Economía
Guinea Ecuatorial da el salto a la profesionalización laboral
El Gobierno ecuatoguineano se marca 2035 para que la formación profesional lidere el cambio económico del país africano. El Plan Nacional de Desarrollo, a diez años vista, quiere potenciar los recursos humanos
El Gobierno de Guinea Ecuatorial mantiene una intensa y completa hoja de ruta con la que pretende revertir la crisis económica que ha ralentizado el crecimiento económico del país durante el último lustro, afectado por las consecutivas crisis económicas y financieras que han golpeado a los mercados globales y que se han significado especialmente en el país africano.
Según fuentes oficiales del Gobierno ecuatoguineano, los objetivos económicos están marcados hasta 2035 a través del Plan Nacional de Desarrollo, que se puso en marcha tras la celebración de la Tercera Conferencia Económica Nacional, celebrada en el año 2019. Ese plan de actuación gubernamental consta de cinco puntos: impulsar la diversificación de la productividad; desarrollar la formación profesional y los recursos humanos; prestación de servicios sociales de calidad con la mejora del funcionamiento del aparato administrativo; ampliación y mejora de las infraestructuras y el impulso del desarrollo inversor del sector privado.
En base a ello, la Administración Central explica a través de su web oficial que logrará alcanzar estos objetivos gracias a la «inversión» de buena parte de las «rentas logradas gracias a la producción de hidrocarburos» en infraestructuras, tanto económicas e industriales como sociales, para la «promoción de la buena gobernabilidad y en la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos», apuntan estas fuentes. En la actualidad, los principales retos económicos del futuro del país pasan por impulsar la diversificación económica productiva, por lo que ya se trabaja con una agenda para fomentar la recepción de empresas inversoras –sobre todo españolas–, que permitirá explotar de manera eficiente todos los recursos que tiene el país. «Una agenda que ofrece un clima atractivo para el inversor, con medidas concretas para el desarrollo empresarial».
Otro de los principales retos que deben llevar a Guinea a resurgir de nuevo como la potencia africana con más crecimiento del continente es el desarrollo de la formación profesional. Uno de los principales problemas para el fortalecimiento económico ecuatoguineano ha sido la falta de formación profesional de la población. La economía básica hasta la llegada del petróleo era totalmente primaria y de subsistencia, basada en pequeñas explotaciones de cultivos familiares, la caza y la pesca, con una mínima repercusión en el PIB. La población con estudios superiores ha ido ganando peso durante las últimas tres décadas, desde que la primera universidad se inauguró en territorio guineano en el año 1995, el primer paso de un proceso que ha acelerado la profesionalización de la sociedad local, que necesita garantizar el trabajo de sus empresas y completar las plantillas con empleados de alta cualificación, un objetivo que aún está lejos de alcanzar un nivel óptimo, pero que ha mejorado exponencialmente en los últimos años.
En los últimos años se han multiplicado los empleos en ministerios, instituciones públicas o empresas nacionales de distintos ámbitos, impulsados por los ingresos del petróleo, que ha desarrollado una creciente economía privada gracias a una clase media cada vez más presente, con el auge inmobiliario de las ciudades y la apertura de miles de empresas y negocios de todos los tipos.
Los ciudadanos han pasado de un tipo de vida de subsistencia familiar, primaria y de autoabastecimiento en una sociedad más desarrollada, urbana, cada vez más cualificada, que incorpora más trabajadores a mejores puestos en el mercado laboral, con unos sueldos más elevados gracias a una educación profesional que ha llevado a las nuevas generaciones a diversificar su aportación laboral en sectores al margen del petróleo. Gracias al crecimiento de esta masa laboral, ha impulsado un sistema de Seguridad Social que incluye la obligación de afiliarse y cotizar al Instituto Nacional de la Seguridad Social (Inseso). Además, el Gobierno estimula la contratación de trabajadores nacionales con cuotas mínimas obligatorias en las plantillas.