IRPF
¿Revolución fiscal en Madrid?
Ayuso ha prometido que, si sale reelegida en mayo, volverá a bajar todos los tramos del IRPF en medio punto porcentual: de esta manera, el tipo marginal máximo del IRPF quedaría fijado en el 44,5% y el tipo mínimo, en el 17,5%
En 50 días se celebrarán nuevas elecciones autonómicas y municipales en la mayor parte de España. Muchas de las propuestas de los distintos candidatos territoriales todavía no nos han sido comunicadas, pero es dudoso que supongan un giro copernicano con respecto al statu quo. De hecho, acaso lo más “revolucionario” termine siendo algo como lo que ayer planteó la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En concreto, Ayuso ha prometido que, si sale reelegida en mayo, volverá a bajar todos los tramos del IRPF en medio punto porcentual: de esta manera, el tipo marginal máximo del IRPF quedaría fijado en el 44,5% y el tipo mínimo, en el 17,5%. A este respecto, me gustaría detenerme brevemente en mi entrecomillado adjetivo de “revolucionario”.
Por un lado, bajar medio punto todos los tramos del IRPF no debería ser considerado, bajo ningún punto de vista, una política revolucionaria: se trata de un tímido ajuste fiscal que no conllevará ningún cambio apreciable en la estructura administrativa de la autonomía madrileña. Por otro lado, que consideremos revolucionario un tipo marginal máximo del 44,5% (a partir de 60.000 euros de ingresos) debería resultarnos harto deprimente: ¿qué tiene de revolucionario el hecho de que el Estado se apropie de casi la mitad de los ingresos personales a partir de los 60.000 euros? Sin embargo, la situación de nuestras libertades económicas en España –y en Europa– es tan deprimente que no cabe más que tomar como una flor en medio del desierto unas propuestas que, en circunstancias normales, deberíamos reputar como profundamente timoratas y conservadoras. A la postre, si frente al tipo marginal máximo del 44,5% de Madrid contraponemos el tipo marginal máximo del 54% de la Comunidad Valenciana o los recargos en las cuotas de Seguridad Social aprobados por el Ejecutivo central y que aproximarán el tipo efectivo al 70% para el tramo entre 80.000 y 90.000 euros, entonces la propuesta de Ayuso se volverá atractiva por comparación: simplemente porque no nos hace retroceder en términos de libertad económica como sí hacen otros jerifaltes territoriales. No es un hito positivo, pero no es un hito negativo. Hoy por hoy, parece que en España no podemos aspirar a mucho más.
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