El Gobierno, sobre el informe del BCE: «Es un copia-pega»

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha abierto hoy fuego contra el dictamen del Banco Central Europeo (BCE) sobre la escasa idoneidad del impuesto a la banca que pretende aprobar el Ejecutivo y lo ninguneó abiertamente al asegurar que parece «un copia-pega» de otros informes sobre otro contexto económico.

En una entrevista en RNE, Escrivá ha subrayado que las competencias en materia de regulación financiera y, sobre todo, en materia fiscal, son estatales y pidió poner «en su justo término» lo que significa un informe de estas características. Escrivá, que ha recordado su estancia en el BCE, insistió en que este tipo de dictámenes, que no son vinculantes, no son un elemento central del trabajo del organismo.

Cuestionado por el aviso del BCE de que este impuesto puede restringir el crédito, Escrivá dijo que es algo «bastante paradójico» viniendo de una institución que está subiendo tipos para suavizar el crecimiento del crédito. Escrivá recordó que hay impuestos a la banca en otros países europeos, como algunos escandinavos o Francia, con diseños que no difieren mucho del de España. «Hay que rebajar muchísimo el estatus de un informe (...) que no creo que quiera interferir con la legitimidad que tiene un Gobierno para regular estos temas», dijo esta mañana.

Pese a todo, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha abierto la puerta a introducir «mejoras» durante el trámite parlamentario. «Las cuestiones que suscita el BCE ya las habíamos analizado a la hora de diseñar el gravamen y ahora está atravesando el trámite parlamentario, en el que se podrán introducir todas las mejoras que considere adecuadas el Poder Legislativo de nuestro país», ha manifestado desde Londres.

También el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha afirmado que se estudiará «en qué medida se podría mejorar el diseño» de este impuesto tras el dictamen del BCE, aunque en ningún caso se admitirá la opción de que la banca repercuta los sobrecostes.