Seguridad

Cómo la tecnología ayudará a reducir los accidentes en carreteras

Será clave para la movilidad conectada, eficiente y sostenible gracias al desarrollo de la Inteligencia Artificial, BigData, 5G o Edge Computing

La tecnología y la inteligencia artificial ayudará a reducir los accidentes en carretera
La tecnología y la inteligencia artificial ayudará a reducir los accidentes en carreteraLa Razón

Imagínate ir conduciendo por una carretera y que, de repente y sólo unos metros más adelante, se cruce un animal salvaje. En ese momento, el carril muestra una advertencia y cambia de color para indicarte que reduzcas la velocidad o envía un mensaje a los vehículos de la situación de peligro. En el caso de sufrirse un accidente, no solamente se gestionaría la situación para reducir lo más rápido la posible congestión con diferentes estrategias, sino que los servicios de asistencia sanitaria y de emergencias recibirían el aviso en ese mismo instante. Se activarían automáticamente todos los protocolos de seguridad, alertando al resto de vehículos por la zona para que aminorasen la velocidad y evitar así nuevos incidentes. Además, la asistencia sanitaria acudiría rauda y veloz, ahorrándose el tiempo que transcurre entre el accidente y que alguien avise al 112. Unos minutos que pueden ser decisivos para las personas accidentadas.

Imagínate también que las carreteras fueran tan inteligentes que, gracias al análisis de los datos, pudieran prevenir y evitar atascos, evitar accidentes, redirigiendo a los conductores por vías alternativas o modificar sus hábitos. No solo sería un gran ahorro de tiempo, sino que se economizaría mucho combustible y se evitarían muchas emisiones de CO2, con las consiguientes ventajas para el medioambiente y para la salud de las personas. O que avisaran de la presencia de ciclistas o vehículos lentos y pesados, de manera que el resto de los conductores pudieran adecuar su ritmo de conducción a la presencia imprevista de estos otros usuarios.

¿Ciencia ficción? No, una realidad en la que ya se está trabajando y que podremos ver en nuestras autopistas en un tiempo no tan lejano. De hecho, la tecnología aplicada a las carreteras puede conllevar estos y otros beneficios aún por explorar e, incluso, por idear e imaginar. Por eso se está realizando un estudio transfronterizo entre España y Francia en el que se aborda la digitalización de carreteras para promover una movilidad más segura, inteligente y sostenible.

Qué es EUMOB

EUMOB, que es como se llama este proyecto, va a analizar la viabilidad de la digitalización de las carreteras a nivel europeo. El estudio, que se realizará en los dos países, pretende efectuar un despliegue armonizado de servicios avanzados para la movilidad conectada. Algo que conllevaría la creación de otras empresas basadas en servicios para el sector del transporte y la movilidad que supieran también aprovechar todo el potencial de la digitalización de las carreteras.

Para ello, se van a analizar 9.440 km de carretera (5.627 en España y los otros 3.813 km en Francia). Más concretamente, EUMOB se centra en los corredores TEN-T Mediterráneo y Atlántico de España y Francia.

Autopistas, la filial de Abertis en España, será la encargada de coordinar el proyecto, que contará con la participación de Tradia Telecom (Cellnex) y Cellnex Francia. Esta iniciativa forma parte del programa digital Connecting Europe Facility (CEF-2) de la Comisión Europea (CE), que tiene como objetivos principales la provisión de conectividad 5G confiable y de alta calidad para los servicios de seguridad vial, así como la provisión de servicios de conectividad a los usuarios, de vehículos y

pasajeros.

Para acometer este estudio, se van a evaluar qué requisitos de personalización y adaptación son necesarios para que las carreteras, tanto en España como en Francia, puedan estar digitalizadas. Se tendrán en cuenta tanto los costes que conlleva esa digitalización como el impacto socioeconómico y ambiental que estas medidas puedan tener, así como las opiniones de los actores locales implicados.

Proyectos y servicios

Este estudio transfronterizo conllevará la puesta en marcha de 25 servicios, tanto a corto como a medio y largo plazo y que pretenden cubrir varios aspectos de las consecuencias de esta digitalización de las vías de alta capacidad (como seguridad vial, emisión y consumo de combustibles o costes de mantenimiento).

En un primer momento se dará prioridad a cinco de estos servicios, que se pueden desplegar en un breve periodo de tiempo (ya que su instalación, tanto tecnológica como desde el punto de vista de marcos regulatorios, es más sencilla). Los costes de implantación, el impacto socioeconómico y el retorno de la inversión de los proyectos serán los principales análisis que se realizarán. De momento, se calcula que los primeros casos de uso tendrían un impacto anual para la sociedad de más de mil millones de euros, tanto para España como para Francia. Estos números están realizados en base a aspectos como la reducción de accidentes, una menor polución, reducción del tiempo así como la mejora de la gestión de activos asociada a la digitalización.

Nuevos negocios

Según los promotores del proyecto, la digitalización y mejora de la conectividad a lo largo de las autopistas permitirá que las administraciones públicas locales, regionales y nacionales, así como otros actores del sector privado, puedan tener su voz a la hora de idear, desplegar y explotar una solución para las vías de alta capacidad.

No en vano, la digitalización de las vías terrestres conllevará la generación de información que, bien gestionada y analizada, puede acarrear múltiples y variados beneficios. No solo para las ciudades (podrá regularse mejor el tráfico, ahorrar en gastos de mantenimiento o de conservación de las vías) sino también para los ciudadanos (que podrán disfrutar de trayectos más rápidos en tiempo y de una mayor salud, al reducirse, hasta en un 2%, las partículas de PM, CO y HC). Esta información, además, podrá generar nuevos negocios y startups, dedicados a la prestación de los diferentes servicios.

Según Cellnex, esta digitalización permitirá sacar mayor partido de la actual infraestructura (según sus cálculos, la vida útil de las autopistas puede alargarse hasta en 10 años gracias a la digitalización), por lo que se evitará el despliegue de nuevas vías, preparándola además para hacer frente a la nueva movilidad, que deberá ser cooperativa, conectada y autónoma.

Y es que, antes de que los coches autónomos sean una realidad, es necesario que las carreteras y las vías de circulación también estén conectadas a la red, de manera que se puedan conectar con el resto de los vehículos y peatones que estén a su alrededor. Una digitalización que, entre otros beneficios, permitirá reducir los accidentes.