Rosa Carvajal
España capaz de alcanzar una cuota del 35% en energías renovables en 2030
Sin tener en cuenta la energía nuclear, que la Unión Europea considera autóctona independientemente de cual sea el origen del combustible empleado, la dependencia energética de nuestro país se sitúa cerca de 20 puntos por encima de la media europea. La gran mayoría de la energía primaria utilizada en España proviene de combustibles fósiles altamente contaminantes (petróleo, gas y carbón), a los que habría que añadir la generación nuclear que produce residuos radioactivos. «Si no reducimos nuestra dependencia energética con una mayor penetración de energías renovables en nuestro mix energético, no alcanzaremos nuestros objetivos comprometidos con la UE de conseguir una penetración de energías renovables del 35% en 2030 y, muy posiblemente, tampoco los objetivos de alcanzar el 20% de renovables y del 10% en el transporte en 2020», según fuentes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA).
A diferencia de lo que ocurre en Europa y en el mundo, con crecimientos anuales del 9% y el 4,8% respectivamente, las energías renovables disminuyeron su participación en el consumo de energía primaria en España un 3,1% en 2015. El petróleo siguió siendo la fuente de energía primaria más consumida en nuestro país con un 42,9% y un crecimiento del 3,9%. En segunda posición, con un aumento también del 3,9% y un peso del 19,9% se situó el gas natural. Las energías renovables ocuparon el tercer lugar seguidas a escasos 1,8 puntos porcentuales de la nuclear, la cual aporta el 12,1%. El carbón, con un aumento del 24%, alcanzó el 11,7% de participación y disparó las emisiones de CO2 en España un 6,8% frente al aumento del 1,3% registrado en Europa.
El sector de las renovables tiene puestas sus esperanzas en que la Ley del Cambio Climático y Transición Energética del Gobierno, «dote al sector energético y renovable de unas perspectivas claras de cómo se va a llevar a cabo el cambio de modelo energético y un marco regulatorio estable y predecible», explica José María González Moya, director General de APPA Renovables. Desde el sector eólico español aplauden los objetivos aprobados por la UE de conseguir una penetración de energías renovables del 35% para 2030. «El objetivo no es vinculante para los Estados Miembros, pero España es uno de los países con más recursos y potencial renovable tanto en volumen como en tecnologías por lo que consideramos el objetivo de abordable e incluso superable. Con esta nueva cuota, la UE demuestra su apoyo a la industria eólica europea y a los beneficios económicos que genera este sector en el continente», señalaron fuentes de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). La industria eólica europea emplea a 263.000 trabajadores y contribuye con 36.000 millones de euros al PIB de la UE. En 2016 supuso 8.000 millones de euros en exportaciones, de los cuales 2.500 millones corresponden a España.
Otra renovable, la energía fotovoltaica, rompió todos los récords a nivel mundial en 2016. Según los datos de la ONU, el Centro de Colaboración Frankfurt School-UNEP y Bloomberg New Energy Finance, se instalaron en el mundo 75.000 MW de fotovoltaica, con un incremento del 50% respecto al año anterior. Desde APPA Fotovoltaica se hace un llamamiento para que esta «tecnología competitiva de generación distribuida, especialmente indicada para el autoconsumo por su carácter modular, pueda llegar a la sociedad sin miedo a impuestos que no solo limitan la competencia, sino también las libertades individuales». Anpier (Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica) ha pedido de manera continuada al Gobierno que impulse medidas que faciliten la implantación de instalaciones de autoconsumo para hogares, pero también para empresas. «La fotovoltaica es la fuente de generación que más barato puede producir energía para el autoconsumo; además de que su flexibilidad en tamaño, la hace modulable a cualquier necesidad y requerimiento de consumo. El sol debe ser un activo irrenunciable y especialmente en el país del sol, las barreras tecnológicas ya se han superado y, ahora, queremos tener una normativa mucho más flexible en armonía con esta maravillosa tecnología que es la fotovoltaica, un maravilloso legado posible gracias, en gran medida, al esfuerzo inversor que hicieron las 62.000 familias fotovoltaicas españolas pioneras», concluyen fuentes de Anpier.
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