BBVA
BBVA se vuelca en la era digital para «no cerrar en cinco años»
El presidente de BBVA espera que España pueda aprovechar el buen momento económico que vive para incrementar su peso y su voz en Europa y en Iberoamérica.
El presidente de BBVA espera que España pueda aprovechar el buen momento económico que vive para incrementar su peso y su voz en Europa y en Iberoamérica.
El presidente de BBVA, Francisco González, afirmó ayer en la junta de accionistas de la entidad que España «está pasando por un buen momento» razón por la cual instó al Gobierno a no bajar la guardia y «proseguir con el proceso de reformas». Según González, el país tiene la oportunidad de asumir el liderazgo y avance del gran proyecto europeo. El actual contexto de estabilidad política debería servir, dijo, para que España tenga más voz y más peso en las decisiones clave que Europa tomará durante este año, así como para recuperar su presencia en Latinoamérica. La entidad obtuvo el pasado año un beneficio de 3.475 millones de euros, un 31,5% más, gracias al tirón de México y Turquía. «2016 ha sido un muy buen ejercicio para BBVA, en un entorno complejo, donde hemos mejorado nuestro perfil de riesgo y reforzado la base de capital, al mismo tiempo que hemos hecho crecer los ingresos».
Ante los accionistas reunidos en Bilbao, González miró hacia el futuro y adelantó que BBVA «será una nueva empresa digital» porque, aseguró, es la única solución que tiene la banca para vivir en el futuro. Para hacerse una idea del proceso de transformación que se está viviendo en el sector financiero, González tiró de los números. Mientras en 2006 la plataforma del banco procesaba 90 millones de transacciones por día, hoy se sobrepasan algunas veces los 1.000 millones. A cierre del pasado ejercicio, BBVA contaba con 18,4 millones de clientes digitales (un 50% más que hace dos años) y 12,4 millones de clientes móviles (el doble que en 2014).
Este aspecto de la digitalización del banco fue cuestionado por un accionista en el turno de preguntas. González contestó sobre la deriva de la entidad hacía el mundo digital con un contundente «si quiere usted nos quedamos aquí, no hacemos nada y quebramos dentro de cuatro o cinco años». El presidente del «banco azul» indicó que la entrada en el mundo digital no significa que todos los clientes operen con la entidad de esta manera, puesto que eso dependerá de cada usuario. «Tenemos una amplia red de oficinas para dar a cada cliente el servicio que quiera. Quien quiera ser digital, puede ser digital y quien no, puede ir a la oficina y tener allí sus servicios», destacó.
BBVA repartirá su último dividendo opción de 13 céntimos por acción el próximo mes de abril . A partir de esa fecha, todos los pagos se harán en efectivo. Francisco González explicó a los accionistas que los buenos resultados del banco le han permitido ofrecer «una corriente sólida y sostenible» de dividendos y precisó que el banco comienza este ejercicio a aplicar la política de remuneración anunciada en 2013. Ésta contempla dos pagos por ejercicio –en principio, en octubre y en abril– en lugar de los cuatro que se habían establecido hasta ahora. BBVA prevé mantener una ratio de «pay out» (parte del beneficio destinado a retribuir a los accionistas) de entre el 35% y el 40% de los resultados de cada año contable. «De esta forma, los dividendos crecerán en paralelo con los resultados, en una línea clara, sostenible y predecible, alineada con las recomendaciones de los reguladores y las mejores prácticas», apuntó González.
De acuerdo con el esquema de aplicación del resultado que la junta aprobó ayer, el banco ha destinado a retribuir a los accionistas con cargo a 2016 un total de 1.044 millones de euros.
Durante su intervención y sin citar explícitamente a nadie, el presidente de BBVA criticó a aquellos países que optan por limitar el libre comercio y el movimiento de personas, además de coartar la iniciativa privada para proteger producciones o empleos locales. «Ése no es el camino para crear riqueza», advirtió el banquero, que considera que en muchos países se están buscando «soluciones fáciles y unilaterales a problemas complejos y globales», lo que el auditorio interpretó como una velada alusión a EE UU y a su nueva política.
González ha admitido que las personas pueden sentir que sus empleos son «más inseguros y vulnerables» ante la globalización y el avance tecnológico. Por eso, en su opinión, hacen falta políticas coordinadas de ámbito global que favorezcan la integración económica y reformas que den más flexibilidad a las economías y más oportunidades.
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