Banco de España
Los hogares hipotecados menores de 45 pasan en 12 años del 70% al 42%
La deuda de las familias disminuye, pero principalmente por la reducción en la concesión de hipotecas. En los hogares de 45 a 54 años los hipotecados han pasado del 32% en 2011 al 42% ahora
Los hogares jóvenes presentan un endeudamiento más reducido, pero esta situación solo se debe a que el acceso al crédito hipotecario ha menguado exponencialmente en los últimos años en comparación con las generaciones anteriores. Así lo ha constatado el Banco de España en su «Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas» del primer semestre 2024, en el que avisa de que esta evolución financiera favorable se ha producido básicamente por una importante caída de la deuda asociada a la vivienda principal en los hogares más jóvenes.
Los datos del Banco de España certifican que hasta 2011, la concentración más elevada de las hipotecas se situaba en los hogares en el que el cabeza de familia tenía una edad inferior a 45 años, con un porcentaje superior al 70 %. Sin embargo, en estos años se ha producido un descenso pronunciado de la deuda en este grupo de hogares, hasta situarse en el 40% en 2022 –el último dato oficial–, con una caída especialmente acusada en los hogares con una edad inferior a 35 años.
Según el supervisor, esta caída, unida a un fuerte descenso de la tasa de fecundidad desde mediados de los años setenta y del retraso en la edad de emancipación, ha provocado un menor acceso a la vivienda en propiedad y una inferior propensión a endeudarse.
Por tanto, mientras que el porcentaje de hogares con hipotecas para la vivienda habitual se ha mantenido «relativamente estable» –en torno al 28 % desde 2014 para el conjunto de la población–, su evolución por grupos de edad ha sido heterogénea, con una proporción de hogares jóvenes con este tipo de préstamos que se ha reducido considerablemente.
Así, en 2022, un 42% de los hogares de menos de 45 años tenía un préstamo para la vivienda principal, frente al 70% de finales de la primera década de los 2000. En cambio, la proporción de hogares con deuda inmobiliaria en la franja comprendida entre los 45 y los 54 años, correspondiente a la generación del «baby boomer», se ha elevado desde el 32% en 2011 al 42% en 2022. En el grupo de hogares de más de 65 años, apenas ha habido cambios. El «carácter residual» de esta deuda inmobiliaria está casi «amortizada porque adquirieron las deudas en su juventud», apunta el informe.
En términos generales, la situación financiera de los hogares muestra una «evolución favorable», cimentada en el dinamismo de la actividad económica y la fortaleza del mercado de trabajo, que han continuado «sosteniendo el avance de sus rentas, a través tanto de la creación de empleo como del aumento de las remuneraciones por trabajador». El crecimiento de los ingresos, junto con una «relativa atonía del consumo», ha propiciado un aumento de la tasa de ahorro, que se sitúa por encima de su media histórica. Sin embargo, aunque la posición patrimonial de las familias se ha reforzado gracias a la pauta descendente de la ratio de endeudamiento y por la contracción del saldo de crédito hipotecario, «su ritmo es cada vez más moderado». Por ello, el supervisor bancario avisa de que pese a esta evolución financiera favorable, se observa ya un «cierto deterioro en la calidad de los créditos concedidos», aunque, la proporción de los préstamos problemáticos en la cartera de las entidades de crédito se sitúa en niveles próximos a los registrados antes del comienzo de la pandemia. Esta situación se debe a que los hogares prefieren hacer frente a sus gastos crediticios antes que a otro tipo de gastos.
Y todo ello, pese a que en el corto plazo un 26% del saldo de hipotecas variables se abaratará entre 50 y 80 puntos básicos este año. En los últimos meses, el coste de la nueva financiación a los hogares se redujo ligeramente, siendo especialmente intenso en el caso de las hipotecas, con una disminución de 40 puntos básicos entre octubre de 2023 y mayo de 2024. «Esto contribuye a que el nuevo crédito para la compra de vivienda siguiera aumentando, si bien el saldo de deuda siguió reduciéndose, a un ritmo cada vez menor, del 1,7% en tasa interanual en mayo, por las elevadas amortizaciones, algo que no pasa en el resto de países», avisa el informe. En paralelo se mantuvo el dinamismo del crédito al consumo, que en mayo crecía un 7,2% respecto al año anterior, lo que amplía las diferencias con el resto de Europa, donde avanza menos del 3%.
Según datos publicados por el Banco de España este mismo mes, el retroceso de las hipotecas por los «aún elevados intereses», los «altos precios» de la vivienda y el «endurecimiento de las condiciones crediticias» siguen lastrando la concesión de créditos de las entidades financieras a las familias, que cayó hasta los 679.830 millones de euros, un 1,35% menos que en el mismo mes de 2023, es decir, 9.258 millones menos. En comparación mensual, el endeudamiento de las familias se elevó en 957 millones respecto a abril. La caída de la financiación de los hogares se vio fuertemente impactada por la caída de casi el 2% de los créditos destinados a adquisición de vivienda, que incluyen las hipotecas, y retrocedieron hasta los 494.547 millones de euros, frente a los 504.580 millones de mayo del año 2023.
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