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¿Nos quedaremos sin luz por el apagón nuclear?

REE estudiará el impacto del cierre de centrales en la seguridad del suministro y anuncia 3.200 millones en inversiones para encararlo

Una niña trabaja durante un corte eléctrico en una foto de archivo
Una niña trabaja durante un corte eléctrico en una foto de archivolarazon

REE estudiará el impacto del cierre de centrales en la seguridad del suministro y anuncia 3.200 millones de inversiones para afrontarlo

Si hoy se desconectaran todos los reactores de las siete centrales nucleares que aún permanecen en activo, tenga por seguro que España quedaría sumida en el caos. Los apagones serían el pan nuestro de cada día y los servicios básicos quedarían severamente mermados. Este escenario apocalíptico se generaría por dos factores. El primero, que nuestro sistema eléctrico no tiene aún otra tecnología de respaldo con suficiente potencia como para abastecer la demanda cuando las plantas eólicas generan por debajo de su capacidad por la ausencia de viento o las centrales hidráulicas están bajo mínimos. Cuando esto ocurre, es la nuclear la que alimenta al país. Los ciclos combinados, el gas en definitiva, están llamados a sustituir a la nuclear en esta función de comodín, pero aún no disponen de la necesaria capacidad de generación. La segunda razón es que las actuales redes eléctricas no están preparadas para un escenario de generación eléctrica atomizado, con centenares de plantas dispersas por la geografía tratando de suministrar lo que antes surgía de esas siete plantas, situadas estratégicamente en el mapa para llegar a casi cualquier rincón del país sin perder potencia. Fuentes del sector aseguran que el actual sistema de distribución no se encuentra preparado, no solo la alta tensión sino también las redes de baja tensión, las que llegan a las viviendas.

Ante este escenario de desaparición de las nucleares antes de 2035, el director general de Operación de Red Eléctrica de España (REE), Miguel Duvison, ha remarcado que las consecuencias para la seguridad del suministro de una parada de las centrales, más allá de las que hacen para recargar combustible y ser revisadas, es algo que habrá que estudiar. En 2018 la energía nuclear siguió ocupando la primera posición en el ‘mix’ de generación español, con un 20,6 % del total, aunque seguida de cerca por la eólica, que alcanzó el 19 %. REE ha anunciado, además, que invertirá 3.221 millones de euros hasta 2022 para hacer posible la transición energética en todo el territorio español, lo que supone el 53% de la inversión total de 6.000 millones de euros prevista por la compañía en su nuevo plan estratégico.

Esta cifra se destinará principalmente al desarrollo de la red de transporte de alta tensión, con 2.880 millones de euros. De ellos, unos 1.538 millones de euros, el 47% de las inversiones, se centrarán en la integración de las renovables; 908 millones se destinarán a reforzar la fiabilidad de las redes de transporte y la seguridad de suministro; 434 millones de euros a ampliar las herramientas tecnológicas y digitales.