Construcción
Fomento quiere menos hormigón y más conservación y gestión
El ministerio adelanta que aumentar la que ya es la mayor red de infraestructuras de transporte de Europa no aporta gran cosa y que la prioridad ahora debe ser mantenerla
El ministerio adelanta que aumentar la que ya es la mayor red de infraestructuras de transporte de Europa no aporta gran cosa y que la prioridad ahora debe ser mantenerla.
Algo tan aparentemente inocuo como el cambio de nombre de un ministerio puede acabar decantando estrategias políticas. Cuando Pedro Sánchez decidió transformar el Ministerio de Energía en el de Transición Energética dejó entrever su apuesta por el cambio a un modelo más sostenible. Esta misma semana, la secretaria general de Transporte, María José Rallo, anunció que si el PSOE vuelve a gobernar cambiará el nombre del Ministerio de Fomento por el de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
Más allá de lo estético, el cambio implica cambios profundos en la concepción de la política de infraestructuras, tal y como ha avanzado esta misma semana el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos. Aprovechando un foro sobre la liberalización ferroviaria, Ábalos aseguró que, aunque haya todavía ciertas necesidades que cubrir, "disponemos ya de la mayor red de infraestructuras de transporte de Europa, por lo que seguir aumentando, sin más, el tamaño de la red no aporta gran cosa". "Por el contrario -añadió-, si no mantenemos adecuadamente la red que tenemos, se verá afectado su nivel de servicio, sus prestaciones y, finalmente, su capacidad de equilibrar el territorio, favorecer la actividad económica y la inclusión social. Sería como restar inversión", advirtió.
Las tensiones presupuestarias que España sufre desde hace años tampoco ayudan a mantener una política expansiva de gasto en infraestructuras, según Ábalos. Pero aunque Fomento dispusiera de todos los recursos que desease, "no sería eficaz reproducir formas de actividad pasadas". En síntesis, y como dijo el ministro, en lo que el departamento debe centrarse es en invertir menos en hormigón y más en la gestión de datos y en conservar las infraestructuras que hay.
En este contexto, Fomento trabaja con otros ministerios en una Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada que reemplace a los clásicos planes de inversiones en infraestructuras que han dominado hasta ahora su actividad.
El nuevo enfoque que Ábalos pretende dar al ministerio no es, ni de lejos, el que defiende el sector constructor. Su patronal, Seopan, asegura que España debería acometer de forma urgente 814 proyectos prioritarios de infraestructuras en los que tendría que invertir 103.780 millones de euros. Según sus datos, la inversión pública en obra pública está en niveles mínimos, 30.900 millones de euros por debajo de lo que se gastó en 2007. Entre 1995 y 2018, la inversión ha caído un 29%, hasta quedar en 1.152 euros por kilómetro cuadrado, la más baja por habitante de toda Europa.
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