Inteligencia Artificial

Una nueva era económica gracias a la Inteligencia Artificial

LA RAZÓN, en colaboración con Telefónica Tech, ha organizado seis jornadas para analizar los retos y oportunidades de esta nueva tecnología

La economía lleva años redibujándose, con el mundo laboral y el comercio exterior experimentando revoluciones constantes. Uno de los motivos que explica este acontecimiento es el crecimiento imparable de la tecnología. El asentamiento de la Inteligencia Artificial en nuestro día a día ha transformado y transformará la manera que tenemos de relacionarnos con el mundo y con las actividades económicas. Esta tecnología supondrá el nacimiento de nuevas empresas y la transformación de otras, así como también cambiará la gestión de los recursos humanos. En lo relativo al comercio internacional, no será menos: la personalización y análisis de mercado, la optimización de estrategias de negociación, la automatización de procesos aduaneros o la optimización de la cadena de suministro son tan solo algunas de las muchas funcionalidades que ofrece esta nueva tecnología a este sector.

LA RAZÓN, en colaboración con Telefónica Tech, ha organizado seis encuentros para debatir sobre la IA, o lo que es lo mismo, analizar los retos, oportunidades y desafíos que este concepto plantea en diversas áreas de índole económico y social de especial relevancia. Mientras que el primero de ellos giró en torno a la relación de la IA con la sociedad general, el segundo, celebrado en el Parque Tecnológico de Leganés, estuvo relacionado con el ámbito sanitario. El pasado lunes se abordó el impacto de la IA en el sector turístico, el transporte y la energía; y el último encuentro, celebrado el miércoles, se centró en cómo esta tecnología afectará al desarrollo de la economía.

En el campus madrileño de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) se dieron cita Teresa Rodríguez de las Heras Ballell, catedrática de derecho mercantil de la UC3M y Directora de la Cátedra IA: Fundamentos y Horizontes; Carlos Martínez, director global de Soluciones y Servicios de Inteligencia Artificial y Data en Telefónica Tech; y Luis García San Luis, CIO de Deutsche Bank.

El debate, moderado por José Manuel Molina López, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la UC3M, arrancó con una breve introducción en la que cada ponente explicó cómo está afectando la IA a su sector de actividad concreto, en vistas de que cada uno de los ponentes pertenecía a un ámbito profesional distinto.

Carlos Martínez definió la Inteligencia Artificial como «la guinda del pastel de la transformación digital», e incidió en que aunque parece «algo nuevo», realmente la IA es un concepto de los años 50 cuyo desarrollo no fue viable hasta la segunda mitad de la década pasada gracias a que el Cloud y el Internet de las Cosas (IoT) permitieron trabajar con un volumen altísimo de datos y aplicarla en el mundo empresarial. El momento actual, según el director global de Soluciones y Servicios de Inteligencia Artificial y Data en Telefónica Tech, está marcado porque la IA antes nos ayudaba a entender qué había pasado, ahora «hace modelos predictivos que nos permiten saber, con una alta probabilidad, qué va a ocurrir». Martínez recordó que hace un par de años, «gracias a la explosión de Chat GPT y la IA generativa, esta herramienta comenzó a popularizarse»: «Ahora hablamos de Inteligencia Artificial generativa en casa con la familia y de cómo pueden utilizarla los niños en el colegio o nosotros en el trabajo». En este último supuesto, las empresas, lo que intentan ahora, es aplicar esta tecnología en la resolución de sus problemas de negocio. En este sentido, Martínez puso como ejemplo el impacto que está teniendo la IA en un sector tan importante para la competitividad como es el industrial: «La IA está permitiendo, entre otros, mejorar la predicción de la demanda, controlar la calidad de los productos anticipándose a cualquier posible deterioro y realizar mantenimiento predictivo para evitar interrupciones en la actividad». En el caso de la Administración Pública, el representante de Telefónica Tech aseguró que la Inteligencia Artificial ayuda a agilizar los procesos y la burocracia para ofrecer un mejor servicio al ciudadano.

En el ámbito del derecho mercantil, Teresa Rodríguez de las Heras habló de una «triple perspectiva». En primer lugar, como mercantilista, aseguró que «se observa que hay un impacto evidente desde el punto de vista empresarial. Aparecen nuevos modelos de negocio y procedimientos de manera obvia. Esto es una realidad». Como segunda perspectiva, habló del punto regulatorio. «La IA, como otras tecnologías a lo largo de la historia, ha producido no solo una sensación de mejora o cambio, sino que ha supuesto un impacto total», explicó. Por ello, «ha requerido una atención separada y especial. Nos encontramos con un cambio en la estrategia regulatoria, desde luego europea pero también a nivel mundial. Hemos pasado de una actitud generalmente minimalista para adaptaros a la tecnología, a una estrategia maximalista», aseguró de las Heras. Con este último concepto hacía alusión a que ahora se ha convertido en evidente la necesidad de intervenir a nivel normativo en lo relativo a la IA, puesto que todo el mundo sabe que «viene un punto de inflexión». Para la docente, esto es una buena señal, en vistas de que «llevamos décadas sin una normativa dispuesta a responder a los cambios tecnológicos». Por último, la ponente habló de una perspectiva «conceptual»: «En derecho privado hablamos de negocios, mercados, empresas… Pero todo ello se ha construido siempre en torno a la actividad humana. Todos los negocios son antropocéntricos». En la actualidad, y en vistas de que ahora habrá que interactuar con más máquinas, «tenemos que repensar, para cuando no nos dirijamos a humanos y sí a IA», dijo Teresa Rodríguez, antes de añadir que esto supone «un cambio muy profundo que nos hace replantearnos, desde el comienzo, qué orden social queremos».

