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Sánchez se suma a la "cacería" contra Ferrovial: "Del Pino no es un empresario comprometido con su país"

Lanza nuevos ataques personales contra Rafael del Pino en su viaje oficial a Dinamarca

No cesa el fuego artillero contra Ferrovial desde el Gobierno. El propio presidente, Pedro Sánchez, acusó al presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, de no ser un «empresario comprometido con su país» por decidir el traslado de la sede de esta compañía a Países Bajos. «Los empresarios tienen una enorme responsabilidad en la sociedad en la que nacen y desarrollan toda su acción y creo que en España hay ejemplos extraordinariamente positivos de grandes empresarios comprometidos con su país», ha afirmado en una comparecencia ante los periodistas en Copenhague para, a continuación, arremeter directamente contra el directivo: «Desde luego, tras este anuncio, creo que no es el caso del señor Del Pino».

Ante la insistencia de los periodistas en la rueda de prensa que ha ofrecido junto a la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, con motivo de la gira que está realizando de forma previa a que España asuma el 1 de julio la presidencia europea, el presidente del Ejecutivo volvió a advertir de que se va a analizar si la decisión de la cúpula de Ferrovial «se corresponde con la legalidad". Tras esta declaración ha reflexionado sobre el importante papel que cree que juegan los empresarios en la sociedad, algo que «hemos reconocido desde el Gobierno en momentos muy difíciles». Entre ellos ha citado las consecuencias provocadas por la pandemia de coronavirus y después con la guerra en Ucrania y ha recordado decisiones que se han ido adoptando, como los ERTE y los créditos ICO, que «les ha permitido superar esas situaciones complicadas».

El presidente se suma así a varios de sus ministros, que durante todo el día han seguido con la «cacería». El titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá, cargó contra la «motivación cortoplacista» de la empresa para tributar fuera menos que en España. El ministro indicó que esta situación le recuerda a cuando las entidades financieras, antes de la crisis de 2008, «tomaron mucho riesgo porque estaba esa codicia por tener bonus más grandes y beneficios más grandes». En el caso de Ferrovial, acusó directamente a sus gestores de tener «una motivación cortoplacista de arbitraje fiscal, que suele ser contraproducente en una perspectiva de medio plazo», advirtió.

Escrivá ha seguido la misma línea de intensificar los ataques marcada desde la Moncloa. Fuentes gubernamentales insistieron en que hay «intereses personales» en esta decisión y consideraron que el argumento de buscar más seguridad jurídica es «una mera excusa», que calificaron de «ridícula». Señalan que detrás de esta decisión «solo estaría la búsqueda de pagar menos impuestos», pero no solo como empresa, sino también personalmente de sus propietarios y accionistas, porque esa menor presión fiscal es en lo único que admiten que Países Bajos se sitúa por delante de España. Desde el Gobierno volvieron a advertir que analizará los «detalles» y las «implicaciones de la operación. La vicepresidenta Nadia Calviño aseguró en Onda Cero que va a «estudiar el argumentos de que, con el traslado, la empresa podrá cotizar también en Estados Unidos», algo que no podría hacer con su sede en España.

En esta vorágine ofensiva destacó la violencia dialéctica de Podemos, que ha vuelto a tachar a la familia Del Pino, máxima accionista de la compañía, de «antiespañoles» y «evasores fiscales».Exige que devuelvan las ayudas y subvenciones públicas obtenidas durante los 10 años anteriores a la decisión de abandonar el país, pagando intereses de demora. Para ello, registrará en los próximos días una proposición de ley en el Congreso. Una medida que descartó ya Escrivá. «Está fuera de lugar».

Ferrovial señaló hoy a la CNMV que su decisión para dejar su sede en España se justifica por la mejora de la financiación y porque la «prima de riesgo de Países Bajos es más estable».