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Playmobil, en la crisis de los 50: las míticas figuras pierden la sonrisa por la caída de ventas

Su fabricante ha anunciado que hasta 2025 quiere suprimir unos 700 puestos de trabajo en todo el mundo

Los playmobil pueden considerarse la versión contemporánea de los soldaditos de plomo para niños.
Los playmobilClaudio Balcazarpexels

Ya sean bucaneros, caballeros o barrenderos, las figuras de plástico de Playmobil siempre sonríen. Un gesto con el que los también conocidos como “clicks” encadenaron un éxito durante años y que les permitió batirse en duelo con su competidor danés Lego por ocupar un espacio en la habitación de los niños. Sin embargo, los empleados de esta empresa alemana han perdido la sonrisa. El Grupo Brandstätter, fabricante de Playmobil, ha anunciado que hasta 2025 quiere suprimir unos 700 puestos de trabajo en todo el mundo, uno de cada seis. La mayoría en las plantas alemanas de Zirndorf y Dietenhofen. Los recortes de empleo corresponden al 17% de los trabajadores del grupo en todo el mundo y al 16% de la fuerza laboral en Alemania. Según la empresa, los motivos se deben a la tensa situación de la economía mundial y a la recesión provocada por la pandemia. Un argumento que para muchos empleados resulta engañoso, ya que la industria juguetera registró una demanda récord durante los años del Corona y de ahí que algunos expertos del sector juguetero apunten principalmente a las malas decisiones comerciales.

Las figuras de Playmobil están mal equipadas. Mientras que las de Lego aprendieron a llorar y a ponerse de mal humor con el paso de los años, las alemanas normalmente solo tenían una expresión facial: una sonrisa amistosa y satisfecha, que con el tiempo dejó de encajar. Mucho ha cambiado la situación desde que Horst Brandstätter, el padre de los Playmobil, muriera en 2015. Tenía solo 21 años cuando se unió como accionista y durante la crisis del petróleo, en la década de los 70, Brandstätter propuso desarrollar un sistema de juego totalmente nuevo, que se pudiera ampliar constantemente. Su requisito era lograr la mayor cantidad de valor de juego en la mínima cantidad de plástico. El resultado llegó en 1974 con unas figuras de 7,5 centímetros a las que bautizaron como Playmobil. "Su éxito nos salvó de la quiebra", admitió más tarde Brandstätter. Pero eso sucedió hace mucho y aunque la empresa lidió con diferentes estrategias para reinventarse -como la fracasada película que sobre los “clicks” se estrenó en 2019-, no tuvieron suerte con el desarrollo de nuevos juguetes.

Para muchos expertos sus productos ya no son atractivos para los niños y de poco sirvió que, en un nuevo alarde para aupar la empresa, Playmobil se hiciera con la licencia para comercializar figuritas que representaban a héroes infantiles como, por ejemplo, al famoso Astérix. Los mismos entendidos aseguran que a los niños les siguen gustando los juegos de rol, pero cada vez se sienten menos identificados con las figuras de Playmobil. No obstante, hay más. Los expertos de Playmobil culpan de la crisis a la cultura corporativa que prevalece desde la muerte de Brandstätter. La filial pasó a ser propiedad de dos fundaciones, entre ellas la Fundación Geobra Brandstätter dirigida por Marianne Albert, ex secretaria de Brandstätter. Desde entonces, hay “un clima de miedo”, dijo en 2012 un sindicalista alemán. Antiguos empleados denuncian en los periódicos alemanes, bajo la promesa de mantener el anonimato, la falta de aprecio y la desconfianza que Albert, consciente del poder, siente hacia su plantilla.

Intentos y acusaciones aparte, la dirección de la empresa ha tomado ahora esta drástica decisión "después de realizar una investigación exhaustiva de todas las áreas comerciales y teniendo en cuenta la evolución del negocio y los desafíos económicos actuales". La empresa matriz de Playmobil registró pérdidas en ventas y beneficios en los dos últimos ejercicios. Además del coronavirus, la empresa achaca a las dificultades con el suministro de materias primas o a la guerra en Ucrania que asimismo contribuyeron a las pérdidas. El plástico también se encareció. Por este motivo, entre otras cosas, Playmobil registró al final del ejercicio unas pérdidas del 4,3%.