Cargando...

Economistas

Pablo Ródenas, economista, desvela un valioso truco: “La clave es la nuda propiedad más el usufructo vitalicio”

La planificación de la herencia en vida para ceder la nuda propiedad a los hijos es una fórmula cada vez más usada para eludir el Impuesto de Sucesiones, pero es una estrategia que no está exenta de importantes riesgos familiares y patrimoniales

Los padres que dejan en herencia una vivienda a todos sus hijos se equivocan: “Es mejor venderla y repartir el dinero entre ellos” La Razón

Ceder la casa a los hijos en vida para esquivar los impuestos de una futura herencia es una opción cada vez más extendida, pero que esconde una contrapartida fundamental que muchas familias pasan por alto. La principal consecuencia para los padres es la pérdida de control sobre el patrimonio. Desde el momento en que se transmite la titularidad del inmueble, aunque conserven el derecho a vivir en él, ya no podrán venderlo ni hipotecarlo sin el consentimiento explícito de los nuevos propietarios, sus propios hijos.

Además, esta decisión abre la puerta a un escenario de enorme complejidad si la situación personal de los herederos se tuerce. Un divorcio, un embargo por deudas o cualquier otro revés económico que sufran los hijos podrían poner en peligro el inmueble familiar, atrapando a los padres en una situación de vulnerabilidad sobre la que ya no tienen poder de decisión.

En este sentido, la idoneidad de esta estrategia depende en gran medida del mapa autonómico. En comunidades como Madrid o Andalucía, que ya aplican bonificaciones muy elevadas en las herencias de padres a hijos, el ahorro fiscal podría no compensar los costes notariales y los riesgos que se asumen.

De hecho, a pesar de sus inconvenientes, la fórmula se presenta como una estrategia completamente legal para legar el patrimonio familiar. El mecanismo se basa en disociar la propiedad del uso y disfrute de la vivienda. "La clave es la nuda propiedad más el usufructo vitalicio", resume a la perfección el experto Pablo Ródenas en su cuenta de Instagram, desgranando la esencia de un procedimiento que requiere una planificación minuciosa.

El desdoblamiento de la propiedad: nuda propiedad y usufructo

Este procedimiento consiste, fundamentalmente, en que los padres transmiten la nuda propiedad de la vivienda a sus hijos mediante una escritura ante notario. Sin embargo, se reservan para sí mismos el usufructo vitalicio, es decir, el derecho a utilizar y disfrutar del inmueble hasta el día de su fallecimiento, garantizando así su hogar.

En definitiva, el objetivo principal de esta operación es eludir el futuro Impuesto de Sucesiones, de manera que, al fallecer los progenitores, los hijos consolidan la plena propiedad del inmueble sin necesidad de pasar por el trámite de la herencia y sus correspondientes cargas fiscales. Es una herramienta potente, pero que exige sopesar con frialdad tanto sus ventajas como sus considerables riesgos.