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Economía

La herencia envenedada

Suponiendo que Sánchez pierda las elecciones del 23 de julio, lo cual está por ver, la situación económica con la que habrá de lidiar Feijoo es para echarse a temblar.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante la reunión con el administrador de la NASA, Bill Nelson, este martes en el Palacio de la Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante la reunión con el administrador de la NASA, Bill Nelson, este martes en el Palacio de la Moncloa.Alberto R. RoldánLa Razón

Suponiendo que Sánchez pierda las elecciones del 23 de julio, lo cual está por ver, la situación económica con la que habrá de lidiar Feijoo es para echarse a temblar. En primer lugar, la deuda, incrementada en 378 mil millones de euros (alrededor de 200 millones de euros/día) desde que hace cinco años fuera derribado Rajoy y entronizado el actual presidente. Bruselas ha dicho que se acabó la fiesta. A partir de 2024 España tiene que volver a la senda de la austeridad, reduciendo el gasto, recortando el déficit público y empezando a bajar el endeudamiento del Estado.

Al PP le ha tocado siempre enderezar una economía que los socialistas suelen dejar tocada por la locura del gasto desenfrenado. Lo hizo Aznar con Rato y después Rajoy con Guindos y Montoro, y le va a tocar ahora a Feijóo con Juan Bravo y Garicano. El problema es que la deuda sube y sube y cada vez es más difícil reducirla, no digamos ya si el BCE deja de financiarla. También tendrán que lidiar los populares con la reforma del sistema de pensiones, apenas parcheado por Escrivá para salir del paso este año, pero sin entrar a fondo en la sostenibilidad del mismo, tal y como exige la UE y han puesto de manifiesto tanto la AIReF como el Banco de España. Pese a las noticias positivas con relación a la previsión del PIB para 2024, a nadie se le escapa que somos la única nación del euro que no ha recuperado los niveles pre-pandémicos, y que habiendo entrado en recesión Alemania, el peligro de contagio es más que evidente.