Luis García San Luis, como CIO de Deutsche Bank, habló del sector financiero, e introdujo dos conceptos, «la protección y el cumplimiento de la normativa», que deben ocupar el centro de los debates sobre IA, no solo dentro de la actividad financiera, «sino de cualquiera». A nivel concreto, aseguró que esta tecnología «está haciendo más efectivos y sencillos todos los procesos para los clientes y para las compañías públicas y privadas que interactúan con las entidades financieras». Unas entidades que soportan la economía y cuyos servicios ofertados también se verán mejorados gracias a la IA, en beneficio de todos.

«Gracias a ellas se podrán conceder créditos en menos tiempo, hacerlo de una manera más ajustada a los clientes y detectar los posibles riesgos», ejemplificó el CIO de Deutsche Bank. También destacó que, al hablar de herramientas tan potentes, anticiparse a lo que vendrá en un futuro próximo se antoja complicado, y ahora no podemos saber «de qué se hablará en tres o cuatro años», puesto que todo avanzará a mucha velocidad. Lo que San Luis tiene claro es que todo se va a transformar, «desaparecerán profesiones y aparecerán otras nuevas, porque las que ya existen, están cambiando. La tecnología es un sector creciente en todos los países y va a tener un impacto masivo en esta era económica».

¿Y la regulación?

La Unión Europea fue pionera en regular los usos de la Inteligencia Artificial, ya que la Eurocámara aprobó la primera ley integral de esta tecnología el pasado mes de marzo. Rodríguez de las Heras consideró que esta regulación pese a ser «razonable», puede que esté poniendo trabas a las compañías: «No considero ciegamente que el marco regulatorio sea óptimo. Si tiene fallos, hay que corregirlos». En este sentido, muchas compañías piensan que si hay regulación, también existen barreras de entrada y por tanto una desventaja competitiva respecto a países que no han decidido intervenir de manera «tan directa».

San Luis, por su parte, consideró que «la regulación nos hace menos competitivos» y deja, en este caso a los bancos, «con una desventaja competitiva total» con respecto a, por ejemplo, entidades financieras de Estados Unidos: «La competitividad no puede quedarse atrás».

El director global de Soluciones y Servicios de IA y Data en Telefónica Tech aseguró que la aplicación del reglamento no será sencilla, pero «coincidimos en que hay que limitar el uso de la tecnología cuando atenta contra los derechos fundamentales». En esta vía, de las Heras apuntó que esta normativa pionera regula el uso de la tecnología que es de «alto riesgo» (la que atañe a infraestructuras críticas, información educativa, seguridad de los productos, etc.), por lo que se debe asumir el coste de la regulación en «el desarrollo, distribución y utilización de la IA». García San Luis, por su parte, explicó que el uso de la IA en situaciones de alto riesgo «genera rechazo» a las compañías, ya que estas tienen que aplicar una gran cantidad de controles que elevan sus costes, lo que supone una desventaja competitiva. No obstante, la UE ha limitado su aplicación a determinados casos, como en las pequeñas y medianas empresas, para evitarles costes excesivos. Así pues, estas quedan exentas de cumplir con el marco regulatorio europeo, lo que contribuye «a contener el efecto negativo del desarrollo de la IA».

Asimismo, Martínez quiso traer a la mesa la oportunidad que suponen los fondos europeos destinados a la digitalización de las pymes: «Para que estas puedan subirse a la ola y avancen en esa transformación, para que entiendan cómo pueden aplicar la IA en su negocio», dijo.

Sin embargo, a pesar de que las tecnologías son cada vez más accesibles, hace falta que cualquier empresa tenga los conocimientos necesarios para aplicarlas. Luis García habló de realismo y apuntó que es probable que «no todas puedan subirse al carro», en vistas de que algunas ni siquiera han podido implementar en sus líneas de negocio una vía de comercio electrónico, algo que ya se considera en la actualidad casi una obligación para cualquier compañía.

Por último, los ponentes hablaron del concepto de «personalización», o lo que es lo mismo, de cómo las empresas, gracias a los datos de sus clientes que son recogidos por la IA, pueden ofrecerles servicios más personalizados.

Teresa Rodríguez lo definió como «un aspecto de valor añadido indiscutible», aunque reconoció que es un tema que preocupa a la sociedad, ya que se piensa que se puede generar «una manipulación» por parte de las empresas, lo que condicionaría la toma de decisiones «racional y formada».

En este sentido, el CIO de Deutsche Bank afirmó: «Quiero usar los datos que tú me quieras dar para los servicios que quieras contratar. Cuánto más personalizado y adaptado a tus necesidades sea, mejor servicio se dará, pero siempre con el conocimiento de ello».

Carlos Martínez aseguró que aunque la personalización permite a las compañías prestar un mejor servicio, su uso debe estar «dentro de unos límites éticos». A modo ejemplo, afirmó que, a nivel de contenidos televisivos, aunque la empresa se tenga que asegurar de que estos se personalizan, también tiene que ocuparse de que sean lo más amplios y variados posibles.