Vivienda

Las “ayudas” del Gobierno las pagarán los hipotecados: hasta 10.000 euros más en intereses

Acogerse a una carencia o alargar el plazo, como propone el plan «pactado» por Moncloa con la banca, baja la cuota de forma inmediata, pero dispara a la larga el coste final del préstamo

Viviendas en construcción en el barrio del Cañaveral, en Madrid
Viviendas en construcción en el barrio del Cañaveral, en MadridDavid JarLa Razón

Un alivio para el bolsillo a corto plazo pero una pesada losa en el largo. Ese es el efecto que, según algunos análisis, tendrá el paquete de ayudas a las hipotecas acordado entre el Gobierno y la bancapara aliviar a los afectados por la vertiginosa subida del euribor. Aunque los que se acojan a estas medidas verán reducida en un primer momento la cuantía de su cuota hipotecaria, más adelante también se encontrarán con que encarecerá el coste del préstamo, llegando en el caso de los más abultados a suponer un incremento de hasta 10.000 euros.

Evolución del Euríbor
Evolución del EuríborTania Nietofreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@4c192eb0

Alargar el plazo de las hipotecas hasta siete años para reducir la cuota, pedir un periodo de carencia de hasta cinco años en el que solo se paguen intereses o, incluso, solicitar que se congele el pago de la cuota de la hipoteca durante doce meses son algunas de las medidas «estrella» del conjunto de medidas anunciado por el Ejecutivo y que espera que entre en vigor el 1 de enero de 2023. Pero todas ellas tienen a la larga un peaje que no asumirán ni el Gobierno ni la banca sino el propio hipotecado.

En el caso del alargamiento del plazo, al que podrán acogerse hogares con ingresos inferiores a 25.200 euros y que destinen más del 50% de sus ingresos al pago de su hipoteca o aquellos con ingresos inferiores a 29.400 euros que dediquen más del 50% al pago del préstamo y con un aumento del esfuerzo hipotecario de más del 50%; los hipotecados se podrán reducir la cuota en un 34%, según cálculos del servicio online de ayuda a los consumidores Kelisto.es. Esto supondría que, en el caso de una hipoteca media «viva» de 72.680 euros, se pasaría de una cuota de 674,26 euros a una de 446,46 euros, lo que supondría una reducción de 227,8 euros al mes (2.733,6 euros al año). No obstante, al alargarse el plazo, también habría que pagar más intereses. Concretamente, un 72% más, según cálculos de Kelisto. Es decir, el hipotecado acabaría pagando 21.076,26 euros en este concepto, frente a los 12.277,41 iniciales, 8.798,9 euros más. Además, alargar el plazo de una hipoteca implica realizar una novación, un cambio de condiciones del préstamo. Esta operación implica el pago de varios gastos, cuya factura final rondaría los 242 euros:

Carencia

Pedir una carencia también tendría elevado coste a la larga para estos hipotecados. Pese a ser una buena solución para aliviar temporalmente el impacto de una hipoteca sobre las finanzas del hogar, la carencia tiene dos puntos negativos: que una vez finalizada, la cuota será superior a la que inicialmente tenía el hipotecado; y que el total de intereses que habrá que abonar al banco se incrementará, ya que el plazo de amortización también habrá aumentado, explican desde Kelisto. «La hipoteca se va a encarecer. No es lo mismo conceder una moratoria, como pasó en pandemia y que benefició a muchos hogares porque se concedió un aplazamiento de pago de la cuota total de la hipoteca (tanto capital como intereses), que un periodo de carencia de cinco años, en el que se aplaza la amortización de capital, pero no el pago de intereses», asegura Laura Martínez, portavoz del intermediario de crédito iAhorro.com.

La reducción de cuota que posibilitaría esta medida dependería de su duración, de si se trata de una carencia de capital (en la que solo se pagan intereses) o de capital e intereses (no se paga nada) y de si se efectúa una rebaja en el interés aplicado durante este período, tal y como contemplan las nuevas ayudas a las hipotecas (el interés sería de euríbor -0,10% para los hogares más vulnerables). Según sus cálculos, para una hipoteca media, una carencia permitiría reducir la cuota entre 490,6 y 674 euros al mes, entre el 72,8% y el 100% de la cuota original. Sin embargo, esta reducción tendría un coste posterior en función del tipo de carencia elegido. La cuota subiría entre 83 y 523 euros al mes (es decir, entre un 12% y un 78%) al finalizar la carencia, con lo que el total de intereses a pagar al banco aumentaría entre 1.362 y 5.067 euros, entre un 11% y un 41%, dependiendo de si se opta por una congelación de la cuota durante doce meses o del capital durante cinco años.

iAhorro también calcula que quien contrató una hipoteca de 150.000 euros en enero de 2018 ahora pagará 451,42 euros de cuota y en enero de 2023, si se acoge a esta medida, en vez de pagar los 695,11 euros que le tocarían en la revisión, abonaría solamente 307,10 euros correspondientes al pago de impuestos. Y así hasta 2027, cuando se cumplirían los cinco años de carencia de la hipoteca. No obstante, al final de la vida hipoteca, pagaría en total 70.348,62 euros en concepto de intereses que contrastan con los 65.035,53 euros que pagaría si no se acoge a la medida del Gobierno. Si la hipoteca fuera de 300.000 euros, acabaría pagando 10.626,54 más.

Otras medidas

En lo que se refiere a la medida de facilitar el cambio de una hipoteca variable a otra de tipo fijo, la portavoz de iAhorro advierte de que se trata de un paso que es probable que llegue tarde. «Ahora los tipos fijos están en torno al 2,5% y los bancos incluso pueden ofrecer un tipo de interés más alto a los hipotecados que quieran cambiarse, por lo que habría que ver si realmente saldrían o no beneficiados», explica. Y respecto a la eliminación de las comisiones por amortización anticipada, Laura Martínez manifiesta que «muchos bancos ya las habían eliminado, sobre todo de la amortización anticipada parcial. Al quitar también las comisiones de la amortización total se facilitará también el cambio de hipoteca (de variable a fija o a cualquier otro tipo) a través de la cancelación».

Desde el intermediario de crédito no sólo ponen en duda la utilidad de las medidas en el pasado Consejo de Ministros sino también a quién van dirigidas. El Gobierno ha propuesto que puedan beneficiarse de algunas medidas lo que denomina «clase media en riesgo de vulnerabilidad», es decir, aquellos hogares cuya renta es inferior a 29.400 euros anuales (3,5 veces el IPREM. Pero desde iAhorro no entienden que el Ejecutivo haya fijado un límite de ingresos tan bajo como los 29.000 euros para poder acogerse a estas ayudas. «Si el hogar está compuesto por dos personas trabajadoras significaría que no cobran ni siquiera 15.000 euros cada una… y con esos sueldos es casi imposible que directamente algún banco te conceda una hipoteca en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, ya que los precios de la vivienda allí también son más elevados. Sí se la podrían conceder en Extremadura o Castilla-La Mancha, donde seguramente haya viviendas que cuestan menos de 100.000 euros», explican.

Con esta segmentación de precios, añaden desde iAhorro, «podemos entender que los beneficiarios de esta medida serán sobre todo hogares unipersonales o familias en las que uno de sus miembros se vea en situación de desempleo, que no cobra siquiera el paro», según explica Laura Martínez, que asegura que «no se puede poner una renta general para toda España cuando hay 15.000 euros de diferencia entre el salario medio de los residentes en Extremadura y los residentes en la Comunidad de Madrid».