El Gobierno dispara los impuestos pero congela los beneficios fiscales de los españoles

Los Presupuestos de 2023 serán los más expansivos en cuanto a gasto y los de mayor presión fiscal de la historia. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentó el pasado jueves unas Cuentas que consignan unos ingresos no financieros de 307.445 millones, un 6% más, con una recaudación tributaria récord de 262.781 millones, un 7,7% más, gracias fuerte crecimiento de las entradas por IRPF (7,7%), el impuesto de Sociedades (7,7%), empujado por los nuevos gravámenes a las grandes empresas, y el IVA (5,9%), básicamente por el impulso otorgado por la presión inflacionaria, no por el aumento del consumo, que puede desplomarse el próximo año si la situación geopolítica provocada por la guerra de Ucrania y la subida de los precios energéticos se mantiene.

Este incremento sustancial de los ingresos se debe también al nuevo paquete fiscal anunciado por Montero, que incluye el nuevo impuesto a las grandes fortunas –aunque no se ha incluido en los Presupuestos–, el aumento del gravamen de las rentas del capital a partir de 200.000 euros y la subida del impuesto de Sociedades para las grandes empresas. Pero esta mayor presión fiscal no tiene como contrapartida un aumento de los beneficios fiscales, tanto de contribuyentes como de empresas, ya que solo suben un 1,2% en 2023, hasta los 45.269 millones.

Según el proyecto de ley de los Presupuestos, los beneficios fiscales apenas sufren un incremento en términos absolutos de 555 millones de euros respecto a la cifra actualizada de 2022. Casi el 25% de ellos procederá del IRPF, hasta un total de 11.179 millones, que suponen una bajada del 1,6%. El Gobierno lo justifica «por la reducción de la base imponible por aportaciones a sistemas de previsión social, con una caída de 190 millones; la deducción por inversión en vivienda habitual, con 98 millones menos; y las variaciones moderadas de las deducciones por familia numerosa y personas con discapacidad, la deducción por maternidad o la reducción por rendimientos del trabajo». También tienen repercusión cuantitativa negativa en estos beneficios en el impuestos de rentas el «recorte del límite máximo de la reducción por aportaciones a sistemas de previsión social» –que pasó de 2.000 a 1.500 euros anuales desde 1 de enero de 2022–, a la «reducción por obtención de rendimientos del trabajo y a los tipos impositivos que se aplican sobre las rentas del ahorro».

En cuanto a Sociedades, la magnitud de los beneficios fiscales se sitúa en 5.697 millones, lo que representa el 12,6% del total presupuestado y una caída del 2,8% respecto al presente ejercicio. La razón directa hay que situarla en «la caída de los beneficios de las sociedades de inversión y la incidencia de la tributación mínima de las grandes empresas y grupos». Asimismo, el Gobierno estima que la tributación mínima del 15% para grandes empresas y grupos en consolidación fiscal recortará los beneficios fiscales de este tributo en 2023 en 670 millones de euros, lo que supone un -10,8% respecto a la cantidad que se hubiera obtenido en ausencia de un cambio normativo.

En el caso del IVA, la mayor repercusión en los beneficios fiscales procede de las «reducciones en los tipos de gravamen aplicables a determinados suministros de energía eléctrica y al gas natural, así como la rebaja al tipo del 4% de los productos de higiene femenina», detalla el Gobierno en el libro amarillo de los Presupuestos. Los incentivos fiscales en el IVA se cifran en 25.679 millones de euros, absorbiendo el 56,7% del monto total del presupuesto, lo que supone un 3,1% más o 781 millones de euros por encima de lo estimado para este año, gracias al crecimiento tanto del «consumo privado como de la inversión en vivienda a lo largo de 2023».

En cuanto a los beneficios fiscales en los Impuestos Especiales, estos se sitúan en 1.014 millones, casi la misma cifra que en 2022, con solo 11 millones de euros más y un ligero aumento del 1,1%. Este leve incremento se explica fundamentalmente, según detalla el Ejecutivo, «por el favorable ciclo económico que se espera para 2023, aumentando los consumos de algunos de los productos gravados con estos tributos».

Los beneficios fiscales de 2023 no se verán afectados por los cambios normativos que los Presupuestos recogen en materia de los tributos de naturaleza directa, cuya repercusión se dilatará hasta el siguiente año y se tendrá su efecto ya en 2024.

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