Mercado inmobiliario

Los promotores dan por perdida la reforma de la Ley del Suelo por el barro parlamentario

Consideran que se ha convertido en un arma arrojadiza de la estrategia política de los partidos

La ministra Isabel Rodríguez comparecerá el 23 de octubre en el Congreso para rendir cuentas por su gestión de vivienda
La ministra Isabel Rodríguez comparecerá el 23 de octubre en el Congreso para rendir cuentas por su gestión de viviendaEuropa Press

Los promotores inmobiliarios han perdido toda esperanza en que la reforma de la Ley del Suelo salga adelante. En su opinión, y después de dos intentos fallidos impulsados por el PSOE y el PNV de aprobarla en el Congreso de los Diputados y de que el PP haya presentado su propia modificación de la norma en el Senado, no hay opciones de que se pueda alcanzar un acuerdo político.

Aunque aseguran que no cejarán en su empeño de intentar desatascar su reforma, desde el colectivo aseguran a LA RAZÓN que son poco optimista respecto a su desbloqueo porque "se ha convertido en un arma política de la estrategia de los partidos". "No es una cuestión ni siquiera ideológica, sino de estrategia política porque se trata de una reforma técnica", añaden.

El sector lleva a este respecto meses perplejo con la cuestión porque no entienden que PP y PSOE sean incapaces de ponerse de acuerdo en una modificación que no tiene contenido político. Como dijo la pasada semana el presidente de APCEspaña, Xavier Vilajoana, las reformas que han presentado ambos partidos "son prácticamente iguales. Lo que cambia es quién la firma".

Fracaso tras fracaso

Pero la realidad es que ambas formaciones no han sido capaces de pactar para sacarla adelante. El 23 de mayo del año pasado, la parte socialista del Gobierno solicitó la retirada del orden del día del Pleno de esa jornada la votación del proyecto de modificación de la ley dado que no contaba ni con el apoyo de sus socios parlamentarios para aprobarla ni tampoco del PP, al que también necesitaba. Aunque el Ejecutivo justificó su decisión en que la proximidad de las elecciones europeas que se celebraron en junio distorsionaban el panorama político, lo cierto es que el Gobierno quería evitar otra derrota parlamentaria días después de sufrir una por una proposición de ley para evitar el proxenetismo.

Tras esta derrota, el PP presentó su propia reforma de la Ley del Suelo en el Senado, donde tiene mayoría para aprobarla, con intención de que llegue después al Congreso. Pero, de hacerlo, tiene pocos visos de progresar porque introduce medidas para modificar elementos cruciales de la Ley de la Vivienda, como la supresión de las zonas tensionadas del alquiler, que los socialistas y sus socios aprobaron en la Cámara Baja.

Hace escasos días, el PNV también presentó otra propuesta en el Congreso que tampoco salió adelante dado que sólo recibió el respaldo de los socialistas.

Sin suelo no hay vivienda

La falta de suelo es uno de los grandes handicaps que impiden resolver el problema de la vivienda en España porque bloquea la construcción de las nuevas unidades necesarias para incrementar la oferta y que bajen los precios. La reforma de la Ley de Suelo juega en este aspecto un papel fundamental porque aspira a resolver aspectos como la paralización de los planeamientos urbanísticos por defectos menores que se pueden subsanar fácilmente, lo que permitiría desatascar el "cuello de botella" que supone el suelo y que lleva a que, en ocasiones, se tarden hasta veinte años en desarrollar algunos suelos para habilitarlos para la construcción de viviendas.

Como argumentan desde el sector, la modificación que plantea dicha ley permitiría acortar tiempos y dar seguridad jurídica al urbanismo flexibilizando, así mismo, la puesta en cargo de suelo, materia prima necesaria para aumentar la producción de vivienda tan necesaria para mejorar el acceso de los ciudadanos a una vivienda digna y asequible.

Según datos que maneja APCEspaña, en la actualidad hay casi un centenar de municipios afectados por sentencias judiciales que han declarado la nulidad de sus respectivos planeamientos urbanísticos. Se trata de un dato muy revelador, sobre todo si se tiene en cuenta que, en términos de población, en estos municipios afectados se concentra una población de casi cuatro millones de personas.