Empleo
La ministra pija-Tous
hay un millón de hogares con todos en paro, medio millón de jóvenes sin empleo y que uno de cada diez parados lleva 4 años sin trabajar. Esa es la realidad y no los mundos «chulísimos» de Díaz
Todos tenemos derecho a evolucionar, faltaría más. Lo contrario, al margen de que sería un aburrimiento, diría muy poco de nosotros. Un servidor, sin ir más lejos, ha transitado por varios estadios, con mayor o menor intensidad. Pero aunque los hay que han pasado del «trotskismo» juvenil a abrazar más conservantes que un tarro de salsa, la palma del travestismo se la llevan los comunistas.
Ya se sabe que una de las más celebres frases «marxistas» es aquel glorioso «Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros», pronunciada por el genial Groucho Marx, un tipo más interesante, de lejos, que el pesado de Karl y con quien sí te irías a tomar unos tragos. Sigamos.
¿Quién en este Gobierno alardea de comunismo y de pasado sindical ? La ministra de Trabajo. Yolanda Díaz, la única comunista dialogante del mundo, tiene todo el derecho y más a dejar atrás ese pasado oscuro de «foulares» y pelo corto «jarraichu» que no la hacían justicia. De hecho, hace muy bien en presentarse con camisa azul, peinado recién salido de fábrica y colgante de «Tous», al más puro estilo burgués de barrio bien. El problema es que el mensaje resulta menos convincente de esa guisa cuando a uno se le ocurren disparates como propugnar indemnizaciones por despido a lo loco o elevar el SMI hasta extremos inasumibles en un país ya de por sí mileurista (no vale decir que en Francia está en 1.678 euros porque, sencillamente, nos doblan el PIB con la mitad de paro).
Como poco convincente están resultando los datos de empleo tras la entrada en vigor de la reforma laboral de algodón de azúcar, con más paro entre las mujeres y los jóvenes (lo dice la EPA) que hace un año y el peor registro para un tercer trimestre desde 2012 (al margen del pandémico 2020). Dirán que es coyuntural y que han logrado reducir la temporalidad a fuerza de disfrazarla de lagarterana, pero el hecho concreto es que hay un millón de hogares con todos en paro, medio millón de jóvenes sin empleo y que uno de cada diez parados lleva 4 años sin trabajar. Esa es la realidad y no los mundos «chulísimos» de los «Bo-bos» (del francés «bourgeois-bohémien») que abundan en el Gobierno.
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