Impuestos

La mayoría rechaza la subida de impuestos

Más del 50 por ciento de los encuestados considera que ya soporta una carga fiscal suficiente.

Los ciudadanos se desmarcan de los nuevos impuestos de la izquierda, aunque sean para financiar las pensiones
Los ciudadanos se desmarcan de los nuevos impuestos de la izquierda, aunque sean para financiar las pensioneslarazon

Más del 50 por ciento de los encuestados considera que ya soporta una carga fiscal suficiente.

En líneas generales los ciudadanos tendemos a pensar que la hacienda pública exprime nuestros bolsillos y se beneficia del esfuerzo individual de forma desproporcionada. Importa poco que los políticos de turno nos vendan que España es uno de los países europeos con menor presión tributaria. La sensación de la calle es que los gobernantes doblan el brazo a la gente con un propósito incierto y sin que, al menos en apariencia, ese decomiso doméstico rinda sus frutos. Por supuesto, que las percepciones son personales y que están muy condicionadas por la carga negativa que siempre ha acompañado a eso tan desagradable de cumplir con el fisco. Tampoco los políticos han contribuido a que los ciudadanos confíen en que el dinero público está en las mejores manos y presta el servicio más eficiente. En este sentido, la encuesta es concluyente. El 51,7% de los preguntados cree que los españoles pagamos suficientes impuestos, aunque existe un 34% de audaces que disienten. Resulta significativo que el 52,3% piense que la clase media es la gran pagana final de todas las ocurrencias fiscales de los gobiernos de turno, especialmente los de izquierdas que son los que tienen el gatillo tributario más dispuesto. Con este estado de opinión pública, el Gobierno socialista debe saber que el 48,3% de los españoles critica su anunciada alza tributaria, trece puntos más que los ciudadanos que respaldan el impuestazo. Ni siquiera es compartida por una mayoría cuando se justifica como sostén de un aumento de las pensiones u otras políticas sociales. La izquierda tiene querencia congénita y enfermiza a sangrar las economías domésticas para enjugar sus despilfarros. Que no les salga gratis.