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Pedro Sánchez lleva a España a la cola de todas las economías de la UE tras cinco años de gestión
El Instituto Juan de Mariana calcula que sus gobiernos de coalición han costado 170.000 millones extra a las arcas públicas. España ocupa el puesto 27 tras comparar los principales índices económicos de la UE-27 entre 2019 y 2023
Ni España es el motor de la economía europea, ni es el país que más crece, ni el que más empleo crea ni el que mayor renta ha recuperado, como propugna el Gobierno. Más bien, todo lo contrario. El Indicador de Gestión Económica (IGE) del Instituto Juan de Mariana así lo demuestra tras medir y comparar datos oficiales de las veintisiete economías de la Unión Europea, en sus índices de PIB, empleo, presión fiscal, poder adquisitivo y deuda pública. En todos ellos, España figura en el furgón de cola, para cerrar el ranking europeo como la economía más dañada y que menos se ha recuperado desde la situación prepandemia.
Los resultados que arroja el IGE sitúan a España como el país con peores indicadores de gestión económica para el periodo 2019-2023, los años completos en los que Pedro Sánchez ha presidido el Ejecutivo. El PIB ha sido el último en recuperar niveles prepandemia de toda la UE, ha tenido el crecimiento más lento, el empleo apenas ha mejorado «una vez se descuenta el maquillaje estadístico», la presión fiscal «se ha disparado con fuerza», el poder adquisitivo de las familias «está cada vez más lejos de los niveles observados en el resto de Europa» y la deuda pública ha «crecido de forma significativa», apunta el Instituto, cuyo análisis de todas las puntuaciones del IGE sitúan a España un 7,4% por debajo de la media.
Según los datos comparativos entre España y la UE en los últimos cinco años, la gestión económica del Gobierno de Sánchez «nos ha costado unos 170.000 millones de euros», una cifra que los analistas del Juan de Mariana calculan al considerar el desempeño negativo en el PIB (31.000 millones), la presión fiscal (aumento de 38.000 millones), la renta (1.100 euros menos por persona y 2.200 euros menos por familia) y el crecimiento de la deuda pública (101.000 millones). Esos 170.000 millones se traducen en un empobrecimiento de 3.500 euros por persona. Además, señalan que la tasa de paro sería inferior en dos puntos «si España hubiese exhibido un comportamiento económico homologable a la media comunitaria».
Así, la evolución media del crecimiento del PIB entre 2019 y 2023 constata un reducido aumento de 2,3 puntos, que sitúa a España en el número 22 del ranking europeo, con un resultado más de un 50% inferior a la media europea, que alcanza el del 5,6%. Esta brecha en el crecimiento en comparación con las economías de nuestro entorno, como Portugal, que nos supera en más de dos puntos (7,8%) y a años luz de economías supuestamente inferiores, como la de Irlanda, que se impulsó en el mismo periodo un 35,4%.
En cuanto al paro, los datos tampoco dejan a España en buen lugar. En el mismo periodo, el Instituto reconoce se ha registrado una mejora del 16,7% en la tasa de paro, pero apunta que el 90% de la reducción se explica por «el maquillaje estadístico de los fijos discontinuos, porque si medimos el paro efectivo y consideramos la situación de esos 700.000 trabajadores que no están ocupados pero han sido borrados de la cifra oficial, encontramos que la caída del desempleo entre 2019 y 2023 ha sido de apenas un 1,4%», lo que nos desplaza hasta el puesto 18 de la lista.
Tampoco llegan buena noticias sobre la fiscalidad, ya que la presión impositiva se ha elevado en 2,9 puntos del PIB desde 2019, pasando del 35,4% al 38,3%. Esto coloca a España en el segundo escalón de podio con mayor aumento tributario de la UE, sólo por detrás de Chipre y muy por encima del promedio comunitario, que alcanzó el 0,1% del PIB. Sobre todo porque el peso de los impuestos sobre el PIB «ha caído en trece países de la UE y ha experimentado una subida inferior a un punto en el caso de otros siete socios comunitarios, de manera que la senda observada en España se aleja claramente de los patrones observados en el Viejo Continente y constituye un estallido fiscal en toda regla», apunta el informe.
Por ello, el poder adquisitivo de las familias españolas –medido a partir de la renta per cápita en paridad de poder adquisitivo respecto a la media de la UE– cayó un 5,5% en el último lustro y la brecha de renta con Europa se ha disparado cinco puntos porcentuales, de 9 a 14, por lo que «volvemos a figurar en el club de países de renta baja que tienen derecho a recibir fondos de cohesión».
Respecto al peso de la deuda pública sobre el PIB, ésta ha subido de forma moderada en la UE-27, con una subida de 3,3 puntos. En cambio, en España se observa un repunte del 10,8%», que triplica la media comunitaria. Si se tiene en cuenta sólo el año 2023, la deuda subió a un ritmo de 165 millones al día. «A lo largo del mandato de Pedro Sánchez, por cada euro de mejora del PIB se han emitido dos euros de deuda pública».
En sus conclusiones, el informe termina de desmontar las cifras de las que ha presumido el Ejecutivo desde el fin de la pandemia, afirmando que «el resultado del ranking no deja lugar a dudas y confirma que las políticas económicas desplegadas por el gobierno socialista han tenido resultados muy negativos. Somos el farolillo rojo de la tabla y figuramos como la economía europea con peor desempeño. Cuando la ex ministra de economía, Nadia Calviño, se despidió camino del BEI afirmando que su gestión ‘‘pasará a los libros de historia’’, parece evidente que estaba en lo cierto… pero no en el sentido que hubiese querido».
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