Banca
BBVA desafía el veto del Gobierno y confirma que sigue adelante con la opa al Sabadell
Lo ha hecho tras analizar las nuevas condiciones impuestas por el Gobierno
BBVA ha decidido seguir adelante con la opa sobre el Banco Sabadell pese a que reconoce que las condiciones impuestas por el Gobierno "retrasará la materialización de parte de las sinergias estimadas". Así lo comunicó ayer la entidad que preside Carlos Torres, que defiende que, tras evaluar la condición impuesta por el Consejo de Ministros, BBVA mantiene su decisión de adquirir la entidad vallesana porque "el proyecto crea un enorme valor para los accionistas de ambas entidades y representa una oportunidad única para construir uno de los bancos más competitivos e innovadores de Europa. Juntos seremos una entidad más sólida, con mayor escala y con capacidad para aumentar en 5.000 millones de euros anuales la financiación a familias y empresas, impulsando así el crecimiento económico de nuestro país", ha manifestado Torres a través de un vídeo.
Una respuesta que se esperaba desde que el Gobierno diera el pasado 24 de junio luz verde a la operación con la condición de que ambas entidades mantuvieran su autonomía jurídica y su gestión diaria de forma separada, lo que llevó las dudas a la dirección de BBVA, que se ha tomado varios días para decidir el camino a seguir. "Una vez analizado dicho acuerdo, BBVA ha decidido no desistir de la oferta y, por lo tanto, la misma se mantiene vigente conforme a lo previsto en la normativa aplicable", ha explicado BBVA en un comunicado, en el que informa de que actualizará y publicará toda la información relevante una vez obtenga la aprobación del folleto por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "Dicha aprobación se producirá, previsiblemente, en las próximas semanas".
Con esta última autorización, que se sumará a las 27 obtenidas previamente, se marca el inicio del periodo de aceptación, para que sean los accionistas de Sabadell los que decidan finalmente si venden o no sus acciones después de casi 14 meses del anuncio de la opa por parte de BBVA, que había trazado un plan primigenio que determinaba una integración rápida del Sabadell que obtendría en los tres ejercicios siguientes a la fusión unas sinergias positivas de 850 millones: 450 millones de ahorro en gastos de tecnología, 300 millones en gastos de personal y 100 millones en ahorros financieros.
Pero la operación se fue complicando con el rechazo frontal por parte de la dirección del Sabadell, que se vio reforzada con el apoyo del Gobierno, que no veía con buenos ojos el tamaño de la concentración bancaria, sobre todo en algunas regiones, como Cataluña o la Comunidad Valenciana. Las trabas y las negativas generalizadas entre entidades y asociaciones sociales y empresariales llevaron el postor a barajar una marcha atrás o a seguir un escenario lleno de minas y de vías alternativas, que no convencieron a sus detractores.
El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, cifró en 75.000 millones de euros el crédito a pymes que está en riesgo cuando se complete la opa hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell, lo que considera que abocará al cierre a decenas de miles de pymes y autónomos. "Yo no soy tan optimista como el presidente del BBVA, porque decenas de miles de pymes y autónomos no van a poder aguantar esta falta de crédito", dijo. También alertaba de que el Sabadell aglutina «el 50% del crédito que reciben las pymes, unos 150.000 millones de euros», por lo que advertía de que, si se consumara la fusión, "muchas empresas pequeñas" podrían cerrar ante la falta de financiación.
Estas cifras, que BBVA siempre ha rechazado, sirvieron para cimentar la decisión del Consejo de Ministros para impedir de facto la operación pese a haberla autorizado, ya que imponía unas condiciones que obligaban al banco vasco a recalcular todo el proceso, tras prohibir los recortes de plantilla y los cierres de sucursales ligados a la operación, aunque BBVA se agarra ahora a que no se cierra la puerta a que se produzcan estos recortes "si buscan maximizar el valor de cada entidad".
Al confirmar, que sigue adelante, BBVA presentará el nuevo folleto a la CNMV para que lo apruebe y dé inicio al periodo de canje en el que serán los accionistas del Sabadell los que tendrán que decidir si venden sus acciones al banco. Este periodo de canje tiene que durar un mínimo de 15 días, que se convierten en realidad en al menos 30 días, pero como no se contempla la posibilidad de que concluya en agosto y la ley permite que pueda alargarse hasta un máximo de 70 días, continuaría en septiembre.
A partir de ahora, la pelota estará en el tejado de los accionistas, que deben decidir si venden o no sus acciones. De momento, la asociación de accionistas minoritarios sigue mostrando su oposición a la operación y han avisado a los titulares de acciones que si aceptasen la oferta de compra que plantea el BBVA deberían tributar por la ganancia patrimonial generada. Los minoritarios han hecho esta aclaración tras elevar una consulta a la Dirección General de Tributos (DGT) sobre la aplicación en este caso del régimen fiscal especial de canje de valores con neutralidad fiscal, previsto en la ley de impuesto sobre sociedades.
En concreto, la consulta solicitaba aclarar si la opa del BBVA, tal y como la plantea la entidad, podría beneficiarse del régimen de neutralidad fiscal establecido en el artículo 76.5 de la Ley 27/2014, del impuesto sobre Sociedades. En un comunicado, los minoritarios han explicado que la DGT ha respondido rechazando esta posibilidad por considerar que la oferta "excede" el umbral marcado en la ley. Como ejemplo práctico orientativo, los minoritarios señalan que por mil euros de ganancia, los accionistas pagarían 190 euros de impuestos. "La plusvalía se calculará como la diferencia entre el valor de mercado de lo recibido (acciones del BBVA más la compensación en efectivo) y el valor de adquisición de las acciones de Sabadell transmitidas".
Los accionistas deberán tener en cuenta el valor del canje ofrecido por BBVA, que desde Sabadell siempre han mantenido que minusvalora el el coste de tasación de la entidad. En el inicio de la operación de compra, BBVA partió de un canje de acciones de una propia de nueva emisión por 4,83 acciones de Banco Sabadell. Este intercambio se modificó por el dividendo de 0,08 euros que Sabadell repartió el 1 de octubre, lo que llevaba el canje a una acción de BBVA por 5,0196 de Sabadell. Pero como consecuencia de los ajustes por el abono de los dividendos de ambas entidades con el cierre del pasado ejercicio, el pago en efectivo se elevará de 300 a 700 millones de euros. BBVA apuntó en aquel momento que éstos ajustes sólo se producirían "si la OPA siguiera viva", como es el caso. De este modo, BBVA procedió a ajustar nuevamente la contraprestación de la OPA, que pasó a ser de una acción ordinaria de nueva emisión de BBVA y 0,70 euros en metálico por cada acción ordinaria de la entidad catalana. Por tanto, este ajuste se materializa tanto por el lado del pago en acciones como del pago en metálico, tras elevar su oferta desde los 5,0196 títulos del Sabadell por cada acción propia a 5,3456 títulos y el pago en metálico los hace desde 0,29 euros hasta los 0,70 euros. BBVA recuerda que este ajuste ya estaba previsto y se ha llevado a cabo para mantener "equivalentes las condiciones económicas de la oferta después de los pagos de dividendos" por ambas entidades.