Jubilación
«Es necesaria una reforma de pensiones valiente y profunda»
Los expertos coinciden en que vamos hacia una prestación pública protegida básica. Por eso, destacan la importancia de los planes complementarios para asegurarse una vejez «digna».
Los expertos coinciden en que vamos hacia una prestación pública protegida básica. Por eso, destacan la importancia de los planes complementarios para asegurarse una vejez «digna».
Las pensiones son uno de los principales retos a los que se enfrenta la sociedad española. El progresivo envejecimiento de la problación, derivado de una mayor esperanza de vida, está llevando el sistema público al límite. Prueba de ello es que, prácticamente a diario, hay noticias sobre el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, una «hucha» concebida para situaciones extraordinarias futuras y que, a día de hoy, está ya prácticamente agotada. Después de que el Gobierno detrajera la pasada semana 9.500 millones, apenas quedan fondos para hacer frente a dos pagas extraordinarias. Por ello, los expertos que se han reunido en la mesa de debate «Pensiones», organizada por la LA RAZÓN,en la que han participado José Carlos Vizárraga, director gerente de Ibercaja Pensión; Juan Candelas, director general de PSN, y Carlos Javier Martínez Felipe, miembro de la Comisión de la Previsión Social de Santalucía, han advertido de la insostenibilidad del sistema a largo plazo y de la necesidad de tomar medidas cuanto antes.
Ante este panorama, los españoles necesitaremos irremediablemente complementar nuestra pensión pública con un plan privado para garantizarnos una vejez «digna» y unas coberturas asistenciales mínimas. Por este motivo, los especialistas han pedido un compromiso del Gobierno, de los agentes sociales, de las empresas y de los propios ciudadanos para afrontar una reforma ambiciosa y a largo plazo, en la que la previsión complementaria juegue un papel fundamental, sobre todo teniendo en cuenta el dato facilitado por Juan Candelas de que el 70% de los españoles declaran no tener otro ingreso que la pensión pública. En definitiva, se trata, en palabras de Carlos Vizárraga, de sacar el debate de las pensiones de los foros y trasladarlo a los ciudadanos. «A partir de ahí, podríamos comenzar a pensar en cómo solucionar el problema». Sin embargo, no se trata de un debate, ni mucho menos, nuevo. «Llevamos 20 años con el mismo discurso. Es como si los años no hubieran pasado», recuerda Carlos Javier Martínez. Pese a ello, los avances no se acaban de concretar, tal y como señala José Carlos Vizárraga. «No soy muy optimista, sobre todo viendo los avances que el Pacto de Toledo está haciendo en esta materia. Parece que van a tratar de sacar adelante una solución de mínimos, buscando fundamentalmente la suficiencia del sistema, sin abordar una reforma de verdad a largo plazo valiente y profunda, que es lo que se necesita».
Esperanza de vida
En España, al igual que en otros países de nuestro entorno, se está produciendo un acusado envejecimiento de la población. Una mayor esperanza de vida, motivada por los avances médicos, está alargando en el tiempo el periodo en el que se cobra una pensión. La consecuencia no puede ser otra que recortes. «Nos encantaría una pensión pública potente, pero no se va a dar, y no va a ser posible por una cuestión demográfica. Vamos hacia pensión protegida básica», asegura Juan Candelas. En esta idea también incide Martínez. «Anteriormente, la esperanza de vida media se situaba en torno los 70 años. Si se tiene en cuenta que un trabajador se jubilaba a los 65, el Estado tenía que hacer frente al pago de la pensión durante cinco años. Ahora, estamos hablando de 25 e, incluso, 30 años. Esto nos lleva inexorablemente hacia unas pensiones mucho más bajas, en las que ‘‘papá’’ Estado sólo podrá garantizar el 40% o 50%», explica.
No obstante, y pese a los mensajes que se lanzan desde el sector, la gran mayoría de los españoles no tenemos un «plan B» para la jubilación. Y como muestra, un botón: la media de la cuantía de los planes de pensiones se situa en 8.000 euros. Además, la gran mayoría, el 65%, no recibe aportaciones periódicas.
