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Coches piscina: el próximo negocio que Uber quiere rentabilizar en España

El director del Sur de Europa de la compañía, Carles Lloret, espera que haya Gobierno pronto para desbloquear la regulación del sector y entrar en más ciudades

Coches piscina: el próximo negocio que Uber quiere rentabilizar en España
Coches piscina: el próximo negocio que Uber quiere rentabilizar en Españalarazon

El director del Sur de Europa de la compañía, Carles Lloret, espera que haya Gobierno pronto para desbloquear la regulación del sector y entrar en más ciudades

UberX es el único servicio con el que la compañía ha entrado en la capital española, y ya tiene 1.600 conductores con licencia de arrendamiento o VTC. El usuario descarga la aplicación, indica en qué lugar quiere que le recoja un conductor de Uber y el destino al que quiere que le dirija, y paga el trayecto desde el dispositivo móvil, introduciendo su número de tarjeta o cuenta bancaria. Si la regulación de la Comunidad lo permitiera, la demanda de servicios que registran les permitiría hacerse con 9.284 licencias al año, lo que les daría unos beneficios de unos 324 millones de euros.

Cada vez son más los usuarios que apuestan por Uber en España. De hecho, miles de personas han descargado ya la aplicación para utilizarla en lugares distintos a la capital, aunque todos se han encontrado con el siguiente mensaje: We´d love to be here (nos encantaría estar aquí). La regulación española impide que Uber esté presente en otras ciudades. Y en Madrid, por cada 30 taxis que circulan, tan solo está permitido que lo haga uno de sus coches. Por eso, el director de Uber España y el resto de países del sur de Europa Carles Lloret (33 años) espera “que pronto haya un Gobierno nuevo o el mismo para empezar a hablar”. Quieren entrar en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía, donde han registrado múltiples peticiones. El modelo de negocio es igual que el de los chóferes o conductores profesionales de toda la vida. Un autónomo se compra un coche y factura a Uber por sus servicios. Lloret ha explicado que de sus ganancias, la compañía se lleva un 25% de comisión porque la tecnología punta que ponen detrás del producto es muy cara. Eso sí, los filtros que ponen a los trabajadores no son pocos: que estén dados de alta en los Seguros Sociales, número de identificación fiscal, comprobación de que no tienen antecedentes penales, establecer un máximo de entre 10 y 12 horas diarias de trabajo, o la exigencia de que paguen los impuestos correspondientes. Algo que comprueban a través de un convenio con la Unidad Tributaria Anual (UTA) del Servicio de Impuestos Internos. La empresa, sin embargo, está dada de alta en Holanda y paga los impuestos allí.

Pool Car o Uber Commute

En su afán por liberalizar el sector y ahondar en la economía colaborativa, Uber pretende traer a España el modelo estadounidense de ‘pool car’ (coche piscina o coche compartido). Una aplicación en la que usted mismo se puede convertir en un conductor por horas. Imagínese que cada día sale desde Las Rozas (Madrid) a trabajar hacia el centro de la ciudad. Sabe que tiene otros cuatro vecinos en la urbanización que hacen el mismo trayecto y a la misma hora que usted cada día. Descargaría la aplicación, se convertiría en administrador, y rellenaría su coche piscina con el resto de vecinos. Les cobraría por servicio. Es una especie de ‘Airbnb’ pero con su turismo. Si finalmente se instala en España recibirá el nombre de Uber Commute. Aunque para ello, la regulación tiene que cambiar mucho en poco tiempo, pues ahora es muy restrictiva con las economías colaborativas. Carles Lloret cree que es solo cuestión de intenciones y comunicación, pues está convencido de que es un modelo de negocio sostenible y positivo para el país según ha explicado en el seminario ¿Qué hemos aprendido de la crisis? de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la Asociación de Periodistas de Información Económica que se celebra estos días en Santander con el patrocinio de BBVA.