BBVA

FG: el banquero más huraño y desconfiado, acorralado por la imputación del BBVA

La Audiencia Nacional atribuye tres presuntos delitos a la entidad financiera como persona jurídica en el «caso Villarejo».

En los viajes en avión comercial, FG exigía un asiento aislado o que el de al lado quedara libre para evitar que nadie se dirigiera a él. Foto: Luis Díaz
En los viajes en avión comercial, FG exigía un asiento aislado o que el de al lado quedara libre para evitar que nadie se dirigiera a él. Foto: Luis Díazlarazon

La Audiencia Nacional atribuye tres presuntos delitos a la entidad financiera como persona jurídica en el «caso Villarejo».

El juez Manuel García Castellón tiene experiencia acreditada en asuntos bancarios. Fue el primer magistrado del caso Banesto y no le tembló la mano a la hora de enviar a prisión provisional a Mario Conde, más tarde condenado en firme. Ahora, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, ha dictado un auto en el que acuerda la imputación como persona jurídica del BBVA por delitos de cohecho, descubrimiento y revelación de secretos y corrupción en los negocios. García Castellón ha adoptado esa decisión en el marco de la pieza separada 9, de la conocida como «Operación Tándem», en la investigación de las presuntas escuchas realizadas por el excomisario José Manuel Villarejo, y en la que ya hay otras nueve personas imputadas, entre ellas varios exdirectivos del banco, incluidos Angel Cano, antiguo consejero delegado, y Julio Corrochano, otro excomisario, responsable de seguridad de la entidad financiera cuando se produjeron los hechos investigados.

La imputación al BBVA como entidad jurídica estrecha el cerco sobre Francisco González (FG), presidente del banco y máximo jefe de todos los exdirectivos ahora imputados en la época en la que se habrían cometido los delitos que se atribuyen a la entidad financiera como persona jurídica. El juez tendrá que decidir si también imputa a FG, algo bastante probable según expertos en el asunto, salvo declaración unánime de todos los demás imputados de que el presidente del banco no sabía nada, a pesar del control total y minucioso que ejercía sobre todo lo que ocurría en la entidad. FG, que alardeaba de comportamientos éticos, podría tener que responder ahora de lo que criticaba en otros y que, además, le permitió hacerse con el poder absoluto en la entidad, cuando denunció prácticas dudosas –luego fueron exonerados por la Justicia– de Emilio de Ybarra y otros consejeros históricos del antiguo BBV.

FG siempre ha sido un personaje huraño y muy desconfiado, lo avala la tesis de que algún indicio tenía que tener de la contratración de los servicios de Villajero. Fundó y presidió «FG, inversiones bursátiles», una sociedad de valores. Una Navidad supo que sus empelados jugaban a un número de la lotería navideña. Preguntó en qué condiciones lo hacían y cuáles eran los premios. Cuando lo supo compró ¡700.000 pesetas de los años 90 del siglo XX! –unos 4.200 euros, que ahora serían más– de ese mismo número. Le preguntaron los motivos y contestó que era para protegerse de que tocara el premio y de que sus colaboradores, ricos, le dejaran solo al frente del negocio. Tuvo suerte porque el número fue agraciado con una pedrea y multiplicó por cuatro o cinco el gasto –inversión– en lotería.

El expresidente del BBVA esquivaba todo lo posible el contacto y el trato personal. Durante años, no usó avión privado, pero en los viajes exigía, en primera clase, claro, un asiento aislado –es posible en algunos Boeing y Airbus– o que el contiguo quedara libre. Perseguía que nadie, conocido o no, se dirigiera a él. Uno de sus exempleados dice que la adversidad le ha humanizado. «El otro día le envié un mensaje –explica– para preguntarle cómo estaba. Me respondió tres palabras. Lo veo más humano. Antes todo se reducía a un tajante sí o no». FG, ascenso y caída de un banquero huraño y desconfiando a las puertas de la Justicia.