Técnicas de trabajo
¿Qué es el "hot desking"? La estrategia de las empresas para reforzar los vínculos con sus trabajadores
Esta técnica busca reforzar las relaciones con todos los miembros de la empresa por igual y crear un entorno de trabajo propicio para desempeñar la actividad laboral
En los últimos años, la oficina ha dejado de ser un espacio fijo y rígido para convertirse en un entorno dinámico donde la tecnología y la flexibilidad definen la forma de trabajar. Las empresas, tanto grandes como pequeñas, han adoptado herramientas digitales que permiten la comunicación inmediata, la gestión de proyectos en línea y el acceso remoto a la información. Esta transformación ha modificado no solo los procesos internos sino también la manera en que los empleados interactúan y colaboran dentro de la organización.
La implantación de nuevas metodologías de trabajo busca aumentar la productividad y mejorar la satisfacción de los trabajadores. Se han popularizado técnicas como la gestión por objetivos, los equipos multidisciplinares y los horarios flexibles, que permiten adaptar las tareas al ritmo de cada persona. Las empresas buscan un equilibrio entre eficiencia y bienestar laboral, entendiendo que empleados motivados y cómodos rinden mejor y están más comprometidos con los objetivos de la organización.
Entre estas modalidades, el teletrabajo se ha consolidado como una de las más implantadas. Esta técnica ofrece total flexibilidad al empleado, permitiéndole elegir su lugar de trabajo y organizar un horario más variable, adaptado a sus necesidades personales. Además, reduce los tiempos de desplazamiento y permite a las empresas acceder a talento de distintas regiones sin limitaciones geográficas, lo que ha abierto un abanico de oportunidades para la innovación y la creatividad en distintos sectores.
Así es el "hot desking": la nueva estrategia de trabajo
Dentro de este panorama de flexibilidad surge el hot desking, una estrategia en la que los empleados no tienen un escritorio asignado de manera permanente. En lugar de ello, ocupan un puesto disponible según la demanda diaria, lo que promueve la interacción con distintos compañeros y fomenta la colaboración entre departamentos. Esta práctica busca reforzar los vínculos entre los trabajadores al romper la rutina y la tendencia a relacionarse solo con el mismo grupo de siempre.
Entre sus ventajas se encuentran la optimización del espacio físico y la reducción de costes en infraestructura, ya que se necesitan menos escritorios y mobiliario fijo. Además, favorece un ambiente más dinámico donde los empleados pueden conocer a personas de otros equipos, lo que puede generar nuevas ideas y proyectos. Sin embargo, también presenta inconvenientes como la sensación de falta de pertenencia, la dificultad para organizarse cada día y posibles distracciones derivadas de la constante movilidad entre espacios.
No confundir con el "coworking interno"
Por su parte, el hot desking se aplica sobre todo en entornos de trabajo híbridos o en oficinas donde la asistencia diaria es variable, permitiendo que los recursos se utilicen de manera eficiente. Es especialmente útil en empresas que valoran la colaboración transversal y la innovación constante, aunque puede resultar menos adecuado para quienes necesitan un entorno estable y personalizado para rendir al máximo.
Existe cierta confusión generalizada entre la técnica ya mencionada y el coworking interno, aunque se trata de conceptos diferentes. Mientras que el hot desking implica compartir escritorios sin asignación fija, el coworking interno se centra en zonas específicas diseñadas para la colaboración entre equipos, normalmente organizadas por proyectos o temáticas. La diferencia clave radica en que el coworking interno busca espacios con finalidad concreta y estructura, mientras el hot desking prioriza la flexibilidad y el intercambio social entre todos los trabajadores. Aunque, en realidad, se puede dar el caso de que sean complementarias, pero el objetivo de una va a predominar sobre la aplicación de la otra.