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Geoestrategia del dividendo
El presidente de EE UU impone una nueva dinámica. Es bueno lo que da rédito, lo demás no sirve

Asistimos con Trump a un cambio de paradigma en las relaciones internaciones, nunca antes imaginado. A partir de ahora, no valen argumentos puramente políticos, ideológicos o humanitarios. El presidente de EE UU impone una nueva dinámica, apenas sometida a criterios de rentabilidad o dividendos. Es bueno lo que da rédito, lo demás no sirve. De ahí sus propuestas arancelarias, apenas planteadas como mecanismo de negociación, o el plan para hacer de Gaza una Riviera financiera que explote los recursos gasísticos que esconde la costa de la franja palestina. Y no digamos Ucrania. En vez de gastar miles de millones en ayudas para una guerra perdida, impone el criterio de paz por tierras raras, los nuevos minerales que mueven el mundo de la IA. Deja de perder dinero y se dispone a recuperar lo invertido con la explotación de los inmensos depósitos mineros de Ucrania, país que alberga 117 de los 120 minerales más utilizados, el 5% del total mundial. Amen de titanio, posee una de las mayores reservas confirmadas de litio, y es el quinto mayor productor de galio, fundamental para la industria de los semiconductores. Cuenta también con importantes yacimientos berilio, esenciales para industria nuclear, aeroespacial y militar, así como de uranio y metales no ferrosos como el cobre (cuarto en Europa), plomo (quinto), zinc (sexto) y plata (noveno). Y el 63% de los depósitos de carbón; el 11%, de los de petróleo; el 20%, del gas natural; y el 33%, de los metales más difíciles de encontrar. Todo lo que aspira a explotar Trump con su estrategia de paz por tierras raras, la geoestrategia del máximo beneficio.
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