En este sentido, los expertos piden que nos fijemos en países que tienen los mismos problemas demográficos que nosotros y que ya están dando respuesta a estas necesidades que surgen de una nueva sociedad. Así, ponen el sistema británico como un paradigma. «En Reino Unido, la previsión social complementaria representa el 14% de la renta disponible de los hogares. Una cifra muy alejada de España, donde ésta apenas representa el 1,11%», asevera.
«Como sociedad avanzada, tenemos la responsabilidad de cuidar a nuestros mayores. Podríamos aprovechar la experiencia de otros países de nuestro entorno», asegura Juan Candelas.
Asesoramiento
Para poder adoptar soluciones, la información y el asesoramiento son elementos claves. Y es que, tal y como revela Martínez, cuatro de cada diez españoles no sabe el plan de pensiones que tiene. Aunque desde las gestoras se está haciendo un esfuerzo muy importante por facilitar todo tipo de datos, los especialistas insisten en que debe ser el propio Gobierno quien haga llegar de forma masiva esta información a los ciudadanos, y hacerlo cuanto antes. «Sin información no se pueden tomar decisiones. Se debe comunicar cuanto antes la cuantía de la pensión para que el ciudadano pueda calcular con qué cantidad necesitará complementar su prestación pública», indica Martínez.
Para poder llevar a cabo este salto en materia de pensiones, los expertos coinciden en que es imprescindible un cambio de mentalidad de los españoles que propicie una mayor cultura financiera. Y es que los españoles somos muy conservadores a la hora de ahorrar. La mayor parte de los euros que atesoramos están concentrados en vivienda, sobre todo, y en depósitos, en segundo lugar. «Seguimos teniendo mentalidad de que nos protejan. Hay que cambiar esta cultura y hacerlo desde la escuela», apunta Martínez.
Pese a esta escasa cultura del ahorro, lo que sí es cierto es que los españoles son conscientes de la nueva realidad. «Según varios estudios, nueve de cada diez personas tienen una preocupación seria por su pensión.El 30% reconoce que su situación patrimonial no es suficiente y entre el 13% y el 20% confiesa que no tienen ni tranquilidad ni seguridad sobre su vejez», declara Juan Candelas.
«Se han producido cambios estructurales en la sociedad. No tiene sentido que la jubilación llege a los 65 años o antes. Además, habrá que buscar nuevas fórmulas que permitan compatibilizar seguir trabajando con ser pensionista», manifiesta Vizárraga.
Pero el plan de pensiones no es el único instrumento que permite garantizar una pensión de calidad. Existen otros muchos vehículos financieros que pueden conseguirlo, como seguros de ahorro o incluso fondos de inversión. «La clave no está en el instrumento, sino en el fin. Cuando hablamos de ahorro para la jubilación lo focalizamos todo en un plan de pensiones, pero hay otros productos que permiten ahorrar a largo plazo», sostiene Martínez. Vizárraga destaca el salto cualitativo que se ha producido en el sector. «Casi todas la entidades hemos cambiado. Ya no se “colocan”productos, sino que se explican detalladamente sus características, y se tienen en cuenta el perfil de cada cliente a la hora de asesorarle sobre el producto que le interesa más».
Las soluciones pasarían, en opinión de Candelas, por un compromiso de todos los agentes de la sociedad. «Las pensiones están en conexión con la dependencia y la salud. Se trata de un ‘‘pack’’ que, como sociedad, deberíamos ser capaces de garatizar». Martínez se inclina por la obligatoriedad del sistema. «Habría que ir hacia un sistema complementario obligatorio. El sector debe ejercer una función social concienciando a la gente de la importancia de la previsión social». A juicio de Vizárraga, lo ideal sería ir hacia un sistema cuasiobligatorio de autoadhesión en el que cupieran todas las empresas, independientemente de su tamaño, para complementar las pensiones públicas.
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