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Mercado inmobiliario

La burbuja inmobiliaria seguirá creciendo

Las agencias de tasación aseguran que los precios crecerán un 4% hasta 2020 si se mantienen los tipos, mientras los alquileres ralentizarán su subida por la falta de accesibilidad y un nuevo repunte de la compra de vivienda

El Banco de España advierte que es necesario mantener un “seguimiento estrecho"de la evolución del mercado inmobiliario / Foto: Jesús G. Feria
El Banco de España advierte que es necesario mantener un “seguimiento estrecho"de la evolución del mercado inmobiliario / Foto: Jesús G. Ferialarazon

Las agencias de tasación aseguran que los precios crecerán un 4% hasta 2020 si se mantienen los tipos, mientras los alquileres ralentizarán su subida por la falta de accesibilidad y un nuevo repunte de la compra de vivienda

El Banco de España advirtió ayer en su Informe sobre Estabilidad Financiera que es necesario mantener un “seguimiento estrecho"de la evolución del mercado inmobiliario, prestando atención especial a los criterios de concesión de créditos en este sector, lo que se interpreta como un aviso a navegantes sobre lasobredimensión y el temor a provocar de nuevo una burbuja inmobiliaria.

Pero la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), que engloba a las principales tasadoras del país, descarta que el mercado inmobiliario esté en niveles de saturación y cree que los precios de la vivienda crecerán entorno al 4% hasta 2020 y augura que esta línea ascendente seguirá aumentando si se mantienen una buena situación económica y los tipos de interés estables, ya que si éstos crecen, podría haber una reducción de los precios de la vivienda a partir del año que viene, por lo que cambiarían las previsiones.

Según señalan en su X Observatorio de la Valoración, los precios residenciales están mostrando un comportamiento dispar, que oscila entre un crecimiento cercano al 4% nominal en las viviendas usadas, una subida menos intensa en la vivienda nueva y la escasez de crecimiento en la vivienda pública. Aunque esto último estima que va a cambiar durante esta legislatura, ya que la Administración parece dispuesta al inicio de planes de construcción de viviendas sociales y públicas, lo que supondrá una recuperación de la actividad del mercado y permitirá que las constructoras tenga una actividad base para poder iniciar promociones privadas como un incentivo de empuje del mercado.

Sin embargo, este “crecimiento es asimétrico", apuntan, por lo que puede ser que algunas regiones pierdan el valor relativo de sus viviendas, como en el caso de Alicante, frente a otras donde la revalorización es muy fuerte, como Baleares.

Respecto al alquiler, la AEV ha destacado que este mercado experimentó "fuertes tensiones"durante 2015 y 2017, pero ha señalado que ha perdido dinamismo, "de forma generalizada", en 2018, aunque ha dejado "elevados niveles de precios en las grandes poblaciones, lo que estarían afectando a la accesibilidad residencial local". Por ello, se debería aumentar la oferta, ya que la demanda seguirá tensionando los precios, que pese a sus altos niveles, se están ralentizando porque la tendencia del mercado está volviendo a apostar por la propiedad, aunque parte de los alquileres se estén elevando por falta de accesibilidad.

El Observatorio añade que los factores que han provocado la caída de la demanda del alquiler en 2018 son la incapacidad de crecimiento en algunas zonas, tras registrar incrementos cercanos al 20%; la limitación de la capacidad de pago; el menor crecimiento económico del último año y el trasvase de parte de los inquilinos al mercado de la propiedad. A esto habría que añadir el desajuste entre los salarios y el alto precio de la vivienda, sobre todo para los jóvenes menores de 35 años. Pese a todos estos parámetros, la concesión de hipotecas crece a ritmos del 20% y el número de créditos concedidos es equivalente al de 1992, "pese a que la remuneración real del trabajo continúa perdiendo capacidad de compra".

Sobre el posible aumento de tipos de interés, que podría hacerse efectivo a partir de 2020, el mercado sufriría un encarecimiento de la financiación, que podría provocar una "pérdida de atractivo del mercado inmobiliario".