CEOE
Las críticas internas contra el sueldo de Garamendi se extienden
Algunas voces, como la del presidente de la patronal de Pontevedra, creen que crea mala imagen contra los empresarios y no es sensible con la situación actual. El malestar interno se extiende
El polémico sueldo del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha convertido ya en un quebradero de cabeza para la propia patronal, tras salir en tropel varios miembros del Gobierno –incluido el presidente, Pedro Sánchez– para criticar la «desorbitada» subida aprobada por la junta de la organización, que decidió firmarle un contrato de alta dirección y pagarle 380.000 euros anuales con el objetivo de que dejara de facturar como autónomo. Estos emolumentos sumarían un extra de 30.000 euros respecto a los 350.000 euros que ingresaba durante su anterior presidencia. Eso significaría un incremento del 8,5%, correspondiente a la actualización salarial de los dos últimos ejercicios, cuyos incrementos «aún estaban pendientes y se le han hecho efectivas ahora», justificaron fuentes empresariales.
Ayer, Garamendi volvió a defender que su sueldo se decidió por «unanimidad» y total «transparencia» por la junta de gobierno y calificó los ataques recibidos como «desafortunados» y «fuera de tono», especialmente el de Pedro Sánchez, que usó el término de «festín» para definir su subida salarial. También lanzó un fervorosa defensa del nuevo sueldo presidencial Lorenzo Amor, vicepresidente de la institución, que negó categóricamente que la subida sea de casi un 9%. «Va a cobrar un 3% más de lo que cobró el año pasado. Lo reitero. Por muchas veces que se repita una mentira, nunca se convierte en verdad; por mucho que lo diga el presidente del Gobierno, la ministra de Trabajo o el sursum corda», subrayó.
No lo ven así algunos empresarios, que ya han empezado a dejar sentir sus críticas y a exponer el daño que está causando en la imagen de los empresarios. Como el presidente de la patronal de Pontevedra, Jorge Cebreiros, que afirmó ayer que esta subida «no es sensible con la situación económica y puede complicarnos la vida a todos porque abre la puerta a un ataque a los empresarios, que no nos sentamos en las mesas del diálogo social».
Otras fuentes empresariales confirmaron a este periódico que el malestar es creciente entre las patronales más críticas con la gestión de Garamendi, que entienden que "no es el mejor momento para que el máximo representante de los empresarios dé una imagen contraria al momento de austeridad que deberíamos mostrar en plena negociación de convenios salariales".
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