘Ethereum Merge’. Esta actualización consiste en el cambio de protocolo de ‘proof of work’ a ‘proof of stake’ --prueba de participación en español, aunque se utiliza más la terminología en inglés-- y permitirá que la criptomoneda reduzca muy significativamente su consumo de energía, uno de los principales argumentos entre los críticos de la industria. Sin embargo, este cambio también hará que disminuya la seguridad de la ‘blockchain’. En este sentido, Bit2Me explica en su página web que existe el riesgo de perder los fondos “por ataques maliciosos”.

Estos sistemas requieren que la cartera del usuario siempre esté abierta y conectada a Internet. Esto genera un problema de seguridad que puede permitir a los ‘hackers’ aprovechar vulnerabilidades para robar fondos de dichas carteras”, especifica. Por su parte, el consejero de Eurocoinpay, Herminio Fernández, explicó en declaraciones previas a Europa Press que el minado ‘proof of stake’ no consume tanta electricidad porque “no necesita unidades tan potentes de cálculo”, son ordenadores ‘casi’ normales” y, por tanto, con menos seguridad.

No obstante, el protocolo es capaz de solventar o dificultar ciertos esquemas de ataques ya conocidos, como los “ataques del 51%”: los atacantes necesitarán ostentar el 51% de las monedas y no de la red, como pasa con ‘proof of work’, una situación que conlleva a pérdidas económicas “muy grandes” para los ciberdelincuentes, que sirven de disuasivo. Otra de las ventajas es el aumento de escalabilidad y de la velocidad respecto al protocolo anterior, así como la proporcionalidad en la entrega de recompensas.

El analista experto en criptoactivos de la plataforma de inversión eToro, Simon Peters, ha destacado este jueves que esta actualización podría tener efectos positivos en la cotización de la criptomoneda, al reducirse la oferta. Esta era una de las claves también para el director general adjunto de Bitpanda, Lukas Enzersdorfer-Konrad, que señalaba en un comentario previo a Europa Press que esa reducción es una de las principales oportunidades que deja la “fusión” y que permitirá que sea más atractiva como refugio de valor.

A las 14:00 horas de este jueves 15 de septiembre, la criptomoneda registraba unas leves pérdidas del 0,20%, hasta situarse en los 1.590 dólares (1.592 euros), si bien llegó a situarse por encima de los 1.700 dólares (1.703 euros) el pasado martes, cuando comenzó la actualización. No obstante, pese al interés de los últimos días, la criptomoneda se deja el 67% desde sus niveles máximos de noviembre, cuando llegó a tocar los 4.864 dólares (4.873 euros).