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¿Cómo quitarse de encima el miedo a hablar en público?

La sudoración o el bloqueo muscular, son algunos de los efectos de la glosofobia
La sudoración o el bloqueo muscular, son algunos de los efectos de la glosofobialarazon

¿Quién no ha sentido cierto pánico a la hora de hablar en la boda de un amigo o al ser elegido presidente de una comunidad de vecinos? El miedo escénico es algo muy habitual, se estima que el 75% de la población sufre algún sentimiento de ansiedad y nerviosismo al hablar en público, lo que se conoce como glosofobia, pero muchos no saben cómo hacerle frente. Quedarse en blanco, la sudoración, el bloqueo muscular, el aumento del ritmo cardiaco, son algunas de las consecuencias de quien no ha desarrollado una buena técnica para perder ese miedo.

El buen orador no nace, sino que se construye. Los grandes expertos hablan de que el 90% del éxito de un buen discurso o presentación tiene que ver con el método y sólo un 10% es innato. Según Susana Sosa, directora del servicio de Spring Professional de Adecco, «existen formaciones específicas y muy a medida para entrenar estas competencias, pero igualmente hay siempre un método transversal, la preparación. Sin duda, éste es el camino para superar ese miedo escénico. Cuantas más veces ensayes mejor; si puedes, practica con personas de confianza; no tengas miedo a que te critiquen los demás; adelántate y júzgate tú; utiliza todas las técnicas: grábate para estudiar el tono y la comunicación no verbal, apóyate en documentación, observa todo lo que puedas, pero sobre todo sé tú mismo, la naturalidad es tu mejor aliado».

Es muy frecuente encontrar a personas que dominan un tema pero que no saben contarlo bien porque les falta habilidades de comunicación. Para desarrollarlas, Enrique Sueiro, director del Programa Superior en Gestión Empresarial y Dirección de Comunicación de IE Business School, aconseja escuchar a los que hablan bien. Sueiro señala que existen cuatro acciones que resultan muy útiles para hablar en público: formarse, quererse, practicar y cometer errores nuevos. Formarse: dominar un tema contribuye a no quedarse en blanco. Sentirse a gusto con uno mismo ayuda también a realizar una buena exposición. Practicar, por ejemplo, hablando ante cinco personas, o haciendo un brindis ante la familia, o dar miniconferencias de 20 minutos, son otras forma de iniciarse en el arte de hablar en público. Por último, es importante no tener miedo a equivocarse, porque de los errores también se aprende, señala Sueiro. No importa llevarse una chuleta, porque puede dar tranquilidad.

Con menos lupa

Para superar la glosofobia conviene entender que «la gente te va a mirar con menos lupa de lo que uno piensa», comenta Noelia Bermúdez, presidenta de Aecop Aragón. Ser positivo y no creer que te vas a equivocar contribuye a que todo marche sobre ruedas. Ensayar es básico. «Cuanto más lo hagas más seguro y preparado te mostrarás», explica Bermúdez. Para mantener el sosiego encima del escenario, esta experta aconseja escuchar el cuerpo. «Si necesito silencios para pensar lo que tengo que decir me tomo mi tiempo. Es importante respirar de forma pausada, mantenerte erguido, con la cabeza alta, observar a la audiencia». Tomar conciencia de nuestra comunicación, de la velocidad, del volumen, del tono, mirar a los ojos, a la gente y personalizar el mensaje, son factores que ayudan a relajarnos.

«El miedo a hablar en público lo tiene todo el mundo. Buscamos la aprobación de los demás y cuando alguien te rechaza uno siente peligro de muerte», explica Enrique Jurado. El director de d´arte formación apunta que hablar en público «requiere horas de vuelo, de entrenamiento. Salir de la zona de confort (por ejemplo no utilizando presentaciones como un «powerpoint»), y atreverse a cometer errores». Antes de enfrentarse al público y no caer en el pánico es crucial distraerse. Hay diversas formas de hacerlo, señala Jurado, por ejemplo mirando al fondo del auditorio o a una persona en particular y observando los detalles de alrededor.

Livia Álvarez, coach de Aecop, aconseja preparar cuidadosamente el contenido de la intervención: qué voy a contar, cómo lo voy a contar, que diré primero y cómo acabaré, qué ejemplos aportaré, etc. Prepararse un guión es de gran ayuda. En esta cruzada por poner punto y final al miedo a hablar en público es importante dejar a un lado los pensamientos negativos y anticipar al cerebro todo lo que va a ocurrir, señala Ana Sanz de YTalento. Pero sobre todo, es muy útil convencerse que cuando el orador lo pasa mal el público también, por eso hay que evitar verle como al enemigo.