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Rajoy: «Quiero ser el candidato. Confíen en mí, les irá bien»
Eleva al 2,9% el PIB para 2015, con la previsión de superar también esa cifra
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya está oficialmente en campaña. Y toda su presencia pública, sea en un mitin o en un desayuno informativo, como el que ayer celebró en Madrid, marca el camino de una estrategia en la que la economía es la clave a la que fía la reconquista del voto abstencionista y la confianza de quienes le respaldaron en 2011 y están más ubicados en el centro político.
Rajoy participó en un desayuno-coloquio organizado por Europa Press, dentro de la celebración del décimo aniversario de este foro. Y el presidente aprovechó para dejar unos cuantos mensajes en positivo. Anunció, por ejemplo, una nueva revisión al alza de la previsión de crecimiento de la economía española hasta elevarla al 2,9 por ciento. Esto es lo que figurará en el documento que el Gobierno actualizará este jueves para remitirlo a Bruselas dentro del Programa de Estabilidad y el Plan Nacional de Reformas. La previsión para 2016 también se sitúa en el 2,9 por ciento, frente al 2,3 por ciento del que se hablaba. En cualquier caso, es más que posible que la estimación para el presente ejercicio se quede vieja y vuelva a incrementarse. Con esta decisión, de momento se mejora ya en cinco décimas la previsión del incremento del PIB en 2015.
Rajoy volvió a colocar el compromiso de que con la continuidad de sus políticas, España podrá alcanzar los 20 millones de empleos en la próxima legislatura, y garantizar así la sostenibilidad del Estado del Bienestar. También confirmó en este foro que el periodo de suspensión de desahucios se prolongará hasta 2017. Y ratificó la inminente aprobación del Plan de Apoyo a la Familia, que incorporará medidas para luchar contra la pobreza infantil. Con estas iniciativas el Gobierno cierra el círculo de medidas de carácter social sobre el eje de la reforma fiscal, de la que Rajoy destacó su recorrido en favor de las rentas medias y bajas. En el desayuno informativo le acompañaron los principales representantes del mundo empresarial y de la banca, así como la plana mayor del Gobierno y del partido.
En su intervención inicial, que fue seguida de un coloquio en el que respondió las preguntas de los asistentes y de la Prensa, el jefe del Ejecutivo ligó sus ambiciosos objetivos de empleo y de crecimiento con la estabilidad política y con la continuidad de sus reformas, es decir, implícitamente con una victoria del PP en las próximas citas electorales. Se mostró relajado, con un punto irónico y coloquial para desquitarse de las preguntas más incómodas, como las que afectan a la situación interna de su partido o a los comentarios que ponen en duda la conveniencia de que repita como candidato a La Moncloa. El tono más serio lo utilizó cuando le tocó hablar de Rodrigo Rato.
Hasta que tuvo que entrar en la liza de las preguntas, Rajoy centró su tiro en la recuperación económica y en el empleo. Además de incidir en que en este año se crearán más de medio millón de puestos de trabajo, estimación oficial que a estas alturas dan por superada distintos miembros del Gobierno, insistió en que España será la economía de la zona euro que más crezca entre las grandes, y defendió que su Gobierno ha conseguido mantener el Estado del Bienestar. Para preservar las buenas expectativas hace falta ser «extremadamente ambiciosos en las reformas y muy eficaces en gestión de recursos».
Rajoy subrayó que en España se está creando empleo desde hace varios meses, y que la mayoría de esos empleos son indefinidos. El PP, por cierto, conserva más fidelidad entre sus votantes más mayores y entre ellos intenta hacer valer algunas de sus políticas como la que afecta al futuro del sistema de pensiones. «Las pensiones ni se han congelado ni se han rebajado», proclamó el presidente. «Muchos españoles aún no lo habrán notado, pero la renta de los hogares creció el año pasado un 1,4 por ciento. Son datos objetivos», añadió.
En el terreno más político, el jefe del Ejecutivo solemnizó una vez más su disposición a ser el candidato del PP. «Quiero ser el candidato del PP para las elecciones generales. Confíe en mí, le irá bien», bromeó cuando se le interrogó por su continuidad. Confirmó, asimismo, que será fiel a su carácter previsible en la toma de decisiones y que convocará las elecciones cuando tocan, a finales de año, sin que hoy esté en sus planes salirse del guión de la normalidad para hacerlas coincidir con las elecciones catalanas, que podrían celebrarse en septiembre, aunque ese nuevo anticipo por parte de Artur Mas no se puede aún dar por definitivo. «Entre mis innumerables defectos no está hacer cositas a corto plazo. La idea será hacer las elecciones hacia finales de año». De esas elecciones catalanas, Rajoy negó que puedan ser plebiscitarias, como recoge el acuerdo entre Mas y ERC. ¿Qué son unas elecciones plebiscitarias?, se le preguntó. «Las que no serán el 27 de septiembre», replicó.
Además de confirmar su afición a ser previsible en los tiempos, también hizo lo mismo en lo que afecta a su poca querencia por los cambios en el equipo. Ante las voces externas, e internas, que reclaman algún movimiento, el presidente garantizó que no habrá cambios, con independencia, incluso, de los resultados de las elecciones de mayo.
Rajoy señaló que España se enfrenta a dos riesgos, que se rompa nuestra estabilidad política y el futuro de Grecia. Y en esta encrucijada, dibujó al PP como la fuerza que ofrece «estabilidad y seguridad» frente a los que se encargan de «dar coba» y triunfan mediáticamente con «demagogia y frivolidad». Hablaba de Podemos y de Ciudadanos.
Sobre Rato: «Que las instituciones en este país funcionen»
Mariano Rajoy no disimuló ayer que el «caso Rato» le incomoda profundamente. Respondió, pero sin entrar en repreguntas. Y su respuesta fue escueta, y contundente. «Ha sido un compañero mío en el Gobierno. Hizo una gran gestión en su día. Dicho esto, las cosas son como son. Que las instituciones en este país funcionen», explicó. Ante estas instituciones tendrá que ejercer su «defensa» el ex vicepresidente del Ejecutivo de Aznar. Así, Rajoy se desmarcó tanto de la investigación de la Agencia Tributaria como de las medidas que pueda adoptar la Justicia. Y también se distanció de la impactante imagen de la detención de Rato. «No voy a adelantar acontecimientos y no diré nada más sobre este asunto», afirmó, dejando en el aire la incógnita sobre cuál puede ser el desenlace de este caso. El jefe del Ejecutivo aprovechó para reivindicar la política y a los políticos. «He visto decenas de miles de personas que se dedican a la actividad política y que son honrados y que incluso ni cobran». Y en lo que concierne al PP, sentenció: «Hemos tenido problemas de corrupción que al PP le han hecho mucho daño. Todas las personas que se han visto involucradas ya no están en el PP». Para amortiguar el desgaste, contrapuso las reformas impulsadas por su Gobierno para intensificar el control de los cargos públicos y de la financiación de los partidos, y para aumentar la persecución del corrupto.
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