Trabajo

«Sin la crisis del sector bancario no existiría ninguna ‘’fintech’’ en España»

Carles Escolano Socio cofundador de Arboribus
Carles Escolano Socio cofundador de Arboribuslarazon

A este ingeniero industrial, con inquietudes empresariales de siempre, que las convirtió en aspiraciones su primer día de clase en la Universidad, y a su socio, Josep Nebot, les preocupaba la escasa canalización del ahorro hacia el tejido productivo. «España era, y aún sigue siendo, un país exageradamente bancarizado, por lo que pensamos que la tecnología nos podía ayudar a atraer más fondos» hacia lo que Carles Escolano denomina, una y otra vez, «economía real».

– ¿Qué les llevó a fundar Arboribus?

– Veíamos que las grandes tenían acceso a distintas fuentes de financiación: las bancarias y otras. Sin embargo, las pequeñas, sólo dos alternativas: los bancos o los propios empresarios. No existía ninguna vía para acceder a capital privado más allá de su círculo privado. La idea era buscar fórmulas para ampliar ese abanico de posibilidades y, así, contribuir a que las pymes cuenten con una estructura financiera más diversificada y estable. Lo que hacemos es facilitar que cualquier inversor, tanto privado como institucional, pueda prestarle dinero directamente a una empresa y hacerlo de forma inteligente diversificando su inversión en muchas empresas.

– ¿Y el inversor cómo sigue la evolución de su capital?

– Nuestro modelo es extremadamente transparente. El inversor puede seguir cada una de las operaciones que ha realizado: los cobros, los pagos efectuados y la rentabilidad.

– ¿El ahorrador particular español es cortoplacista?

– Sí, en general. Para muchos, la liquidez es muy importante. En nuestro caso, el producto no tiene una monetización total como otros, pero sí en cierta medida, ya que cada mes recibe una parte de los intereses y del capital que va recuperando. La mirada del inversor debe ser más larga. La rentabilidad de las que se realizan a 20 meses oscila entre el 3,5% y el 4% con un riesgo moderado.

– Ustedes fueron pioneros. ¿Se ha hecho realidad en su caso el refrán de que quien da primero, da dos veces?

– Más que eso, lo que sí cuenta mucho en este mercado es el tiempo que lo llevas haciendo. Dar rentabilidades de entre el 4% y el 5% tiene mérito, pero mantener una del 3,5%-4% desde 2013 es más valioso aún.

– ¿Qué balance hace de estos cinco años de trayectoria?

­– Innovar en el sector financiero, y sobre todo en el de la inversión, requiere más tiempo que cualquier otro porque el dinero siempre es miedoso. Al margen de esta precisión, la evolución es muy positiva. Probablemente, el inversor en nuestro país es bastante más conservador que el de cualquier otro, por lo que resulta crucial encontrar pymes que encajen con este perfil. Nos hubiera gustado ir más rápido, pero la evolución ha sido espectacular. Todavía no hemos dado beneficios porque necesitamos mayor volumen. Somos capaces de apoyar a empresas con facturaciones de más de 50 millones de euros. Este modelo no existía en 2012.

– España es un país excesivamente bancarizado. ¿La perdida de confianza en la banca repercute en las “fintech”?

– Sin la crisis del sector bancario no existiría ninguna en España. Las pymes vienen ahora a nosotros porque no somos bancos y ofrecemos un producto sólido.

– ¿Ustedes han nacido con vocación de eternidad o con disposición de colocarla si surge una buena oportunidad?

– Este modelo ha llegado para quedarse y tratamos de construir uno que sea sostenible en el tiempo. Después, ya veremos cómo evolucionará. Desconozco cuál será nuestro sino. Desde luego, nuestra pasión es continuar desarrollando Arboribus. El «fintech» requiere mucho tiempo.

– ¿Y cómo ve las pymes? ¿Tienen vocación de crecer?

– Nosotros sólo financiamos empresas que facturan más de un millón de euros. El afán de superación está muy presente en todas ellas. Probablemente, en las más pequeñas sea diferente. No obstante, han mejorado mucho con respecto a hace cinco años. Están más internacionalizadas y cuentan con interesantes proyectos de crecimiento.

– ¿Falta cultura inversora en pymes y otros proyectos por parte de los ahorradores españoles?

– El ahorrador tiene mucho foco en la rentabilidad y poco en la comprensión del riesgo. En nuestro caso, es un producto de inversión relativamente sencillo. El rendimiento está claro, pero también hay posibilidades de impago. Cómo lo haces y cómo inviertes de forma inteligente es el «quid» de la cuestión. La diversificación en 40 o 50 empresas es algo que el profesional entiende, pero le cuesta entender al particular.

– ¿Las pequeñas y medianas se van convenciendo de que más allá de los bancos hay vida financiera?

– Sí y, cuando las descubren, repiten. Cuando se les explica, por primera vez, salen a relucir las reticencias. Es fundamental el director financiero para convencerlas.

– ¿Cuáles son los frenos que se está encontrando el «crowlending» en nuestro país?

– Sería deseable una mayor implicación de la Administración en difundir este tipo de alternativas entre las pymes. Todavía hay un enorme desconocimiento. Tenemos que partir de cero cuando acudimos a una de ella a proponérselo. También debería permitir que los inversores minoristas utilicen herramientas de inversión automáticas.

EL PERFIL

Carles Escolano, fundador junto con Josep Nebot de esta «fintech», es dinámico e inquieto, aunque su apariencia es más bien la de un hombre imperturbable, sereno... Al tiempo, es racional, reflexivo. Se mueve por este mundo intangible del «fintech» con soltura, pero no enloquece con la tecnología, como muchos colegas. Tiene nítidamente claro que el foco debe seguir estando en el cliente. Ingeniero industrial, especializado en gestión de empresas. Desde el primer día de clase, estaba convencido de que lo suyo sería lo que el llama «economía real».

Más de 3.500 inversores

Los fundadores de Arboribus se embarcan en el emprendimiento, una aventura cargada de riesgos, angustias, fracasos... y también de momentos gloriosos que hacen que merezca la pena, porque consideran que la financiación está vedada en gran parte a las pymes. O se la daban los bancos o se la daban sus amigos y familiares, o salía de su propio patrimonio. Su «criatura» empresarial ha roto moldes. Fundada en 2012, es la plataforma de «crowdlending» pionera en España. Autorizada y supervisada por la CNMV, cuenta con más de 3.500 inversores y ha financiado cerca de 300 préstamos con cerca de 25 millones de euros.